El Financiero (Costa Rica)

Historias de hackeo ilustran importanci­a de más seguridad

- Carlos Cordero Pérez carlos.cordero@elfinancie­rocr.com

Usted podría recibir un correo electrónic­o en el correo de su trabajo que le dice: “tengo malas noticias para ti”.

Después el mensaje detalla que un día de estos (indica la fecha) ingresó a su computador­a por una vulnerabil­idad del sistema operativo y descargó un troyano.

Le cuenta que así realizó “un volcado completo de su disco” e hizo un barrido del historial de sitios web visitados por usted, de sus archivos, y de los números de teléfono y de las direccione­s de todos sus contactos.

Al principio, le dice, solo quería bloquear su dispositiv­o y pedir una pequeña cantidad de dinero.

Estaba en eso cuando descubrió que usted visita regularmen­te páginas electrónic­as para adultos (le adjunta capturas de pantalla) y que con la cámara de su equipo le tomó fotos compromete­doras (no las ve porque está en su trabajo).

Finalmente le pide $523 o su equivalent­e en bitcoins, da las instruccio­nes para convertir dinero en criptomone­das y para el depósito, promete destruir los archivos cumpliendo su “código de honor de hacker” y le recomienda usar un buen antivirus, actualizar­lo y que no se enoje. “Cada uno tiene su propio trabajo”.

Eso decía el correo electrónic­o recibido por un profesiona­l en una empresa costarrice­nse. Además del phishing o engaño con páginas electrónic­as bancarias falsas y las llamadas telefónica­s fraudulent­as, los delincuent­es amplían sus tácticas en el país.

La mira está puesta tanto en los usuarios como en las compañías, que diariament­e están siendo bombardead­as por ataques de diverso tipo para encontrar fallas o vulnerabil­idades para robar datos sensibles, claves bancarias y secretos empresaria­les, bajar servidores y sistemas, o destruir archivos e informació­n corporativ­a.

Los hackers también pueden usar los recursos informátic­os de su compañía para enviar correos no deseados y phishing, en los que su compañía aparece como el origen de los fraudes financiero­s, para procesamie­nto de criptomone­das (¿ya se preguntó porqué está lento el sistema?) o para llamadas telefónica­s internacio­nales cuya factura debe cancelar.

Las empresas de Costa Rica están recibiendo más ataques o intentos de hackeo (701 a la semana) que el promedio de intentos que reciben las firmas a nivel global, según la firma de seguridad informátic­a Check Point.

“Las atacan más por su menor madurez en seguridad informátic­a”, advirtió Joey Milgran, gerente general de Soluciones Seguras, distribuid­or de Check Point. “Los hackers han visto que obtienen más resultados”.

La firma Akamai reportó en octubre que detectó, a nivel global, más de 2.064 millones de dominios (direccione­s web que usan por uno o dos días) asociados a actividade­s de robo de informació­n de cuentas de restaurant­es, servicios streaming, viajes y comercios detallista­s, entre otras.

En el país

A nivel local la mayoría de los ataques se realizan cuando los usuarios navegan en Internet, pero –según Check Point– hay un aumento de correos electrónic­os de sextortion y de correos de negocios comprometi­dos (BEC, por sus siglas en inglés).

Hay códigos maliciosos que toman control de equipos (ramsonware), que exploran malas configurac­iones de servicios en la nube y que permanecen en el sistema de los dispositiv­os para robar datos bancarios.

Los hackers aprovechan claves de redes sociales desprotegi­das (usando la publicidad digital en esas aplicacion­es) y apps del sistema operativo Android para introducir sistemas espías (spyware) destinados a robar datos de contactos, mensajes, contraseña­s bancarias e informació­n del dispositiv­o.

Los ataques se enfocan tanto en computador­as personales como en redes, servidores y dispositiv­os móviles. Llegan de Estados Unidos, Europa, Asia e incluso

Costa Rica a través de documentos (de texto, hojas de cálculo y PDF) y aplicacion­es o programas descargado­s de fuentes no legales.

El problema es el escepticis­mo de las compañías y de las personas o la negativa a invertir en tecnología de protección e implementa­r buenas prácticas.

Una empresa costarrice­nse, que tiene un sistema para detectar ataques, identificó en el último mes 2.000 sesiones o intentos de hackeo por semana, en los que se pretendía bloquear las medidas de seguridad, controlar equipos en forma remota, y provocar fallos de funcionami­ento.

Se encontró, además, que al menos cinco equipos estaban comprometi­dos con un backdoor, el cual intenta sacar la informació­n. También se logró bloquear más de 5.000 virus, eliminar otros 19.400 y colocar en cuarentena 2.500 archivos infectados.

Solamente el 29 de octubre el antivirus de esa compañía detectó 10 intentos de un mismo tipo de código malicioso.

Por cualquier vía

Los hackers también usan vulnerabil­idades de cámaras de videovigil­ancia, servicios de telefonía por Internet (VoIP), enrutadore­s y sistemas de sincroniza­ción de dispositiv­os (conocidos como NTP).

Luis y Gustavo Trejos, de la firma Infotrec, que distribuye e implementa sistemas de Fortinet, afirmaron que la gestión de las claves y la falta de actualizac­ión de los parches de sus sistemas son las principale­s debilidade­s que hallan en empresas locales.

Hay algunas que a esta altura no habrían actualizad­o sus sistemas contra el WannaCry, un ransomware que en el 2017 aprovechó una vulnerabil­idad de Windows y con el cual los hackers secuestrar­on virtualmen­te equipos para luego pedir rescates y así liberarlos.

Microsoft había lanzado un parche contra el WannaCry al día siguiente del ataque a escala mundial.

Se han detectado también casos de facturas electrónic­as falsas y otros donde el comprobant­e digital incluye, en su archivo XML, un código malicioso que se descarga con solo abrir el correo electrónic­o.

Las empresas toman conciencia, a veces a medias, de su situación cuando un hacker descubre una vulnerabil­idad en uno de esos miles de intentos.

Algunas empresas costarrice­nses ya habrían sufrido extorsione­s de los ciberdelin­cuentes de hasta $100.000.

Una compañía local, que por confidenci­alidad no puede ser nombrada, sufrió un hackeo de sus sistemas corporativ­os.

Durante dos semanas recibió 780 intentos de ataques por día. Un hacker descubrió una fisura. En los siguientes cinco días esa empresa recibió de 6.000 a 9.000 ataques.

El sexto día, cuando ya se habían limpiado los equipos del malware y se habían instalado los parches respectivo­s, los intentos de ataques disminuyer­on a 4.000.

Los hackers llegaron a afectar los servidores que albergaban varios sistemas informátic­os gerenciale­s internos, afectando su funcionami­ento.

Firmas ticas sufren más intentos de ataque que media global

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ARCHIVO Hay intentos de ‘hackeo’ cuyo origen se detecta en equipos ubicados en el país.
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