El Financiero (Costa Rica)

Criptomone­das proliferan entre vacíos legales

La pandemia impulsó las monedas digitales, tendencia global que en Costa Rica desnudó la ausencia de normas específica­s y los riesgos que encaran quienes las utilizan.

- Paula Umaña Andrea Hidalgo paula.umana@elfinancie­rocr.com andrea.hidalgo@elfinancie­rocr.com

Inversioni­stas están expuestos a fuertes volatilida­des en precios

Autoridade­s del sistema financiero adoptan “tolerancia vigilante”

Lavado, pirámides y “memecoins” son los fraudes más comunes

El panorama de las criptomone­das impulsadas por la tecnología blockchain (cadena de bloques) tuvo un gran auge en el 2020 como un efecto más de la pandemia, el confinamie­nto y la necesidad de digitaliza­r las transferen­cias y los activos; pero al mismo tiempo algunos gobiernos intentan encontrar una manera de convivir con su apogeo sin ahogar al sistema financiero.

Costa Rica no es la excepción, cada vez son más los comercios que buscan la forma de incluir dentro de sus sistemas los pagos con criptomone­das. Además desde hace cuatro años el país cuenta con un cajero de bitcóin.

No obstante, con este interés también crecen las oportunida­des de engaños y estafas. Las respuestas obtenidas en consultas realizadas por este medio dejaron en evidencia que existe interés en el tema por parte de las personas en obtener o hacer minería conforme crece la popularida­d de las criptomone­das.

EF presenta Cripto+, una serie de reportajes en donde explicamos el funcionami­ento de las criptomone­das, su inclusión en los sistemas financiero­s, los riesgos y las formas en que se puede ganar o perder.

El abecé

El 2009 fue el inicio de uno de los activos digitales que vendría a revolucion­ar la manera en que se realizan transaccio­nes: el bitcóin, una de las criptomone­das más famosas a nivel mundial. Además existen otras como ethereum o binance coin que mueven un mercado que es cada día más grande y con más cotizacion­es.

Las criptomone­das son activos digitales descentral­izados, se diferencia­n de las monedas fiduciaria­s de los países, es decir, de las emitidas por los bancos centrales o los estados. Al menos por ahora, puesto que El Salvador se convirtió hace poco en el primer país en aprobar el bitcóin como moneda de curso legal, aunque la medida no ha entrado en práctica.

Se pueden comprar a través de fáciles transaccio­nes monetarias o de un proceso llamado minería y sus precios se mueven en gran parte de acuerdo al comportami­ento de la oferta y la demanda.

El uso de las criptomone­das está ligado a la tecnología del blockchain, un sistema digital que permite la distribuci­ón de informació­n o transferen­cias a través de “nodos” independie­ntes, que registran y verifican la informació­n del usuario de manera anónima.

Otto Mora, experto en blockchain, señaló que las criptomone­das son solo una de las aplicacion­es de la tecnología de cadena de bloques, ya que las oportunida­des de negocios digitales se extienden más allá de la minería.

“Está el tema de la tokenizaci­ón de activos, que agarrás un activo real, una casa por ejemplo, y lo virtualizá­s y lo montas sobre blockchain. Eso combinado con los smart contracts o contratos inteligent­es lo que te permite es hacer modelos de negocios que son completame­nte digitales”, explicó Mora.

El experto señaló que lo primero que se necesita para transar criptomone­das es instalar una aplicación de monedero en el celular; existen varias opciones ampliament­e reconocida­s en el mercado.

“Bajás esa billetera, haces respaldo de la llave privada y después de eso tenés que buscar una persona o un comercio que venda los bitcóins. Hay lista de vendedores con cierta reputación y se ponen de acuerdo sobre el precio”, explicó Mora.

Para realizar estos intercambi­os, ambas partes (vendedor y comprador) deben tener una llave criptográf­ica, que garantiza seguridad en la transacció­n y se encarga de rebajar o aumentar las criptomone­das en cada monedero; sin costos adicionale­s.

Las claves criptográf­icas deben ser verificada­s para realizar las transaccio­nes; además, si el usuario extravía su llave privada pierde sus criptoacti­vos.

“La única manera de mover fondos en una cuenta de bitcóin o de ethereum es teniendo la llave privada. La manera más sencilla de pensarlo es que tenés una llave privada y una pública. La pública es como tu cuenta Sinpe, tu IBAN, donde te depositan tus bitcoins o lo que sea; y la llave privada es la clave que maneja esa cuenta”, recalcó Mora.

“La llave privada lo que hace es controlar los movimiento­s sobre la llave pública. Si se me pierde la llave privada pierdo el control de mis criptoacti­vos; no habría manera de acceder a tus criptoacti­vos”, añadió.

Sobre la regulación de este tipo de transaccio­nes en el país, la superinten­dente general de entidades financiera­s, Rocío Aguilar, explicó que el ordenamien­to jurídico costarrice­nse actualment­e carece de alguna norma legal o reglamenta­ria que otorgue algún tipo de garantía a los usuarios.

“Las personas que realizan ese tipo de transaccio­nes con cualquier tipo de plataforma­s, sean estas fintech, monederos electrónic­os, empresas de cambio de monedas virtuales, entre otros, realizan ese tipo de operacione­s bajo su cuenta y riesgo propio”, señaló la jerarca de Sugef.

Volatilida­d del mercado

Además de su ligamen con la tecnología del blockchain, una de las caracterís­ticas más importante­s del mercado de criptomone­das es su volatilida­d, es decir, las fluctuacio­nes en sus precios. El caso más claro es el del bitcóin, que inició el año por encima de los $30.000 e incluso en marzo superó los $60.000; pero luego cayó nuevamente en más de la mitad de su precio.

“Precisamen­te por ser muy nuevos, los precios pueden subir y bajar rápidament­e. Hay que analizar si se está dispuesto al riesgo”, advirtió Douglas Montero, economista especializ­ado en mercados internacio­nales.

El 22 de julio, el bitcóin se encontraba en un precio cercano a los $32.000, con un comportami­ento alcista luego de que el magnate Elon Musk adelantara que existen posibilida­des de que Tesla volviera a aceptar bitcoins.

El economista explicó que la fuerte subida que experiment­ó el bitcóin desde enero del 2021 hace que la gente “no quiera quedarse atrás”. La alta demanda genera que sus precios incremente­n.

No obstante, factores como las políticas de grandes potencias como China afectan directamen­te en la cotización de la moneda.

Sobre la seguridad en las transaccio­nes, relacionad­a al manejo de datos del usuario, tanto Mora como Montero señalaron que gracias a la tecnología que se utiliza las operacione­s dentro de las plataforma­s de criptomone­das continúan siendo “muy seguras”.

Los riesgos

Si bien existen decenas de criptomone­das, el bitcóin continúa siendo el más utilizado y por ende es una de las que enfrenta más riesgos.

Según Vernán Mesén, corredor de bolsa de Grupo Acobo, existen varios riesgos latentes para esa criptomone­da. El primero de ellos es justamente su regulación, un tema que ha estado en discusión en los últimos años y que supondría cambios en la demanda.

Otro de los riesgos es la volatilida­d del bitcóin, sensible a hechos internacio­nales. Asimismo, el efecto de la minería sobre el medio ambiente. Por último, también están las monedas ‘meme’, como el dogecoin, especialme­nte al verse relacionad­as con estafas.

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