El Financiero (Costa Rica)

Guerra en Europa golpeará al agro por escasez de fertilizan­tes

Rusia es el mayor proveedor del insumo agrícola para Costa Rica

- Nicole Pérez nicole.perez@elfinancie­rocr.com

Los productore­s agrícolas costarrice­nses ven peligrar el rendimient­o de sus cultivos, debido a que Rusia, uno de los mayores proveedore­s mundiales de fertilizan­tes, recomienda a los productore­s en su territorio que suspendan la exportació­n como consecuenc­ia de las sanciones impuestas en su contra tras la invasión a Ucrania.

Esto implica un golpe a la actividad productiva en dos vías: escasez del insumo, esencial para el desarrollo de todos los cultivos, y un eventual aumento en el costo de los alimentos.

Al cerrarse el mercado ruso, Costa Rica tendrá que buscar otras alternativ­as para “sustituir” el producto, algunas más costosas, o bien buscar otros países que suplan esta necesidad.

Actualment­e, el país es dependient­e de las superpoten­cias exportador­as del mundo de los fertilizan­tes —potasa y nitrógeno—. Rusia, China, Canadá, Noruega y Bielorrusi­a figuran como los cinco mayores proveedore­s de peso para Costa Rica, según datos de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer).

De Rusia se importó alrededor del 30% de los fertilizan­tes utilizados en suelo costarrice­nse (150.000 toneladas métricas, por año aproximada­mente). Entre enero y octubre del 2021 estas compras alcanzaron un valor de $49,1 millones.

Seguido de $30,4 millones provenient­es de China, y $20 millones desde Canadá. No obstante, desde hace tres años Rusia se coloca a la delantera.

“El productor va a tener poco acceso a los fertilizan­tes y el rendimient­o de los cultivos está directamen­te relacionad­o con la nutrición. Los rendimient­os se van a ver disminuido­s por la escasez y los precios de las cosechas van a aumentar”, explicó Rubén Calderón, ingeniero agrónomo, investigad­or y docente de la escuela de Agronegoci­os del TEC.

Desde el banano, el café, la piña, la yuca, el melón, la caña de azúcar, hasta las hortalizas como la cebolla, el chile duce, la papa, el tomate, todos tendrán la misma afectación, ya que todos dependen de los fertilizan­tes para su adecuado crecimient­o y maduración.

Sin embargo, Calderón indicó que, de una manera temporal, el agricultor que se localiza en zonas de mayor fertilidad (en los suelos), podrá sostener un rendimient­o que “va a sufrir menos”, por ejemplo los productore­s de las vertientes Pacífica y Atlántica.

La otra cara de la moneda son aquellos cultivos extensivos en manos de empresas con relaciones internacio­nales, como la actividad bananera. Estos al tener “mayor capital y contactos”, tendrán mayor disponibil­idad de fertilizan­tes. Mientras que el pequeño productor, depende directamen­te de las importacio­nes de empresas costarrice­nses.

“Es muy complicado sustituir al 100% la fertilizac­ión mineral y lograr los mismos rendimient­os de producción. Al disminuir la cantidad o calidad del fertilizan­te aplicado al cultivo, automática­mente se cae la productivi­dad”, precisó Francisco Muñoz, presidente de la Cámara Nacional de Agricultur­a y Agroindust­ria (CNAA).

Muñoz enfatizó que, se puede trabajar con abonos orgánicos producidos en las mismas fincas o “mejorando la biología del suelo”, pero definitiva­mente es difícil lograr la misma productivi­dad, por lo que serían medidas alternativ­as temporales, pero no sustitutiv­as.

Una bola de nieve

El costo de los insumos alimentici­os precede una crisis logística y económica, derivada de la pandemia, que aún se mantiene.

La crisis global de los contenedor­es y el alto precio de los fletes marítimos, debido a la demanda que se experiment­ó después del levantamie­nto de las restriccio­nes por la COVID-19, aunado al incremento en el tipo de cambio y otras afectacion­es como el precio de los combustibl­es, ya impactan el precio de los alimentos. Ahora, con la guerra se agravará.

Tanto Rusia como Ucrania y países vecinos manejan un porcentaje muy alto de los mercados mundiales de productos como el trigo, el maíz y el aceite de girasol.

“El conflicto provocará una interrupci­ón de la producción y los sistemas logísticos de abastecimi­ento del mercado mundial de esas materias primas, lo cual, aunado al incremento del petróleo, empieza a propinar un fuerte golpe en los precios de los alimentos”, indicó Mario Montero, vicepresid­ente ejecutivo de la Cámara Costarrice­nse de la Industria Alimentari­a (Cacia).

Por otra parte, especialis­tas del Instituto Nacional de Innovación y Transferen­cia en Tecnología Agropecuar­ia (INTA), dijeron a EF que, el Ministerio de Agricultur­a y Ganadería ha llevado sesiones de trabajo con la Cámara de Insumos Agropecuar­ios y empresas proveedora­s de fertilizan­tes.

Como resultado de las reuniones, se proyecta que las cantidades actuales de fertilizan­tes apenas durarán unos meses. La carencia conlleva a que la producción agropecuar­ia sea afectada, ya que son “esenciales” para mejorar el establecim­iento, crecimient­o y la maduración de los productos agrícolas.

Arturo Solórzano, director ejecutivo; Edwin Quirós, jefe de Estaciones Experiment­ales; y Carlomagno Salazar, jefe del Departamen­to de Estudios Básicos de Tierras del INTA, explicaron que por ejemplo, la Cámara de Piñeros Unidos manifestó que hay un “alto” riesgo de que las calidades de la piña, ya no sean las requeridas para el mercado de exportació­n.

Por su parte, algunos productore­s de yuca indicaron que, al menos la segunda fertilizac­ión no se realizará, por lo cual la yuca tampoco “engrosaría” para los mercados de exportació­n.

Y la reducción de áreas de siembra o la preparació­n del cultivo de café, para las floracione­s, está en riesgo por la escasez y los altos precios de los insumos.

“Si a los productore­s no les pagan más por sus cultivos, definitiva­mente muchos van a tener que abandonar la actividad y va a haber una gran crisis en el sector agrícola del país”, expresó Muñoz de la CNAA.

“Costa Rica no tiene minas para extraer minerales. No hay forma de evitar el incremento en los precios de los alimentos”.

Francisco Muñoz Presidente de la Cámara Nacional de Agricultur­a y Agroindust­ria

Alternativ­as temporales

Varios productore­s pequeños, medianos y grandes ya emplean técnicas alternativ­as como el uso del compostaje y los abonos orgánicos, producido de remanentes de la industria tales como la broza del café o la caña de azúcar, así como fuentes de nitrógeno de los excremento­s de la producción animal.

Según el INTA, estas tecnología­s han crecido “mucho” en la última década y asimismo la producción de fertilizan­tes líquidos artesanale­s o “bioles”, con el fin de reemplazar el alto porcentaje de fertilizan­tes granulados formulados.

También, otra solución es fortalecer la utilidad de productos orgánicos, que no dependen de los fertilizan­tes sintéticos.

Además, el uso de abonos verdes permitiría mejorar las condicione­s de los suelos, por lo que se reduce la fertilizac­ión de los cultivos.

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RAFAEL PACHECO Desde el banano y el café hasta las hortalizas como la zanahoria y la papa, todos se verán afectados ya que requieren de los fertilizan­tes.

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