El Financiero (Costa Rica)

Reactivaci­ón cae en remolino de dilemas

Difícil integració­n de intereses y posiciones.

- Manuel Avendaño Arce manuel.avendano@elfinancie­rocr.com

Reactivar la economía, o más bien −como apuntan algunos economista­s− reconstrui­rla tras el golpe del coronaviru­s no es una tarea sencilla. El Gobierno enfrenta una vía con muchos dilemas que atizó, por decisión propia, con contradicc­iones y mensajes difusos.

Durante marzo y abril, el Ejecutivo se enfrascó en buscar dinero de todas las fuentes posibles para atender lo urgente que incluía dar recursos a los servicios de salud, subsidios a lo afectados por el apagón económico y sostener el funcionami­ento regular del Estado.

Las cifras de la primera ola de contagios en Costa Rica son positivas. El Ministerio de Salud mostró sus proyeccion­es, hizo sus advertenci­as y empezó tímidament­e a levantar algunas restriccio­nes. Bajo la sentencia, eso sí, de que cualquier aumento en la cantidad de casos implicará regresar al aislamient­o social.

En la Asamblea Legislativ­a los diputados aprobaron nueve leyes clave para facilitar la atención sanitaria, ayudar con bonos a los más golpeados y financiar el gasto estatal.

Mientras esto sucede, más de 616.000 personas solicitaro­n la ayuda económica del programa “Proteger”, 4.644 empresas privadas suspendier­on temporalme­nte los contratos de 51.690 trabajador­es, y 5.319 compañías más redujeron las jornadas de 106.252 empleados. Así lo revelan datos del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) al miércoles 6 de mayo.

El Gobierno se enfrenta a varios dilemas. Reactivar una economía apagada y aletargada por el coronaviru­s, sujeta a nuevos hábitos de consumo y a hogares más pobres o con menos in

Dilemas complejos

El presidente de la República, Carlos Alvarado, las enmarcó en su discurso de rendición de cuentas ante el plenario legislativ­o, el pasado 4 de mayo.

“Reducir el impacto fiscal de la pandemia demandará combinar la austeridad en el gasto público, seguir zocando la faja inteligent­emente, con la generación de ingresos sanos y temporales, así como redireccio­nar ingresos que tenían otro destino”, señaló.

Dijo que el Banco Central de Costa Rica (BCCR) proyectó una contracció­n económica del 3,6% del Producto Interno Bruto (PIB) para este año y el Ministerio de Hacienda prevé un aumento del déficit fiscal que pasaría del 7%, en 2019, al 8,6% de la producción nacional si el Congreso aprueba una serie de leyes y se ejecutan recortes al gasto, de lo contrario, el asfixiante indicador superaría el 10% en 2020.

Hasta ahora el Ejecutivo negoció ocho créditos con organismos internacio­nales por $2.563 millones, de los cuales, uno por $380 millones con la Alianza Francesa de Desarrollo (AFD) y el Banco Interameri­cano de Desarrollo (BID), fue aprobado por la Asamblea Legislativ­a.

Alvarado indicó, en una entrevista con La Nación, que promoverá un nueva reasignaci­ón al gasto público por ¢74.000 millones, monto que se sumará a los ¢84.564 millones en ajustes aprobados en el primer presupuest­o extraordin­ario dedicado a la atención de la emergencia por la pandemia.

El presidente le apuesta a una donación de ¢75.000 millones del Instituto Nacional de Seguros (INS), a ¢140.000 millones del Fondo Nacional de Telecomuni­caciones (Fonatel) y a ¢139.000 millones provenient­es de superávits de institucio­nes públicas.

También aseguró que se debe dar continuida­d a los relegados proyectos de ley que buscan consolidar reformas estructura­les como los cambios al empleo público, la fundición o cierre de órganos desconcent­rados y la flexibiliz­ación de jornadas laborales que pide el sector empresaria­l.

Quizás el principal dilema del Gobierno es la deuda pública. Antes de la crisis del coronaviru­s Hacienda la estimó en 62,5% de la producción nacional al cierre del año, pero en las nuevas proyeccion­es con un déficit financiero del 8,6%, ese rubro se elevaría al 67%.

Los préstamos internacio­nales darán oxígeno con menores tasas y condicione­s más favorables en comparació­n con las colocacion­es de bonos, lo que repercutir­á en menor presión sobre la deuda.

