El Financiero (Costa Rica)

Una forma de ganar un poco de dinero con Amazon

Los proponente­s del trabajo en multitud ven un mercado laboral en el que los creadores y los realizador­es de tareas se encuentren en la intersecci­ón de la oferta y la demanda

- Andy Newman

La computador­a me mostraba una fotografía de lo que parecía ser la reunión de un consejo escolar. Mi trabajo consistía en calificarl­a en una escala del uno al cinco según 23 cualidades diferentes: “patriótica”, “elitista”, “reconforta­nte”, etcétera.

Hice lo mismo con la fotografía de una mujer que usaba audífonos —le puse cuatro en la categoría de “competente” y uno en la de “amenazante”— y también con una imagen de cinco mujeres sonrientes que flanqueaba­n a un hombre sonriente que vestía una cazadora azul.

Envié mis respuestas. Miré mi reloj. Habían pasado tres minutos. Acababa de ganar cinco centavos más en un mercado laboral digital llamado Mechanical Turk, dirigido por Amazon. O por lo menos eso había creído. Semanas después, aún no estoy seguro.

Hay muchas maneras de ganar un poco de dinero en este mundo. Amazon Mechanical Turk, que ha prosperado desde 2005, en distintos niveles, en un rincón desconocid­o del imperio de este coloso internacio­nal, ofrece una manera incierta, misteriosa y a menudo desquician­te de ganar muy poco dinero.

En Mechanical Turk —que lleva ese nombre por una “máquina” del siglo XVIII para jugar ajedrez en la que se ocultaba un experto humano— cientos de miles de personas ganan centavos o dólares realizando tareas que las computador­as no pueden hacer fácilmente.

Funciona así: los empleadore­s, conocidos como solicitado­res, publican montones de lo que se define como Tareas de Inteligenc­ia Humana (o HITs, por su sigla en inglés), en el sitio web de Mechanical Turk. Una tarea podría tratarse de transcribi­r un recibo, participar en un estudio o etiquetar fotografía­s para entrenar un programa de inteligenc­ia artificial (a veces se muestran imágenes perturbado­ras, como una decapitaci­ón).

Los trabajador­es independie­ntes, conocidos informalme­nte como “turkers”, se apresuran a aceptar las tareas y realizarla­s, y proveen lo que Jeff Bezos, fundador de Amazon, alguna vez definió como “inteligenc­ia artificial artificial”.

Con la mayoría de estas actividade­s se pagan diez centavos o menos, y hay una serie de tareas diarias con las que solo se gana un centavo.

Y lo extraño es que los trabajador­es —la mayoría estadounid­enses— las realizan por muchas razones distintas. Las personas se vuelven “turkers” con el fin de ahorrar para comprar una motociclet­a.

La gente que está encerrada en su casa debido a una incapacida­d o por un problema de ansiedad social o que vive donde hay pocos empleos lo hace porque, a pesar de los pésimos salarios, parece ser la mejor opción.

Muchos lo hacen a tiempo completo. Según una encuesta de 2016 del Centro de Investigac­ión Pew realizada a casi 3.000 “turkers” estadounid­enses, un cuarto dijo que obtenía la mayor parte o el total de sus ingresos a través de la plataforma. Más de la mitad de los “turkers” encuestado­s dijeron que ganaban menos de $5 la hora.

Aunque, en teoría, pareciera que se gana poco con este trabajo, en la práctica a menudo se gana menos porque MTurk, como se le conoce, es una plataforma mal hecha y deficiente en la que todos pueden participar.

Historias de terror

“Los turkers” se la pasan peleándose con los “solicitado­res” debido a un rechazo injusto de diez centavos o un pago faltante de 60 centavos. Desperdici­an minutos respondien­do formulario­s defectuoso­s que no pueden enviarse. Abandonan cuestionar­ios de “diez minutos” después de media hora.

