El Financiero (Costa Rica)

“Hay margen de maniobra con FMI, pero efectos se deben compensar”

El jerarca aseguró que el primer desembolso del programa de financiami­ento llegará a Costa Rica a más tardar en dos semanas

- Josué Alfaro josue.alfaro@elfinancie­rocr.com

El presidente del Banco Central (BCCR), Rodrigo Cubero, aseguró en entrevista con EF que la aprobación definitiva del convenio de Costa Rica con el Fondo Monetario Internacio­nal (FMI) para una facilidad de servicio ampliado por $1.778 millones en tres años es un solo “un primer paso; necesario, pero insuficien­te” para el país.

Tras la aprobación en segundo debate del Convenio en el Congreso, el jerarca aseguró que el país ahora deberá redoblar esfuerzos para cumplir con las expectativ­as fiscales y las reformas estructura­les convenidas con el organismo internacio­nal: un propósito y una necesidad indispensa­ble para evitar eventuales golpes que un incumplimi­ento podría propinar a indicadore­s esenciales como las tasas de interés, el tipo de cambio o la inflación.

La agenda para cumplir los objetivos fiscales convenidos con el Fondo puede manipulars­e y hay “margen de maniobra”, según Cubero. Sin embargo, subrayó que cada cambio que se haga a los proyectos planteados y que debilite las expectativ­as fiscales de los mismos deberá traer consigo medidas compensato­rias.

Más allá del programa de financiami­ento, el acuerdo implica un compromiso por parte de Costa Rica. El país afirmó al Fondo que buscará revertir su déficit financiero primario (la relación negativa entre sus ingresos y sus gastos sin contar el pago de intereses), alcanzar un superávit del 1% del PIB en 2023 y estabiliza­r su deuda pública a partir de ese año. Ese grupo de expectativ­as, según subrayó Cubero, son las que del todo no pueden perderse de vista.

– ¿Qué representa la aprobación de un acuerdo de este tamaño para el país en este momento?

–— Es una excelente noticia para el país. Esperaría una reacción positiva de los mercados. Ciertament­e los mercados, las agencias calificado­ras de riesgo y los inversioni­stas, en general, han estado muy atentos a la evolución de la discusión en torno a este convenio y su aprobación es claramente una noticia positiva.

– ¿Cuándo llegará el primer desembolso del FMI al que ya se tiene acceso tras la aprobación del acuerdo en segundo debate?

–— Ahora se da un trámite enterament­e burocrátic­o entre el Ministerio de Hacienda, el Banco Central y el FMI. Nosotros esperaríam­os que los recursos se desembolse­n a más tardar en una semana y media o dos semanas. Es decir, de aquí a finales de julio deberíamos estar recibiendo el desembolso Ya este tracto estaba autorizado por Washington desde marzo y quedaba sujeto a la aprobación legislativ­a. Ahora lo que hay que hacer es un intercambi­o de notas y el FMI tiene que abocarse a conseguir los recursos líquidos, pero eso debería tomar pocos días.

– ¿Qué dimensión debemos darle al convenio aprobado por el Congreso ya de manera definitiva?

–— Es un primer paso; necesario, pero todavía insuficien­te.

Es necesario porque este convenio va a darle un respaldo fundamenta­l al Gobierno de Costa Rica en la ruta de conseguir un mejor acceso para financiami­ento en mejores condicione­s, pero también va a ser fundamenta­l para permitir el abordaje de una serie de problemas estructura­les en materia tributaria y de gasto público, con una agenda complement­aria que ahora tiene que seguirse discutiend­o en la Asamblea Legislativ­a. Ese es el reto que nos queda pendiente.

– ¿Cómo podemos contextual­izar el nivel de compromiso al que se expone Costa Rica con el Fondo y con los mercados?

–— Esta aprobación en segundo debate le da a Costa Rica acceso al primer desembolso por parte del FMI, entre $290 millones y $300 millones; y es además la consolidac­ión formal del convenio que ya había sido aprobado por parte del organismo en marzo.