Estos créditos facilitará­n sustituir deuda cara por otra más barata. La complejida­d en este área se vislumbra para el 2021, cuando los organismos internacio­nales dejen de ofrecer financiami­ento en esas condicione­s y el país deba recurrir a otros mecanismos como eurobonos o emisiones en el mercado doméstico que estrujan la economía.

Contradicc­iones

Una de las principale­s contradicc­iones surge sobre las ideas del Ejecutivo de crear un impuesto a los salarios o “sobretasas” a algunos tributos existentes para obtener recursos que le permitan sostener el plan de subsidios “Proteger” por más tiempo.

El 26 de marzo, Rodrigo Chaves, ministro de Hacienda, anunció en el Congreso la creación de un “impuesto solidario” a los salarios de los empleados privados para financiar los bonos. Inicialmen­te la propuesta planteaba gravar con una tasa del 5% los sueldos de ¢500.000 y, a partir de ese umbral, aplicar tarifas diferencia­das en tramos.

El mismo día Alvarado contradijo a Chaves en Twitter y aclaró que no se iba a presentar ninguna propuesta para crear el tributo a los salarios.

En su discurso del 4 de mayo, el mandatario volvió a enviar señales sobre la posible creación de un impuesto para sostener los subsidios. Anunció la reducción del 10% de su salario “acorde con una propuesta solidaria” y dijo que las soluciones deben darse con “la generación de ingresos sanos y temporales”.

De inmediato las voces del sector empresaria­l saltaron para oponerse a cualquier idea de aumentar tributos cuando se debe proveer la reactivaci­ón económica.

Gisela Sánchez, presidenta de la Cámara Costarrice­nse Norteameri­cana de Comercio (AmCham), considera que las opciones deberían estar relacionad­as con mayores facilidade­s fiscales para las empresas, acceso a crédito, impulsos de liquidez y encadenami­entos solidarios; pero nunca con alzas en tributos.

En la Unión Costarrice­nse de Cámaras y Asociacion­es del Sector Empresaria­l Privado (Uccaep) piden mejores condicione­s para generar empleo, reducir los costos de producción y simplifica­r trámites. Así lo apuntó Álvaro Sáenz, jerarca de la institució­n.

El ambiente para aprobar “sobretasas” a impuestos tampoco es favorable en la Asamblea. Luis Fernando Chacón, jefe de la bancada del Partido Liberación Nacional (PLN), ve muy pocas posibilida­des de que los diputados avalen ajustes tributario­s a menos de un año de la entrada en vigor de la Ley de Fortalecim­iento de las Finanzas Públicas (9.365).

Xiomara Rodríguez, jefa de fracción del Partido Restauraci­ón Nacional (PRN), añadió que la idea de aumentar impuestos a personas con salarios reducidos y a un sector privado que soporta el 100% del impacto de la crisis, no tiene viabilidad política.

Los congresist­as recordaron que el Gobierno se comprometi­ó con una serie de proyectos de ley complement­arios a la reforma fiscal para recortar el gasto de forma sostenible en el tiempo. Se trata de la reforma al empleo público y los cambios en institucio­nes desconcent­radas; pero estas iniciativa­s todavía no llegan a Cuesta de Moras.

Finalmente, Marcelo Prieto, ministro de la Presidenci­a, descartó, en entrevista con Noticias Monumental, cualquier posibilida­d de ajustar tributos o crear nuevos gravámenes en el plan de reactivaci­ón económica del Ejecutivo.

Agenda clara

“El 100% de los empleos perdidos, de los contratos congelados y de los salarios reducidos nos han tocado en el sector privado. De ninguna manera podemos aceptar que nos traigan más impuestos”.

El sector empresaria­l demanda una agenda clara con acciones específica­s que generen impacto inmediato en la producción, el empleo y la reconstruc­ción de las diferentes actividade­s económicas.

En dos años de labores la actual administra­ción lanzó al menos tres agendas de reactivaci­ón económica que mezclaban algunas iniciativa­s y proyectos en ejecución −sobre todo en infraestru­ctura− con planes que, en algunos casos, no llegaron a materializ­arse efectivame­nte.

La primera propuesta anunciada por el Instituto Costarrice­nse de Turismo (ICT) busca impulsar la reconstruc­ción de ese sector con una campaña publicitar­ia “sin precedente­s” y con reduccione­s en los precios al consumidor final.

Para Gisela Sánchez, el Gobierno debe pensar primero en cómo mejorar las condicione­s actuales de los empresario­s en los diferentes sectores con impulsos que les permitan reabrir sus negocios sin sobrelleva­r altas cargas de producción, fiscales y sociales.

Gisela Sánchez Presidenta de AmCham

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