Vegetales Fresquita planea la expansión fuera del país
La empresa costarricense Vegetales Fresquita tiene más de 25 años en el mercado, pero fue hasta hace cinco años que quienes la lideran sienten que es rentable y ahora hasta sueñan con arribar a más mercados.
Actualmente la firma, que nació con la idea de procesar vegetales, tiene una fábrica en Costa Rica y otra en Panamá. Su portafolio está compuesto por 150 productos entre cocidos (como ensalada rusa, gallo pinto o frijoles molidos), jugos (agua de pipa o naranja), ensaladas (césar o mixta) y procesados (papa picada).
Esa diversidad en la oferta, así como la constancia en la calidad y arriesgarse a conquistar nuevos segmentos de clientes, son solo algunas de las cualidades por las que la empresa considera que se mantiene a flote en un mercado local turbulento y por las que aspira a ver más allá de las fronteras.
Sus productos llegan a 200 clientes entre restaurantes de comida rápida o casual como McDonald’s o Taco Bell, supermercados como Walmart y Auto Mercado, hipermercados como Pequeño Mundo y hasta la Caja Costarricense de Seguro Social. En Panamá, tienen lazos comerciales con supermercados El Rey, Pricesmart, Supermercados 99 y diversas cadenas de hoteles.
José González, presidente de Vegetales Fresquita, explicó que los ingresos de la compañía aumentaron en los últimos cinco años no solo por tener nuevos clientes sino porque redoblaron esfuerzos para satisfacer una mayor cantidad de las necesidades de quienes usualmente adquirían sus productos básicos.
Al ampliar su portafolio, por ejemplo, ya no le venden solamente a un restaurante la tradicional lechuga cortada sino que también les mezclas de ensalada, gallo pinto, guacamole, hongos sazonados, salsas u aderezos. “Hicimos más líneas de producción para que sustituirnos sea algo muy difícil”, dijo González.
Otro elemento que también juega a favor de los ingresos de Fresquita –según sus dueños– es la experiencia con grandes cadenas de restaurantes. Ese tipo de negocio los obliga a cumplir con múltiples requisitos para asegurar la calidad y el abastecimiento de productos, lo que finalmente hace que se vuelvan atractivos para marcas que desean ingresar al mercado tico o incluso para firmas con presencia en el exterior.
“Cada vez que llega un cliente al país, ya sea que ellos nos busquen o que nosotros los buscamos, es muy fácil porque ya sabemos qué nos van a pedir a nivel de calidad, logística o empaques. Estamos muy acomodados en este tipo de negocios”, destacó el presidente de la compañía.
Pese a que dichos elementos
“Logramos llegar a una planta que estaba manejando este material de una manera que se adecuaba bastante bien a la atmósfera de nuestros productos. Esto ha funcionado muy bien, sin embargo, hemos tenido una curva de aprendizaje durísima porque es una nueva tecnología (...), todavía hay ciertas restricciones como que no hemos podido desarrollar algo para empaques al vacío ”, manifestó González.
El nuevo material de empaque cosecha gran aceptación al punto que los dueños de Fresquita abrieron una empresa hermana hace poco más de un mes para ofrecer diseño, importación y distribución de empaques compostables.
A octubre, 2050 –como se llama la firma– estaba por cerrar cinco acuerdos con empresas del sector alimentario y tenía conversaciones con 15 más.
Los esfuerzos de la compañía en este tema fueron reconocidos al recibir el premio a la innovación en la industria alimentaria, que otorga el CITA, por la implementación del proceso de degradación del bioplástico en abono orgánico.
Las tres fortalezas mencionadas (diversidad de productos, experiencia e innovación en empaques) le dan confianza a la firma de que ahora tienen un modelo de negocio exitoso que puede ser replicado en otros países de América Latina. Una idea que gana más fuerza cuando sienten que tocaron el límite en Costa Rica.
Además, trabajan para extender la vida útil de tres o seis meses de algunos productos y así exportarlos al Caribe o incluso a Europa. “Como que ya el mercado nacional lo comenzamos a sentir pequeño”, puntualizó González.
Su modelo incluye una oferta amplia, altos estándares y empaques ecoamigables
cristina.fallas@elfinancierocr.com