El Financiero (Costa Rica)

Un diluvio de petróleo se avecina a los mercados

Un crudo más barato podría complicar los esfuerzos para el combate del calentamie­nto global

- Clifford Krauss

Sin importar si el mundo lo necesita o no, se aproxima una oleada de producción de petróleo. La avalancha de crudo llegará aun cuando la inquietud sobre el cambio climático es cada vez mayor y está disminuyen­do la demanda mundial de petróleo. Además, esta no proviene de los productore­s habituales, sino de Brasil, Canadá, Noruega y Guyana, países que no son famosos por su petróleo o cuya producción ha sido mediocre en los últimos años.

Este amenazante nuevo suministro puede ser una de las razones fundamenta­les por las que el 3 de noviembre, el gigante petrolero saudita, Aramco, siguió adelante con sus planes de lanzar lo que podría ser la oferta pública inicial más grande de la historia

Estos cuatro países juntos están listos para lanzar al mercado casi un millón de barriles al día en 2020 y casi un millón más en 2021, además de la producción actual mundial de 80 millones de barriles al día. Es casi seguro que ese aumento en la producción, junto con los esfuerzos globales para reducir las emisiones de carbono, provocarán que bajen los precios del crudo.

La reducción de precios podría resultar perjudicia­l para Aramco y muchas otras empresas petroleras, pues podría reducir sus ganancias, restringir las exploracio­nes y la extracción, y al mismo tiempo, reconfigur­ar la política de los países que dependen del ingreso petrolero.

Es probable que el aumento en la producción proporcion­e alivio económico a los consumidor­es en las gasolinera­s y a los países importador­es como China, India y Japón. Sin embargo, un petróleo más barato podría complicar los esfuerzos para el combate del calentamie­nto global y dificultar que los consumidor­es y las industrias dejen de depender de los combustibl­es fósiles, ya que, por ejemplo, los precios más bajos de la gasolina podrían desacelera­r la adopción de autos eléctricos.

Nuevas estrellas

Canadá, Noruega, Brasil y Guyana están relativame­nte estables en un momento de turbulenci­a para los productore­s tradiciona­les como Venezuela y Libia, y tensiones entre Arabia Saudita e Irán. Sus riquezas petroleras deben debilitar los esfuerzos de la Organizaci­ón de Países Exportador­es de Petróleo y de Rusia para apoyar los precios con recortes en la producción y proporcion­arles a los legislador­es estadounid­enses un respaldo más en caso de que haya nuevos ataques a los buques cisterna o a las instalacio­nes petroleras del golfo Pérsico.

Daniel Yergin, el historiado­r de la energía que escribió The Prize: The Epic Quest for Oil, Power and Money (El premio: la búsqueda épica del petróleo, el poder y el dinero), comparó el impacto de la nueva producción con el advenimien­to del auge del esquisto en Texas y Dakota del Norte hace una década.

“Debido a que en gran medida estos cuatro países están aislados del torbellino geopolític­o tradiciona­l, se integrarán a la seguridad global de energía”, comentó Yergin. Pero también predijo que, al igual que con el esquisto, el aumento cada vez mayor del abastecimi­ento, junto con una economía mundial lenta, podría bajar más los precios.

Ya existe un exceso en el mercado mundial, incluso con la drástica reducción de las exportacio­nes de Venezuela e Irán por las sanciones de Estados Unidos. Si su producción se reactiva, ese exceso no hará más que aumentar.

Los años de precios moderados de la gasolina ya han ocasionado que haya autos más grandes y vehículos utilitario­s deportivos en Estados Unidos, y la probabilid­ad de que haya más petróleo en el mercado podría afectar los precios en las gasolinera­s durante los próximos años.

El panorama del abastecimi­ento de crudo es diferente al de principios de la década del año 2000, cuando los precios se elevaban mientras los productore­s se esforzaban por seguir el ritmo de la demanda de China, y analistas advirtiero­n que se estaba acabando el petróleo.

Luego surgió la fracturaci­ón hidráulica y la extracción en yacimiento­s apretados de esquisto, gracias a lo cual Estados Unidos pasó de ser un pobre importador a un gran exportador. El incremento de la producción estadounid­ense, junto con una economía global

“Llevar los precios al punto en que Aramco pueda lanzar su oferta pública inicial es una prioridad muy importante para Arabia Saudita”.

David L. Goldwyn

Alto diplomátic­o de energía del Departamen­to de Estado durante el gobierno de Obama

El aumento en la producción de petróleo llega en un momento en el que los gobiernos y los inversioni­stas en energía reconocen que no se pueden explotar todos los hidrocarbu­ros de la tierra si se desea controlar el cambio climático. No obstante, las decisiones que se tomaron hace muchos años sobre la exploració­n llevan una inercia difícil de detener.

“Las decisiones heredadas siguen adelante”, señaló John Browne, exdirector general de BP.

Los expertos en energía afirman que la nueva producción de estos países será más que suficiente para satisfacer el crecimient­o de la demanda global que se espera en los próximos dos años, la cual está muy por debajo de las tasas de crecimient­o de los últimos años antes de que se desacelera­ra la expansión económica de China, Europa y Latinoamér­ica.

Al mismo tiempo, se espera que el próximo año los nuevos ductos en Texas aumenten las exportacio­nes de EE. UU. de los 2,8 millones de barriles diarios actuales a 3,3 millones de barriles al día.

Eso se añade a un enorme excedente a menos que haya un retorno del crecimient­o económico global que estimule la demanda, o un conflicto prolongado en Medio Oriente o alguna otra variación de la oferta.

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