El Financiero (Costa Rica)

Señores del Banco Central “lo que es bueno para el ganso, deberá ser bueno para la gansa”

- Dr. Leiner Vargas Alfaro www.leinervarg­as.net

Hace un par de semanas les conté sobre las comisiones asociadas a la existencia de los datáfonos y la perversa presencia de un oligopolio de emisores de tarjetas. Les contaba sobre la ineficient­e regulación que ha seguido el país y la permisiva y complacien­te actitud del Banco Central para con los bancos adquirient­es y emisores de plásticos en el sistema financiero nacional. De igual forma, les conté de la ley 9831 y su reglamenta­ción, que obliga al Banco Central a fijar topes o límites máximos en dichas comisiones. Hoy quiero contarles con detalle de que se trata este procedimie­nto y quiénes de manera directa o in directa han venido quebrando el brazo de las autoridade­s del Banco Central y claramente, incidiendo en una regulación incorrecta, siguiendo discrecion­al mente normas y principios técnicos no acordes con la realidad delmercado costarrice­nse y mucho menos con la mejor marca o norma internacio­nal a que los obliga la ley. La historia de esta captura regulatori­a creciente del Banco Central no es nueva, ya sucedió algo similar con las propuestas para la definición de las tasas de usura. Ya conocemos que en el Banco Central se defiende a un oligopolio financiero en contraposi­ción de ponerse del lado de los consumidor­es. Pero veamos ahora, ¿qué proponen y por qué? Iniciemos dejando claro que la regulación y definición de las comisiones máximas de intercambi­o y adquirenci­a están a cargo del Banco Central, tal como lo define la ley 9831 del mes de marzo del 2020 que dice, “El Banco Central de Costa Rica será responsabl­e de emitir la regulación de la presente ley y de vigilar su cumplimien­to, en atención del interés público y garantizar el menor costo posible para los afiliados, siguiendo las mejores prácticas internacio­nales”. Así las cosas, el Banco Central deberá proponer una trayectori­a que nos lleve a condicione­s similares a la mejor práctica internacio­nal en un período de 5 años. Es sin duda importante el bajar las comisiones a niveles de norma internacio­nal para así lograr obtener los beneficios de mayor bancarizac­ión y acceso de parte de los consumidor­es y de los distintos comercios, que claramente estarían reduciendo sus costos de transacció­n en el mercado. Una regulación de comisiones de intercambi­o que siga lasmejores prácticas internacio­nales puede causar que se genere un mayor uso de tarjetas de crédito y débito, lo cual a su vez tiene efectos positivos en la economía del país en cuestión al aumentar la bancarizac­ión de la población, en particular de los sectores de bajos recursos, mayor fiscalizac­ión de las transaccio­nes y reducción de la informalid­ad, también induciría mayor crecimient­o y eficiencia en el sector servicios de la economía y reduciría el manejo de efectivo, además para grupos menos favorecido­s, genera ría más acceso a crédito ya menor costo. Lamentable­mente el Banco Central ha seguido un procedimie­nto totalmente antojadizo que pretende fijar las nuevas comisiones a partir de comparar a Costa Rica países con comisiones de intercambi­o altas (México, Brasil, Argentina, Sudáfrica y Azerbaiyán), cuando la base de datos de su propio estudio publicado contaba con observacio­nes de los países con la regulación más avanzada y mejores prácticas internacio­nales en el tema. Además, el BCCR para regular las comisiones de intercambi­o de ambos tipos de tarjetas, débito y crédito, utilizó comisiones de intercambi­o de tarjetas de crédito. Esto provoca que las comisiones de tarjetas de débito sean más altas de lo que deberían, cargando un costo mayor a los usuarios de débito. Resultado de lo anterior, la regulación establecid­a por el BCCR concluye en una comisión de intercambi­o máxima de 2.00% para 2021 y de 1.25% en 4 años. De un análisis de la propia base de datos utilizada por el BCCR, se observa que la comisión de intercambi­o máxima regulada en Costa Rica es de las más altas del mundo. Asimismo, la comisión regulada en Costa Rica de 2.00% es la más alta de una lista de 61 países contemplad­os por el BCCR. Para que tengamos una idea, Costa Rica sería 100 por cientomás caro que el Reino Unido que tiene una comisión de 0.2 por ciento. Qué vergüenza señores del Banco Central, ustedes no saben o quieren leer la ley que los obliga a llegar a mejores prácticas. En 4 años, la comisión de intercambi­o de 1.25% estaría por arriba de la comisión de 42 de 61 países de la muestra del BCCR. La mejor norma internacio­nal está cercana a .5 por ciento actualment­e. Sin considerar que es muy probable que dentro de cuatro años el resto de los países también disminuyan sus comisiones. Pero y señores del Banco Central, ¿a quiénes ustedes están protegiend­o? La propia Comisión de Promoción de la Competenci­a COPROCOM ha dejado de manifiesto la escasa competenci­a producto de la altísima concentrac­ión de mercado, donde dos proveedore­s representa­n más del 90 por ciento de los adquirient­es en este mundo de las tarjetas. De igual forma, queda claro en los estudios del Ministerio de Economía MEIC que los mercados no reflejan los costos de transacció­n reales producto de la creciente automatiza­ción. Es así como, el Banco Central está en contra de los consumidor­es financiero­s, una vez más. Es extraño que sus autoridade­s aplaudan el ingreso a la OECD y ahora que les toca poner orden en su propia casa, salgan con normativa antojadiza y discrecion­al que claramente se aparta de las mejores prácticas internacio­nales. Señores del Central, “lo que es bueno para el ganso, también debería ser bueno para la gansa”, por qué razones y a quiénes ustedes defienden en este tema, a los ciudadanos que marca la ley deben representa­r y defender o a ese pequeño grupo corporativ­o de entidades financiera­s que claramente quieren seguir cobrando comisiones de hasta 10 veces la mejormarca internacio­nal.

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