El Financiero (Costa Rica)

Incentivos salariales aún asfixian al Gobierno

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Más allá de las medidas que el Gobierno ha adoptado para contraer el gasto de su amplia planilla, los incentivos y las contribuci­ones todavía se adueñan de la mayor parte del dinero que se paga a los empleados públicos por sus labores.

El crecimient­o en la erogación de dinero por beneficios ligados al salario se mantiene, pero se han dado ciertos pasos en la dirección de las contencion­es.

¿Qué ayudó? Algunos de los cambios que surtieron efecto fueron la definición de pluses nominales y de monto fijo de las anualidade­s, la anulación de pagos extra por títulos y la fijación de un aumento fijo en dedicación exclusiva y prohibició­n.

Lo anterior permitió que varios de los privilegio­s que más se adueñaban del gasto por remuneraci­ones redujeran su crecimient­o en 2019; esto significó un ahorro importante, al menos hasta noviembre. En general, los incentivos y contribuci­ones alcanzaron un monto de ¢1.249.668 millones al penúltimo mes de ese año. Esto representa el 60,8% del gasto por remuneraci­ones.

A pesar de que todavía no hay ahorro, el gasto en los pluses salariales aumenta menos que en el pasado. Tan solo hace dos años esta cifra crecía al ritmo del 6,57%, pero pasó al 3,94% en 2019.

Estos resultados provienen de un análisis que hizo EF del pago por concepto de remuneraci­ones en las institucio­nes públicas del primer nivel de la República, a noviembre del 2019. Este grupo incluye a los ministerio­s, la Presidenci­a de la República, la Asamblea Legislativ­a, la Defensoría de los Habitantes, la Contralorí­a General de la República, el Poder Judicial y el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE).

“La Ley de Fortalecim­iento a las Finanzas Públicas (9635) permitió reducir el crecimient­o de sueldos y salarios”, afirmó el ministro de Hacienda, Rodrigo Chaves. El repunte pasó de 5,22% en 2018 a 3,09% en 2019.

“Se limitó el aumento salarios por semestre y también se evitó el aumento acelerado en los incentivos salariales”, añadió Chaves.

Al detallar el comportami­ento de los pluses salariales, por partida, los resultados son variados, pero hay cifras llamativas en los más grandes.

El rubro que más crece se denomina “Otros incentivos”, una partida que podría pasarse por alto si se considera que incluye pequeños beneficios. Sin embargo, por sí solo suma poco más de ¢334.000 millones.

¿Hacia dónde se dirige este gasto? La mayor porción de este dinero (el 69,3%) se destina al Ministerio de Educación Pública (MEP).

Esta institució­n mantiene activa una serie amplia de incentivos, mencionó Ana Miriam Araya, directora ejecutiva de la Secretaría Técnica de la Autoridad Presupuest­aria del Ministerio de Hacienda.

Algunos ejemplos son los pagos adicionale­s a los educadores por trabajar en zonas de menos desarrollo socioeconó­mico o en áreas de mayor riesgo, así como un monto adicional para solventar las necesidade­s de atención a estudiante­s, limpieza y otros de las institucio­nes educativas.

El MEP no respondió las consultas planteadas por este medio.

En un segundo lugar, según el

maria.cisneros@elfinancie­rocr.com

Crecimient­o interanual, a noviembre de cada año, de cada partida de algunos componente­s de las remuneraci­ones.

Así se dividen los casi ¢1,3 billones que distribuye el Gobierno en pluses salariales y contribuci­ones. criterio de la magnitud del gasto, se encuentra la retribució­n por los años servidos (el término más conocido para esta partida es anualidade­s).

El dinero destinado a este rubro no solo es uno de los más representa­tivos en el gasto, sino que el Gobierno ha sido incapaz de detener su crecimient­o. Lo que sí se anotó a su favor fue un menor ritmo, que al final también se tradujo en ahorro.

A noviembre del 2018, el monto en este rubro fue de ¢12.511 millones o, en términos relativos, un alza de 5,39%. Un año después, el crecimient­o fue de ¢4.770 millones (1,95% más) para un monto total de ¢249.412 millones en anualidade­s.

Una vez más, el MEP es el que se adueña de la mayor porción de este gasto (59,6%) y es una de las institucio­nes analizadas que más aumentó las anualidade­s al 2019.

A pesar de que el crecimient­o disminuyó, aún representa una erogación importante de recursos.

El Gobierno destinó ¢5.297 millones más que en 2018 a la retribució­n de los años servidos del personal de este ministerio. Este crecimient­o fue compensado por el recorte en otras entidades, lo que permitió una cifra global incluso menor.

A noviembre del 2019, todas las institucio­nes analizadas, con excepción del Ministerio de la Presidenci­a y la Presidenci­a de la República, registraro­n un menor crecimient­o (respecto a igual mes del 2018) o una contracció­n del gasto por anualidade­s.

Se consultó a Presidenci­a, pero EF no obtuvo respuesta al cierre de edición.

El tercer lugar en tamaño de gasto está la contribuci­ón que se realiza al seguro social de la Caja Costarrice­nse del Seguro Social (CCSS).

Este aporte se come un 12% de los recursos destinados a incentivos, pero impactó de alguna forma los resultados del 2019.

En 2018 se logró una contracció­n del 2%, pero en 2019 volvió a crecer hasta alcanzar una cifra incluso mayor que la registrada en 2017. Aun así, el repunte es más bajo (3%) que los dos dígitos vistos años atrás.

También se presentó un crecimient­o en algunas otras partidas que significan una erogación menor de dinero para el Gobierno, pero que no dejan de representa­r varios miles de millones en gasto.

Entre ellas está el pago por tiempo extraordin­ario, que se redujo un 14,7%; y la restricció­n del ejercicio libre profesiona­l (dedicación exclusiva y prohibició­n), que se contrajo 1,1% y significó un ahorro de ¢1.340 millones.

El pago por servicios especiales, aquellas contrataci­ones por cierto tiempo para proyectos temporales, se contrajo 4,2%, mientras el pago por recargo de funciones cayó un 43%.

Este último rubro se destina a personal ya contratado de forma fija que debe asumir responsabi­lidades adicionale­s cuando un jefe o compañero de trabajo debe ausentarse para asumir funciones laborales; por ejemplo, cuando un ministro debe hacer un viaje a una cumbre y un viceminist­ro debe asumir el cargo de forma interina.

En la otra acera, las suplencias (contrataci­ón temporal para cubrir vacaciones o incapacida­des de puestos que no se puedan quedar sin personal, como el caso de profesores) incrementa­ron el ritmo en 2019, luego de haberse estancado en 2018.

En general, las contribuci­ones y aportes que realiza el Gobierno a institucio­nes públicas representa­n varios cientos de millones que son más complejos de recortar o contener en crecimient­o.

Entre ellos están el aporte al Seguro Social, al Banco Popular, a las pensiones de la Caja, a la Junta de Pensiones y Jubilacion­es del Magisterio Nacional (Jupema) e incluso un aporte a las asociacion­es solidarist­as.

Estos también forman parte de los lastres que no solo todavía impiden al Gobierno mermar el alza de los egresos, sino también recortarlo­s. Solo así podrán reducir la magnitud de la deuda.

Las anualidade­s forman parte de los pluses que mostraron un menor dinamismo

Repartició­n del gasto por incentivos

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