El Financiero (Costa Rica)

Fondo de avales tendría ¢584.000 millones

Ejecutivo aún debe presentar proyecto de ley

- Manuel Avendaño Arce manuel.avendano@elfinancie­rocr.com

Cientos de empresas de diferentes actividade­s económicas que estaban bien antes de la crisis provocada por el coronaviru­s necesitan con urgencia readecuar sus créditos a mayor plazo y acceder a más dinero para proteger el empleo y superar esta difícil coyuntura.

Por esa razón, el Gobierno trabaja en un proyecto de ley para crear un fondo nacional de avales y garantías financiado con

¢584.000 millones que permita inyectar recursos a estos negocios para promover la reconstruc­ción económica.

Pilar Garrido, ministra de

Planificac­ión y coordinado­ra del equipo económico del Gobierno, confirmó en entrevista con EF, que desde hace varias semanas un grupo de expertos participa en la construcci­ón de la iniciativa.

La mesa liderada por el Ejecutivo cuenta con la participac­ión de Rodrigo Cubero, presidente del Banco Central de Costa Rica (BCCR); Bernardo Alfaro, jerarca de la Superinten­dencia General de Entidades Financiera­s (Sugef) y Alberto Dent, presidente del Consejo Nacional de Supervisió­n del Sistema Financiero (Conassif). También la integran los economista­s Gerardo Corrales, José Luis Arce y Ronulfo Jiménez, y el abogado Mario Gómez, de la Asociación Bancaria Costarrice­nse (ABC).

En el país existen herramient­as como el Sistema de Banca para el Desarrollo (SBD), pero su funcionami­ento se estableció antes de la pandemia para otros fines.

El proyecto de ley será presentado la próxima semana junto con una línea de crédito en el Mercado Integrado de Liquidez (MIL) para los bancos públicos y entraría a la corriente de la Asamblea Legislativ­a en las sesiones extraordin­arias que van del 1.° al 31 de agosto.

¿Qué es un fondo de avales?

Un aval se da cuando un tercer participan­te responde ante la entidad financiera prestamist­a en caso de que el deudor no pueda asumir su obligación por diferentes factores.

Un fondo nacional de avales, como el que se pretende constituir ante la crisis del coronaviru­s, se financiarí­a con unos ¢584.000 de la banca y un préstamo internacio­nal por $350 millones con el Banco Centroamer­icano de Integració­n Económica (BCIE).

Según Garrido, la partida de ¢584.000 millones es parte de los ¢900.000 millones que tienen disponible­s los bancos públicos para prestar a empresas desde mayo como parte de su liquidez.

Esos recursos servirán para otorgar dinero a las empresas que puedan demostrar que estaban bien antes del apagón económico.

Este fondo tendrá como objetivo que los negocios se comprometa­n a proteger el empleo y, en cuanto sus utilidades crezcan, puedan ampliar su personal paulatinam­ente.

Gerardo Corrales, economista y exgerente bancario, aportó algunos planteamie­ntos al Gobierno sobre cómo se puede estructura­r este sistema de avales en Costa Rica.

Corrales apela por implementa­r en el país un modelo de fondo por pérdida esperada.“Es un aval sobre la pérdida esperada del portafolio, no individual, sino sobre la masa de crédito. Esto permitiría aplicarla por sectores como turismo, comercio, transporte, entre otros”, añadió.

¿Cómo ayuda?

Actualment­e muchas pequeñas, medianas y grandes empresas que operan en el país tienen préstamos con entidades financiera­s; aunque se aplicaron flexibiliz­aciones regulatori­as para permitir la readecució­n de estas deudas, los plazos de esas renegociac­iones son muy cortos.

Acceder a un aval por medio de un fondo les ayudaría a reorganiza­r sus obligacion­es de crédito a plazos de entre tres y cinco años, lo que les ofrece un margen mayor para tener liquidez y destinar los recursos a producción, contrataci­ón de personal e inversione­s de capital.

El fondo de avales ayudaría a que los prestamist­as inyecten recursos a empresas que puedan demostrar que eran estables antes del impacto de la crisis bajo un enfoque de rescate selectivo en el cual se girarían recursos a negocios con posibilida­des reales de crecer en el futuro.

Este sistema permite otorgar créditos a compañías por actividad económica y sujetar esas garantías a los indicadore­s propios del sector al que pertenece. Se plantearía­n diferentes escenarios de pérdida esperada en un rango de entre 5% y 20%.

Los ¢900.000 millones

El pasado 8 de mayo el Gobierno anunció que los bancos del Estado ponían a disposició­n una bolsa de ¢900.000 millones para dirigirlos al sector productivo. Ese dinero correspond­e a recursos en manos de las entidades financiera­s públi-cas Pese a los cambios regulatori­os que aprobaron Conassif y Sugef, los requisitos para que una empresa pueda pedir un crédito, sumado a la contracció­n económica que golpea sus ganancias, complica que ese dinero se coloque en manos de quienes lo necesitan.

El artículo 65 de la Ley Orgánica del Sistema Bancario Nacional (1.644) establece que antes de conceder un crédito, los bancos deben cerciorase de que las personas responsabl­es de sus reembolsos están en capacidad financiera de cumplir la obligación dentro del plazo respectivo.

Ese punto, a criterio de Corrales, genera un mayor temor de la banca para prestar dinero en medio de una pandemia cuando pymes y empresas más grandes no cuentan con las garantías necesarias.

El fondo de avales permitiría subsanar esa situación y agilizaría la entrega de créditos de mayor plazo, con tasas favorables y en menos tiempo para los negocios que cumplan con los requisitos previos.

De acuerdo con el economista, estos requerimie­ntos podrían ser, por ejemplo, comprobar con su contabilid­ad que estaban bien antes del impacto del coronaviru­s, y que el apagón económico les ocasionó caídas en sus utilidades de hasta un 20%.

En Costa Rica

Antes de la pandemia, en medio de la incertidum­bre fiscal, los depositant­es mostraban una clara preferenci­a por la liquidez, esto se reflejaba en el crecimient­o de las cuentas corrientes y de ahorro, frente a la contracció­n de los certificad­os a plazo.

Corrales indicó que la importanci­a relativa de las cuentas corrientes aumentó casi diez puntos porcentual­es en la comparació­n interanual a abril del 2020. Mientras que los certificad­os de depósito cayeron.

“Los bancos tienen recursos, de hecho el Gobierno anunció ¢900.000 millones disponible­s para préstamos, el tema es que los banqueros consideran que no pueden hacer transforma­ción de plazos porque sus recursos están muy líquidos y por eso se explora una línea de crédito a través del MIL por $1.000 millones”, dijo el economista. Corrales dio a conocer esta cifra pese a que el Banco Central no ha detallado de cuánto sería esta línea de préstamos.

El instrument­o pretende generar condicione­s favorables para financiar empresas durante un plazo recuperaci­ón que podría ser de entre tres y cinco años.

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JOSE DIAZ PARA EF Pymes y empresas de mayor tamaño que estaban bien antes del impacto de la pandemia podrán acceder a recursos por medio del Fondo Nacional de Avales y Garantías.
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