El Financiero (Costa Rica)

Planta de ensamble y prueba es única en este lado del mundo

Timothy Scott, gerente de Asuntos Gubernamen­tales de Intel, destaca oportunida­des de Costa Rica por cambios en chips.

- Carlos Cordero Pérez carlos.cordero@elfinancie­rocr.com

Intel Costa Rica anunció que la inversión para la planta de ensamble y prueba que empezará a operar en este segundo semestre aumentará en los próximos tres años de los $350 millones previstos inicialmen­te a $600 millones.

La cantidad de puestos para la misma operación se triplicará a 600 y se mantienen las contrataci­ones para las otras dos áreas que tiene la firma en San Antonio de Belén: el Centro de Investigac­ión y Desarrollo (I&D) y el Centro de Servicios Globales.

Thimothy Scott, gerente de asuntos gubernamen­tales de Intel Costa Rica, conversó con EF sobre el anuncio realizado este 21 de julio en la mañana.

– ¿Cuáles son las razones de este aumento en la inversión y el empleo para la planta de ensamble y prueba?

–La demanda sigue creciendo e Intel tiene que aumentar su oferta en toda la cadena, incluyendo ensamble y prueba para Costa Rica. Hay también otros componente­s, que son nuestros centros de I&D y de Servicios Corporativ­os Globales. Solo ensamble y prueba pasa a 600 personas y la inversión a $600 millones en tres años. Es una respuesta a la demanda de nuestros productos. Debemos recordar que ese era el número de colaborado­res (2.700) que teníamos en 2014. Para nosotros marca un hito muy especial.

– En algún momento vamos a ver un freno en la demanda de componente­s. ¿Hasta cuándo ocurrirá este fenómeno en la industria?

–Hay estudios de organizaci­ones de semiconduc­tores a nivel global que dicen que la demanda actual no podrá ser satisfecha hasta por lo menos 2023 o 2024. Todavía queda rato. Eso es lo que estamos viendo. Además del impacto que tuvo la pandemia con mucha gente trabajando y estudiando desde casa, cada vez hay más productos conectados y cada vez nos conectamos más a la nube. Cada vez tenemos menos informació­n en los dispositiv­os y más lo que tenemos en la nube.

Eso quiere decir que tenemos que aumentar la capacidad de aquellos procesador­es que están en la nube. Justamente el área de servidores es dónde se va a concentrar la operación en Costa Rica.

– Intel decide reabrir la planta en Costa Rica y abrir nuevas plantas en Estados Unidos. Ahora además aumentamos la planta en San Antonio de Belén. ¿Cuáles son las razones de Intel propiament­e?

–Nuestro proceso de manufactur­a tiene diferentes etapas. Las inversione­s que anunciadas principalm­ente en EE. UU. son en fabs, las megafábric­as que crean desde cero la oblea de silicio y que están principalm­ente en Oregón y Arizona. Una vez creada las obleas de silicio, se cortan y se envían a ensamble y prueba, que es donde entramos nosotros a jugar en la ecuación.

En Costa Rica los ensamblamo­s y los probamos, nos aseguramos que están en las condicione­s requeridas por nuestros clientes y las enviamos. Entonces un incremento en las fabs debería traer un incremento en el siguiente eslabón de la cadena productiva, que son los ensambles y prueba, que por ahora los únicos en este lado del mundo somos en Costa Rica.

Si aumenta la capacidad en las fabs, debería aumentar la capacidad aquí. Nuestro centro de I&D también se tiene que ampliar, porque está antes de la etapa de fabricació­n o dentro de los experiment­os que hacemos para asegurarno­s que nuestros microproce­sadores van en las condicione­s adecuadas.

Obviamente todo lo que hace nuestro equipo del Centro de Servicios Globales en finanzas, en recursos humanos, en tecnología de informació­n y en mercadeo y ventas tiene esa asociación respecto al incremento de la demanda. Por eso también se realizó una inversión de $40 millones en tecnología y en equipos para nuestro centro de I&D.

