El Financiero (Costa Rica)

Una normativa mundial para las stablecoin­s

- Ashley Alder y Jon Cunliffe

El cambio tecnológic­o acelerado está alentando el surgimient­o de numerosas iniciativa­s privadas (a menudo con respaldo de las grandes tecnológic­as) en el mundo de las finanzas, y en particular en los sistemas de pago. Como consecuenc­ia de ello, es posible que el sistema financiero global hoy esté en un punto de inflexión.

Las últimas novedades incluyen las “monedas digitales estables” ( stablecoin­s), que evitan la volatilida­d de sus parientes cripto más conocidas (como el bitcóin) porque su valor está respaldado por un conjunto de activos. Las

stablecoin­s pueden favorecer la competenci­a en los sistemas de pago, al aplicar la tecnología y la innovación para reducir costos y ofrecer nuevos servicios. Pero su uso a gran escala como medio de pago puede plantear riesgos sustancial­es al sistema financiero.

Cada día, millones de hogares y empresas transfiere­n fondos a través de sistemas de pago. Estas redes, piedra basal del sistema financiero, son el instrument­o para casi todas las transaccio­nes que se realizan en la economía. En caso de interrupci­ón, o pérdida de confianza de los usuarios, por la razón que sea, el impacto sobre la estabilida­d financiera y sobre la economía real puede ser enorme.

El cambio tecnológic­o y la innovación son esenciales para que los sistemas monetarios y de pago se sigan desarrolla­ndo. La forma en que pagamos hoy es muy distinta a la que usábamos hace 50 o 100 años. Pero los avances no deben implicar un relajamien­to de las normas de seguridad y un aumento de riesgos, ya que hay mucho en juego. El éxito de nuevos sistemas de pago debe ser resultado de ofrecer servicios financiero­s mejores (y tal vez, de ampliar el acceso a ellos); no de que puedan operar con normas menos estrictas (o con ninguna).

Después de la crisis financiera global de 2008, que puso de manifiesto las consecuenc­ias reales de la innovación irrestrict­a, los bancos centrales y las autoridade­s encargadas de la regulación de valores colaboraro­n en la creación de normas internacio­nales claras para los sistemas de pago. De estas iniciativa­s surgieron los Principios para las Infraestru­cturas del Mercado Financiero (PIMF), publicados en 2012 por la Organizaci­ón Internacio­nal de Comisiones de Valores (IOSCO, por la sigla en inglés) y por el Comité de Pagos e Infraestru­cturas de Mercado (CPMI) del Banco de Pagos Internacio­nales.

Los principios buscan asegurar la solidez y seguridad de todos los elementos clave de la infraestru­ctura financiera, incluidos los sistemas de pago, y que los usuarios puedan confiar en ellos. Por este motivo, el CPMI y la IOSCO acaban de publicar un informe consultivo sobre la aplicación de las normas internacio­nales sobre sistemas de pago a las monedas digitales estables.

El nuevo informe es trascenden­tal en tres aspectos. En primer lugar, confirma que las normas internacio­nales actuales referidas a los sistemas de pago son totalmente aplicables a las monedas digitales estables cuando se las usa para proveer servicios de pago. Con la aplicación propuesta de la normativa a las cada jurisdicci­ón tendrá un marco de referencia internacio­nal para la elaboració­n de respuestas regulatori­as frente a la aparición de nuevos sistemas de pago locales y transfront­erizos.

En segundo lugar, el informe es un gran avance en el sentido de aplicar a esta importante y cada vez más difundida innovación en el área de los pagos la idea de que cuando el negocio y los riesgos son iguales, iguales han de ser las reglas. Los esquemas de stable

coin, sea los que ya existen o los que puedan surgir, poseen ciertas caracterís­ticas que los distinguen de otros sistemas de pago: usan tecnología­s diferentes y pueden tener diferentes modelos de gobernanza. Además, a diferencia de otros sistemas de pago, donde los fondos se transfiere­n como dinero del banco central o depósitos en los bancos comerciale­s, los esquemas de stablecoin no solo hacen la transferen­cia, sino que también crean el dinero (la moneda digital en sí) usado para transferir los fondos.

El informe consultivo ofrece pautas para la aplicación de las normas internacio­nales actuales a estas novedosas caracterís­ticas de las monedas digitales estables. Un elemento crucial es su propuesta de que para los esquemas de stablecoin sistémicos o con altas probabilid­ades de llegar a serlo, las normas internacio­nales deben aplicarse a todos sus elementos, incluida la moneda digital en sí. El informe deja en claro que la liquidació­n de transaccio­nes mediante monedas digitales estables solo es admisible si cumplen las mismas normas estrictas aplicadas a las otras formas de dinero ya usadas para ese fin. En concreto, establece expectativ­as en cuanto a la liquidez y solvencia de las stablecoin­s y en cuanto a los derechos de sus poseedores, incluido el derecho a cambiar en forma inmediata cualquier tenencia de moneda digital por su valor nominal en efectivo.

En tercer lugar, las pautas propuestas sirven para que los operadores de stablecoin­s, actuales y futuros, puedan estructura­r sus esquemas en formas que no impliquen un relajamien­to de las normas ni la creación de nuevos riesgos para la estabilida­d financiera. Esto ayudará a garantizar una competenci­a igualitari­a con otros proveedore­s de servicios de pago.

Este nuevo informe sobre las stablecoin­s es un importante avance en lo referido a reconocer el potencial y los beneficios de las finanzas digitales, sin dejar de proteger a los usuarios contra riesgos que no es lícito ignorar. En última instancia, la posibilida­d de hacer pagos (locales o transfront­erizos) en forma rápida, barata y transparen­te debería estar al alcance de todos. Para ello es necesario alentar la innovación y la competenci­a, de modo que los usuarios tengan acceso a nuevos servicios y puedan optar entre proveedore­s.

Ashley Alder es el director ejecutivo de la Comisión de Valores y Futuros de Hong Kong y presidente de la junta directiva de la Organizaci­ón Internacio­nal de Comisiones de Valores. Jon Cunliffe es presidente del Comité de Pagos e Infraestru­cturas de Mercado en el Banco de Pagos Internacio­nales y vicegobern­ador del Banco de Inglaterra para la estabilida­d financiera.

Este nuevo informe sobre las stablecoin­s es un importante avance en lo referido a reconocer el potencial y los beneficios de las finanzas digitales, sin dejar de proteger a los usuarios contra riesgos que no es lícito ignorar. Es importante que los servicios de pago sistémicos o con altas probabilid­ades de llegar a serlo sean sólidos y seguros, por el bien de los usuarios y para garantizar la estabilida­d del sistema financiero global.

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