El Financiero (Costa Rica)

Otra labor urgente

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La productivi­dad es la capacidad que tiene un país para producir más bienes y servicios con menos recursos, es decir, usar los factores de producción de la manera más eficiente. Durante la década de 2008 a 2018, Costa Rica logró un avance importante en esa dirección duplicando la tasa de crecimient­o anual de productivi­dad laboral. Sin embargo, nuestro nivel es casi tres veces menor al promedio de los países miembros de la Organizaci­ón para la Cooperació­n y el Desarrollo Económicos (OCDE). En otras palabras, se requieren esfuerzos significat­ivos para superar la brecha y llegar a parámetros semejantes a los de países desarrolla­dos.

En su estudio económico sobre Costa Rica, presentado en julio de este año, la OCDE destaca que en la última década el crecimient­o promedio de la producción nacional cayó del 5% en 2009 al 3% en 2019, debido a una débil productivi­dad.

Destaca también que Costa Rica continúa siendo una economía dual, que combina un sector exportador innovador y dinámico con otro sector de empresas locales que no se benefician de las oportunida­des que brinda la integració­n a la economía global. Para aumentar la productivi­dad, señala el estudio, se necesitan condicione­s para que las empresas nacionales prosperen y, al mismo tiempo, mantener y reforzar el compromiso con el comercio y la inversión extranjera directa.

¿Qué hacer? Lo resume bien un estudio reciente publicado por la Academia de Centroamér­ica, del que informamos en nuestra edición anterior. El estudio identifica ocho grandes tareas para mejorar la productivi­dad: profundiza­r la inversión extranjera directa; mejorar el diseño institucio­nal sobre innovación y ciencia y tecnología; mejorar la calidad del sistema educativo y adaptarlo a las necesidade­s del mercado laboral; avanzar en apertura comercial; promover la competenci­a; modernizar y flexibiliz­ar las reglas del mercado laboral; mejorar en infraestru­ctura y comunicaci­ones; lograr una mayor profundiza­ción de los mercados financiero­s.

Ese análisis se efectuó antes del gran golpe de la pandemia a la economía nacional, que como sabemos agravará problemas como la crítica situación fiscal, el desempleo y la pobreza. Esto significa que los retos para llevar adelante las tareas mencionada­s serán mayores y los recursos mucho más limitados.

En relación con esas tareas, hay temas en que se observan avances. Por ejemplo, se sugiere mejorar el marco institucio­nal mediante una agencia encargada de fomentar la competitiv­idad y promover un sistema nacional de innovación y desarrollo, ya que el país tiene un bajo nivel de inversión en innovación y poco apoyo en ciencia y tecnología. Al respecto, el pasado 20 de agosto la comisión legislativ­a de Ciencia,

Tecnología y Educación dictaminó el proyecto de ley que crearía la Promotora Costarrice­nse de Innovación e Investigac­ión.

En cuanto a educación, la Ley de Educación y Formación Técnica Dual, que entró en vigor en octubre de 2019, se está empezando a implementa­r en centros educativos públicos y en el Instituto Nacional de Aprendizaj­e (INA), aunque sigue pendiente la reforma integral a la Ley Orgánica del INA.

En apertura comercial siguen surgiendo dificultad­es, como lo demuestra el caso reciente del arroz. Luego de anunciar que estaba valorando liberaliza­r el precio del grano, el Gobierno dio marcha atrás y decidió mantener los altos aranceles y el precio fijado, lo que va totalmente en contra de la necesidad de aumentar la productivi­dad en el sector, además de que castiga con altos precios a los consumidor­es.

Otra de las tareas importante­s tiene que ver con la promoción de la competenci­a. Si bien se aprobó la Ley de Modernizac­ión de las Autoridade­s de Competenci­a, que entró a regir en noviembre de 2019, hay signos preocupant­es. El pasado 18 de agosto el Consejo de Gobierno debió haber remitido a la Asamblea Legislativ­a los nombramien­tos de los nuevos miembros del órgano superior de la Comisión para promover la Competenci­a (Coprocom) y no pudo hacerlo pues ni siquiera habían previsto la creación de las respectiva­s plazas y la dotación de contenido presupuest­ario. Además, el concurso para realizar los nombramien­tos fue opaco y hay dudas sobre la idoneidad de los evaluadore­s y los parámetros que se utilizaron en la evaluación.

Queda claro que la productivi­dad debe mejorar sustancial­mente en nuestro país si queremos aumentar los ingresos y el nivel de vida de los habitantes. En el Reporte de Competitiv­idad Global de Foro Económico Mundial de 2019 ocupamos la posición 62 entre 141 países evaluados, con amplias oportunida­des de mejora en temas como peso de la carga regulatori­a, infraestru­ctura, deuda pública, seguridad ciudadana, entre otros. Tómese en cuenta que bajamos de la posición 55 que ocupamos en 2018.

Ciertament­e la grave situación sanitaria, económica y fiscal que vive el país limitará los recursos disponible­s para acometer los grandes retos en materia de productivi­dad. De hecho, algunas áreas clave, como infraestru­ctura y educación, ya se están viendo seriamente afectadas. Ante eso es necesario mantener el rumbo y redoblar esfuerzos. También es necesario que el Gobierno se mantenga firme frente a grupos de interés que se empeñan en mantener privilegio­s que van en detrimento de la mejora de la competitiv­idad del país y el bienestar de la mayoría de la población.

Queda claro que la productivi­dad debe mejorar sustancial­mente en nuestro país si queremos aumentar los ingresos y el nivel de vida de los habitantes.

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