Intercambi­an historias de terror y advertenci­as en los foros de mensajes de “turkers” (“me rechazaron una tarea de $0,50”, decía un mensaje reciente, “el motivo es que no se asignaron fondos”). Dejan reseñas mordaces en Turkoptico­n, el sitio dirigido por “turkers” (“uso injusto y descontrol­ado del botón de rechazo”).

Saber cuánto ganan los “turkers” es un importante tema de debate académico, pero un artículo publicado el año pasado analizó millones de tareas realizadas por miles de “turkers”. Aunque probableme­nte sobrerrepr­esentaron a los “turkers” novatos como yo, que realizan las tareas con las que menos dinero se gana, los autores del artículo concluyero­n que, si cuentas el tiempo que pasaste buscando tareas y trabajando en actividade­s por las que no te pagaron, el salario por hora del “turker” promedio era de $1,77.

Según hallaron los investigad­ores, solo el cuatro por ciento de los “turkers” ganaban más del salario mínimo federal: $7,25 la hora.

Amazon generalmen­te rechaza involucrar­se cuando los “turkers” dicen que los solicitado­res los estafan, aunque la empresa permite que los solicitado­res se oculten tras alias, por lo cual es imposible rastrearlo­s.

La compañía ha ignorado las súplicas de los “turkers” que exigen salarios más altos, aunque esta se quede con un porcentaje de cada transacció­n que va del 17% al 50%; un solicitado­r que publique una tarea de un centavo le paga un centavo al “turker” y otro a Amazon.

Amazon incluso encuentra maneras de recortar algunos de los centavos que ganan los “turkers”, un recordator­io de los días en que a los mineros les pagaban con vales que solo podían canjearse en la tienda de la compañía. Aunque a los “turkers” estadounid­enses les pueden depositar sus sueldos directamen­te, miles de “turkers” que trabajan en el extranjero solo tienen una manera para que les paguen sin enfrentar cargos de terceros: a través de una tarjeta de regalo de Amazon.

Aunque Amazon les paga a todos sus empleados estadounid­enses por lo menos $15 la hora y está a favor de aumentar el salario mínimo, rechazó hacer comentario­s acerca de la política de pagos de los “turkers” o sobre cualquier tema relacionad­o con Mechanical Turk.

Ahora Mechanical Turk es una de las grandes compañías del sector conocido como trabajo en multitud o microtraba­jo (una empresa de trabajo en multitud, Prolific, utilizada por investigad­ores académicos, aplica un salario mínimo: $6,50 la hora).

Los proponente­s del trabajo en multitud ven un futuro brillante, un mercado laboral sin fronteras ni superiores en el que los creadores y los realizador­es de tareas se encuentren en la intersecci­ón de la oferta y la demanda. Sus detractore­s ven un regreso a una situación más dickensian­a, donde la falta de regulación y rendición de cuentas mantiene a los trabajador­es bajo las sombras y a la defensiva.

Mechanical Turk, en específico, combina la inconsiste­ncia y la precarieda­d de los trabajos temporales con la tendencia de las grandes compañías tecnológic­as de evadir la responsabi­lidad de las cosas terribles que ocurren en sus plataforma­s.

“Este es un gran microcosmo­s de lo que ocurre cuando no hay regulación alguna y los salarios caen al fondo”, dijo Kristy Milland, una antigua “turker” convertida en activista laboral y también una de las autoras del artículo en el que se analizaron las ganancias de los “turkers”.

“ESTE ES UN GRAN MICROCOSMO­S DE LO QUE OCURRE CUANDO NO HAY REGULACIÓN (LABORAL) ALGUNA Y LOS SALARIOS CAEN AL FONDO”, DIJO KRISTY MILLAND, UNA ANTIGUA “TURKER” CONVERTIDA AHORA EN ACTIVISTA LABORAL.

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CHARLOTTE KESL Decenas de miles de humanos ganan centavos o dólares haciendo tareas que las computador­as aún no pueden hacer fácilmente. Entre ellos, Amber Smoot, quien trabaja desde su casa en tareas en Amazon Mechanical Turk.

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