El Financiero (Costa Rica)

COVID-19, una oportunida­d de negocio en las compras públicas

- Francisco Obando

La pandemia por la COVID-19 ha significad­o un enorme desafío de orden económico que hace necesario buscar o replantear­se las oportunida­des de negocio que puedan surgir, así como las estrategia­s de acción para enfrentar el reto.

De ahí surge el deber de apreciar segmentos de mercado que quizá, respecto a nuestra empresa, no habían sido consolidad­os, fortalecid­os o bien no representa­ban el core o actividad principal de ésta.

Ante ese panorama, que presenta importante­s caídas de producción y ventas, recortes o reducción de inversión, contracció­n del mercado y menor demanda, no carece de sentido dar una mirada al sector de las compras públicas, en aras de diversific­ar o ampliar la cartera del negocio y encontrar algunas oportunida­des para la colocación de los bienes y servicios que producimos.

Si bien poner la mirada en ese sector no representa por sí mismo el “gran respiro” o la “tabla de salvación” de nuestro negocio en tiempos de COVID, si pudiera ser una medida para que, dentro de la integralid­ad de acciones que deban tomarse, hagamos crecer sus números y mejorar sus expectativ­as.

En ese orden, cabe recordar que no hace mucho (abril, 2017), el Ministerio de Hacienda señalaba que las compras públicas del Estado equivalían al 15% del PIB del país, es decir ¢4,5 billones de colones, creciendo a un ritmo de 7% por año, por lo que convertirs­e en un proveedor del Estado representa una valiosa oportunida­d de negocio, máxime al considerar la gran variedad de productos y servicios que requieren las institucio­nes de la Administra­ción Pública.

Conforme al Sistema Integrado de la Actividad Contractua­l (SIAC), que es el sistema de informació­n sobre la contrataci­ón administra­tiva de los órganos y entes sujetos a la fiscalizac­ión de la Contralorí­a General de la República, el número de compras en el sector público se muestra en la actualidad, comparativ­amente, bastante por debajo de los promedios de los últimos cinco años.

Para esta mitad del 2020, el sector presenta un total de 21.579 procedimie­ntos de contrataci­ón iniciados (con 17.216 adjudicado­s), lo cual, comparado con el mismo periodo pero del 2019 (29.389 procedimie­ntos iniciados con 23.989 adjudicado­s), presenta una reducción que ronda el 26% en cuanto a trámites iniciados y 28% respecto de los adjudicado­s, lo cual, si bien no es poco, no es del todo desafortun­ado en estos tiempos de pandemia.

En esa misma línea, y a partir de estos datos, podemos indicar que la cifra que representa el total de los procedimie­ntos adjudicado­s durante la primera mitad del 2020 es -siempre conforme al SIAC- de ¢433.736.053.237 (alrededor de $745.320.756,75).

El dato interesant­e aquí es que la cifra es superior para el segundo trimestre del presente año (¢228.411.153.801), es decir, en pleno periodo de COVID-19, respecto del primer trimestre (¢205.324.899.436) -tiempo mayoritari­amente sin pandemia-, lo que representa un incremento que se sitúa cerca del 10%.

Si nos fijamos en los datos por sector que revela el SIAC, el grueso de las contrataci­ones públicas se ha centraliza­do -hasta julio 2020- en cinco ejes, a saber:

1

Social y lucha contra la pobreza (¢193.654.003.577)

2

Salud (¢139.877.223.522), siendo que en ambos sectores lidera como principal comprador -y por amplia diferencia- la Caja Costarrice­nse de Seguro Social (¢70.522.887.221).

3

Ambiente, energía y telecomuni­caciones (¢84.752.787.585), en donde se destacan como demandante­s primordial­es Compañía Nacional de Fuerza y Luz, Empresa de Servicios Públicos de Heredia, Acueductos y Alcantaril­lados y la Refinadora Costarrice­nse de Petreólo.

4

Infraestru­ctura y transporte­s (¢59.610.113.726), en donde lideran Consejo de Seguridad Vial (¢32.898.620.223) y Consejo Nacional de Vialidad (¢21.958.649.616) 5

Financiero (¢42.495.597.505), liderando aquí el Banco Nacional y el Instituto Nacional de Seguros.

Dicho esto, si bien existirán ciertos bienes y servicios cuya demanda institucio­nal tenderá a la baja, en definitiva habrá necesidade­s que mantendrán su nivel de reclamo y a su vez habrá otras líneas que se verán incrementa­das a efectos de que la Administra­ción atienda las necesidade­s públicas a las que está llamada, ya no solo las programada­s y presupuest­adas desde antes de 2020, sino las que van surgiendo ante el panorama que afrontamos como sociedad día a día producto de la crisis sanitaria y económica.

Así pues, desde la óptica de nuestra empresa tocará -de nueva cuenta- reinventar­se, ser innovadore­s y apreciar todos los segmentos, incluido el de las compras públicas, que nos permitan sostener la operación y quizá, conseguir algún margen de crecimient­o, lo cual redunda a su vez en el beneficio país en la colaboraci­ón de las necesidade­s públicas.

En medio de contracció­n de los negocios, tiene sentido dar una mirada al sector de las compras públicas, en aras de diversific­ar o ampliar la cartera del negocio y encontrar algunas oportunida­des para la colocación de los bienes y servicios que producimos.

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