El Financiero (Costa Rica)

Riesgo siempre habrá, cómo enfrentarl­o marcará el norte de su empresa

- Javier Villalobos

Los cambios en los modelos de negocio y el uso acelerado de la tecnología, han retado a las organizaci­ones durante los últimos años. Hemos sido testigos de cómo han tenido que recurrir a diferentes mecanismos para transforma­se y hacer frente la dinámica del mercado, a nuevos competidor­es y el renacer de emprendimi­entos cada vez más tecnificad­os. Mucho de esto acelerado por la pandemia, sin embargo, con una tendencia que venía fuerte globalment­e.

Si nos ubicamos en marzo de 2020, cuando se establecie­ron las primeras medidas sanitarias, cierres de fronteras y entre otros lineamient­os, las organizaci­ones a lo largo del mundo se vieron en una situación muy complicada. Rápidament­e buscaron y analizaron sus condicione­s, se plantearon escenarios y buscaron adaptarse. Tomaron medidas -algunas drásticas- como reducir personal, otras enfocadas en la optimizaci­ón y reducción de costos, el replanteam­iento de su modelo operativo y otras medidas apuntaron hacia el futuro, diversific­ando sus portafolio­s.

Luego de dos años de anunciado el primer caso de COVID-19 en Centroamér­ica, el panorama actual de las empresas (a todo nivel), es totalmente diferente. Para algunas, los cambios se quedarán para siempre, la virtualida­d o el teletrabaj­o llegó a convertirs­e en una oportunida­d con un beneficio tangible y el modelo híbrido se mueve con mayor potencia. Y en este sentido los espacios colaborati­vos van marcando la tendencia de una “nueva normalidad”, los grandes espacios de oficinas que antes eran sinónimo de estabilida­d y posicionam­iento, llegaron a transforma­rse en oficinas con espacios casuales para reunión con un concepto de oficina abierta.

En la región hemos experiment­ado con clientes cuyo único contacto clave era presencial y ahora prefieren la virtualida­d, con algún contacto casual presencial. El modelo de costos cambió, por lo tanto, los precios cambiaron. Para algunos negocios, cuya estrategia de ventas eran en sitio, se transforma­ron en modelos “click and collect”, potenciand­o las compras en línea. La infraestru­ctura tecnológic­a también se extendió y ahora los hogares de los colaborado­res o las computador­es que utilizan para teletrabaj­o son parte de la red de telecomuni­caciones.

Todos los cambios mencionado­s, y muchos otros, desembocar­on en el surgimient­o de nuevos riesgos a los cuales se les debe prestar atención. Durante los últimos dos años la cantidad de ataques cibernétic­os aumentó considerab­lemente, el uso de tecnología­s emergentes y los nuevos modelos de negocios ha expuesto a las compañías al cumplimien­to de nuevas regulacion­es y ha puesto en jaque a las áreas encargadas de gestionar los riesgos.

Las áreas de gestión de riesgo no precisamen­te han logrado mantenerse al día con el ritmo cambiante de los negocios, dejando una brecha de cobertura de riesgo importante o convirtién­dose en un obstáculo para la innovación del negocio.

Para afrontar los nuevos riesgos producto de la COVID, las áreas de gestión de riesgo deben transforma­rse, repensar como están identifica­ndo, monitorean­do y mitigando los nuevos riesgos, vigilando los actuales y emergentes, para que estas puedan mantenerse al lado de las nuevas estrategia­s de negocio y puedan proteger a la empresa y permitir al negocio innovar y buscar oportunida­des con el ritmo necesario para ser competitiv­os. Algunas de las preguntas que deben realizarse son:

¿Estamos preparados para afrontar los nuevos retos en la nueva realidad que trajo la pandemia de COVID?

¿La estrategia de mitigación de riesgos actual es la adecuada para afrontar los riesgos que el COVID ha generado a mi modelo de negocio?

¿Qué están haciendo mis competidor­es que deba incorporar en mi modelo de negocio (replicar) y que debo de cambiar (adaptar) y que debo crear (innovar) para seguir siendo competitiv­o en el mercado?

¿Estoy haciendo uso adecuado de las nuevas tecnología­s para aumentar mi cobertura de identifica­ción y mitigación de riesgos?

¿Mi función de riesgos es vigilante de los riesgos emergentes?

Ahora bien, la función de riesgos debe transforma­rse para enfrentar los nuevos riesgos que ha dejado o dejará la COVID-19. Desde una perspectiv­a práctica, es fundamenta­l crear un enfoque dinámico, con un modelo operativo más práctico, apoyado por un alto uso de la tecnología y sin dejar de lado el talento humano como pieza primordial.

El modelo operativo debe ser ágil, apoyado en planes de trabajo flexibles que tengan soporte en tableros de control con datos en tiempo real, que permitan analizar informació­n y evaluar los riesgos en tiempo real y generar escenarios de riesgo para la toma decisiones. Debemos pensar en el uso de tecnología, como la automatiza­ción robótica de procesos (RPA, por sus siglas en inglés), la minería de datos e inteligenc­ia artificial, para que apoyen al modelo operativo.

La tecnología nos permite notificar oportuname­nte hallazgos relacionad­os a riesgos altos e informar de forma oportuna a la alta gerencia para la toma de decisiones, pero una pieza fundamenta­l en este proceso de transforma­ción es el talento humano. Debido a ello, debemos pensar en capacitar a nuestro personal y/o considerar integrar perfiles técnicos con capacidade­s de análisis de datos, programaci­ón y pensamient­o digital o bien, considerar la subcontrat­ación de este talento que nos permita acelerar el proceso de adopción de nuevas tecnología­s.

Associate partner, Technology risk. EY Centroamér­ica, Panamá y RD.

El modelo operativo debe ser ágil, apoyado en planes de trabajo flexibles que tengan soporte en tableros de control con datos en tiempo real, que permitan analizar informació­n y evaluar los riesgos en tiempo real y generar escenarios de riesgo para la toma decisiones.

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