Prepare su negocio para los cambios de WhatsApp Business
Facebook busca integrar sus plataformas con fines comerciales
El 8 de febrero entrarán en vigencia las nuevas condiciones de la popular aplicación de mensajería WhatsApp, propiedad de Facebook, usada por 2.000 millones de personas en todo el mundo.
Las nuevas reglas deberán ser aceptadas por los usuarios obligatoriamente si desean continuar empleando la aplicación para comunicarse con sus contactos y con empresas.
No obstante, los cambios aplican específicamente en conversaciones con empresas a través del API de WhatsApp Business, una versión de la aplicación dirigida a servicios comerciales que la compañía lanzó hace unos años.
Hasta ahora, la información que se comparte en las conversaciones entre usuarios y empresas está encriptada. Con las nuevas reglas de WhatsApp, dichos datos serán de acceso para las compañías encargadas del almacenamiento, entre ellas Facebook, principalmente con fines comerciales y de marketing.
“Cuando usas las tiendas de Facebook en WhatsApp, recopilamos y compartimos información con Facebook sobre tu actividad de compra, como los productos que ves y adquieres. Esto significa que las búsquedas y las compras de productos que hagas en las tiendas pueden influir en lo que ves en esos sitios y en otros productos de Facebook”, se lee en el sitio web de WhatsApp.
Con esta decisión la tecnológica aspira a unificar sus plataformas: Facebook, Instagram y WhatsApp.
“El cambio principal es que algunos datos de los usuarios pueden ser compartidos con Facebook cuando estos se comunican con cuentas empresariales”, precisó Mauricio París, especialista en protección de datos de Ecija Legal.
París considera que los cambios no han sido bien comunicados y ya la empresa ha salido en varias ocasiones a aclarar.
“Facebook es la que va a poder hacer uso de esos chats de una manera diferente (...). El destino final de esos chats la empresa lo decide”, explicó Kenneth Monge, profesor de ciberseguridad de la Universidad Cenfotec.
Los chats entre usuarios particulares seguirán cifrados, tal y como sucede actualmente.
¿De qué datos estamos hablando? Facebook podría acceder a los mensajes completos, al número de teléfono, a la ubicación del usuario, entre otros.
La red social ha venido transformándose, abriendo espacio a un marketplace para que empresas desarrollen negocios a través de la plataforma. Estos cambios responden a una “consecuencia lógica” en el modelo de negocios, según París.
La familia de empresas de Facebook comparten información entre sí, y eso incluye ahora a WhatsApp. “Nosotros la compartimos para operar, proporcionar, mejorar, entender, personalizar, respaldar y comercializar nuestros servicios”, indica la aplicación en el sitio web.
Para las empresas, el cambio principal es la posibilidad de contratar a Facebook como proveedor de servicios de almacenamiento y gestión de mensajería. El único riesgo, según París, es que las personas evitan hablar con comercios a través de WhatsApp, situación que ve difícil pues la comodidad y la demanda del servicio ya está consolidado.
Eso sí, París recalca que las empresas que usen estos API deberán ser más cuidadosas en escoger cuál será el proveedor de ese servicio, pues si llega a darse una vulneración de datos, podrían acarrear alguna responsabilidad.
Ambos expertos expresaron sus dudas sobre la ambigüedad de estas medidas y de las que Facebook dice que ya aplica, pues no existe una contraparte que confirme que se cumple lo que dicen.
“Hay elementos que no tenemos forma como usuarios de poder verificar”, aseguró el abogado.
¿Pasarse a otras aplicaciones?
Todas las aplicaciones recolectan información de sus usuarios. La más básica es el correo electrónico, por ejemplo. Sin embargo algunas guardan más datos que otras.
WhatsApp ha crecido al punto que es hoy una herramienta fundamental en la comunicación con familiares, amigos o hasta grupos de trabajo.
Con las nuevas condiciones anunciadas por la compañía, muchos usuarios han preferido desinstalar la aplicación de sus dispositivos móviles y migrar a otras como Telegram, Signal o iMessage.
Sin embargo, mantienen sus perfiles en Facebook o Instagram, que son parte del mismo grupo empresarial.
¿Sirve de algo? “No me parece que sea un tema de cuál plataforma utilizar, sino cuál información comunicar por medio de estas plataformas”, dijo París.
En criterio de Monge, el tema está es que se están mezclando las cuentas de las tres redes sociales.
“Es diferente tener datos de recuperación de cuenta a tener que compartir datos con fines comerciales”, mencionó el docente.
Otras aplicaciones como la rusa Telegram o la norteamericana Signal ofrecen algunas características que podrían dar más seguridad, pero depende del punto de vista del usuario y sus necesidades.
Sin embargo, en el caso de Telegram ya ha tenido algunos episodios de vulnerabilidad, según París.
En una comparación realizada por la revista Forbes, la aplicación que más datos guarda de los usuarios es Messenger de Facebook, mientras que Signal no almacena ninguno.
Así es que, Monge recalca que dependerá de cada usuario si está de acuerdo o no con el uso que se le dará a sus datos. Las recomendaciones básicas a la hora de usar WhatsApp o cualquier otra aplicación son: no dar información personal sensible, no compartir constantemente fotografías personales o íntimas y reducir la cantidad de información que se publica.
Legislación
Un detalle que llamó la atención de especialistas y usuarios es que los nuevos términos de uso de WhatsApp no aplican para la Unión Europea (UE).
Esto se debe a que la UE posee legislación sobre protección de datos más rigurosa que el resto del mundo y su violación acarrea considerables multas económicas, por lo que la tecnológica quiere evitar problemas.
Además, según Monge, hay algunas excepciones también para Brasil y California, por la misma razón.
Tal situación deja en evidencia la falta de legislación en otros países, pero también que las nuevas reglas de WhatsApp no se ajustan a los estándares más altos de protección de datos, los de la UE, y por eso evita aplicarlos en ese territorio.
“Todos los que estamos fuera de Europa somos ciudadanos de segunda clase desde el punto de vista de la privacidad porque no tenemos el marco regulatorio del Reglamento General de Protección de Datos europeo”, explicó París.