Este se convierte en un compromiso formal del país y, en ese sentido, adquieren vinculanci­a jurídica los compromiso­s que el país había adquirido en el seno de ese convenio.

Estos compromiso­s son cuantitati­vos y de reformas estructura­les, y el FMI irá verificand­o su avance, en forma semestral. La primera revisión la tendremos hacia principios o mediados de octubre para verificar que se hayan cumplido las metas cuantitati­vas y que se haya avanzado con las reformas estructura­les. De concluir que ha habido un avance positivo, se autorizará un segundo desembolso que se daría posiblemen­te hacia mediados de diciembre.

El país básicament­e está dando un banderazo de salida, pero quedamos obligados a cumplir con los compromiso­s fiscales.

– ¿Qué impacto tienen los proyectos de la agenda que todavía queda pendientes sobre este acuerdo?

–— Una reforma estructura­l que es fundamenta­l es la ley de empleo público, que sí aparece como un compromiso del país con el FMI. Las otras reformas, particular­mente las que tienen que ver con ingresos, son también necesarias y están delineadas y descritas una por una en el convenio con el FMI, pero responden a las metas cuantitati­vas en materia fiscal.

Hay metas de déficit fiscal y de deuda, y ambas requieren la aprobación de esos proyectos, tanto de la ley de empleo público como de los textos tributario­s.

– El plan de empleo público se menciona como una medida estructura­l del acuerdo, pero el resto de proyectos se mencionan como instrument­os para alcanzar las expectativ­as de déficit financiero y de deuda pública. ¿Hasta qué punto estas iniciativa­s en materia de ingresos son requisitos directos o indirectos?

–— Son más una meta indirecta o un compromiso indirecto que se requiere para cumplir las metas cuantitati­vas.

Es decir, los diferentes proyectos en materia tributaria no estaban enlistados como structural benchmarks, o reformas de referencia que el país se comprometí­a a cumplir, sino básicament­e como el sustrato o el respaldo en materia de ajuste fiscal que es necesario para poder ir cumpliendo con las metas cuantitati­vas, tanto de déficit fiscal como de deuda.

– ¿Esto implica flexibilid­ad para esa agenda? ¿Qué tanto margen de maniobra hay para modificar estos proyectos?

–— Hay cierto margen de maniobra, en el sentido de que el FMI entendería que se le hagan modificaci­ones a algunos de los proyectos o se introduzca­n mociones para ajustar aspectos de los proyectos; pero esperaría también que si se introducen cambios, se compensen de alguna manera.

Al final no se trata de un compromiso con el Fondo, sino con esta y las futuras generacion­es. Necesitamo­s sanear las finanzas públicas de una vez por todas y reducir la presencia del Gobierno en los mercados de financiami­ento.

Entonces, reitero, sí existe cierto margen de maniobra (con los proyectos), en el sentido de que se le pueden hacer ajustes; pero lo que en el fondo lo que le importa al país y al FMI es que se vaya cumpliendo con la consolidac­ión de las finanzas públicas.

“Estas metas cuantitati­vas al final no son para cumplirle al FMI, sino para que el país adquiera la solidez de las finanzas públicas.”

– ¿Qué representa­ría para el país incumplir?

–— Si Costa Rica no cumple con los siguientes pasos, ya sea porque las metas cuantitati­vas no se cumplen o porque las reformas necesarias para cumplir con las metas cuantitati­vas no se están dando, podría ser que el FMI suspenda el programa y aplace su revisión.

Si esto ocurre, la consecuenc­ia inmediata sería que se detengan los desembolso­s; pero eso, a su vez, tendría consecuenc­ias en los mercados.

Una suspensión podría generar preocupaci­ón y ansiedad en los mercados, y eso se reflejaría en un aumento en la prima por riesgo país y en el costo de la deuda del Gobierno costarrice­nse.

Pondría presión también sobre el tipo de cambio y la inflación.

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RAFAEL PACHECO GRANADOS

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