– ¿Cuándo empiezan a operar las plantas nuevas que se habían anunciado en EE. UU.?

–Estos son procesos bastante largos. Normalment­e una de estas fabs lleva de tres a cuatro años para empezar a operar.

– ¿Significa que cuando empiecen a operar de ahí vendrán insumos también para la planta de Costa Rica?

–Depende de lo que pase a nivel global. Esta es una inversión muy apetecida. Hay que ser transparen­tes. Hay muchas operacione­s internas en el mismo Intel que están compitiend­o por tener estas operacione­s que sirven como siguiente eslabón en la cadena a las fábricas. Tenemos que mantenerno­s competitiv­os.

– Con respecto a la inversión que se anunció ahora: ¿Eso implica que se van a construir más instalacio­nes en Belén?

–Se va a utilizar al máximo las instalacio­nes que ya tenemos. Estamos adaptando todo lo que tenemos. Por efecto de la pandemia, cerca del 80% de los colaborado­res y colaborado­ras estamos trabajando desde casa. Esto nos dio el espacio para reacondici­onar las instalacio­nes y estar preparados para lo que requiere la corporació­n.

– ¿El Centro de Servicios queda con trabajo híbrido o teletrabaj­o?

–En Intel estamos empezando a trabajar en lo que denominamo­s

el futuro del trabajo y en ese futuro habrá tres formas.

Uno es el esquema de trabajo desde el sitio, en nuestro caso desde Belén. Ahí van a estar las operacione­s en que consideram­os no teletrabaj­ables, como las personas que tienen que estar en la planta o en algunos de nuestros laboratori­os haciendo uso de los equipos que tenemos ahí.

Habrá un modelo híbrido para las personas que podemos trabajar desde casa o que podemos ir también uno dos o tres días a la operación en Belén. Y habrá muy pocos casos en los cuales habrá un modelo 100% remoto.

¿Cuántos van a estar en estas condicione­s? ¿Cuántos días vamos a trabajar desde casa? ¿Cuántos días vamos a trabajar desde las oficinas de Belén? No sabemos, hasta que tengamos mejores noticias en relación con cómo nos va tratando la pandemia.

Lo que sí está seguro es que aquellas personas que tienen labores que no son teletrabaj­ables seguirán trabajando desde Belén.

– ¿Qué tipo de puestos están pidiendo?

–Es muy diverso. Cada centro requiere personas con perfiles bastantes diferentes. Hay varias vacantes por puesto.

En ensamble y prueba se requiere una gran base de personas con grado universita­rio y técnico (del Instituto Nacional de Aprendizaj­e o colegios técnicos) en áreas de electricid­ad, electrónic­a, mecatrónic­a que podrían estar trabajando en la planta. Los ingenieros son principalm­ente los líderes que trabajan con las personas técnicas.

En el Centro de I&D es donde hay más diversidad de ingeniería­s. Aquí son personas con grado académico universita­rio o incluso que están cursando sus carreras universita­rias. Aquí también son ingenieros electrónic­os, eléctricos, computació­n, software, electromec­ánica. Es una variedad mucho más amplia.

En el Centro de Servicios Globales son personas con capacidade­s en recursos humanos, finanzas, mercadeo y ventas y tecnología­s de la Informació­n. Es un espectro muy amplio.

– ¿Están consiguien­do el recurso que necesitan?

–Sí hemos sido exitosos consiguien­dolo. Sí tenemos que hacer un trabajo muy fuerte para conseguirl­o. Hay dos partes de la ecuación.

Una parte es la oferta, a nivel universita­rio y técnico en las áreas de ciencias, tecnología, ingeniería y matemática­s que es donde hay más trabajos para el futuro.

Está también la parte de la demanda, que es muy diferente a 1997 cuando iniciamos en Costa Rica. Hoy tenemos un ecosistema en donde muchas más empresas están buscando personas con las mismas capacidade­s.

“Un incremento en las fabs debería traer un incremento en el siguiente eslabón de la cadena productiva, que son los ensambles y prueba, que por ahora los únicos en este lado del mundo somos Costa Rica”.

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