Valor nutricional de grillos y larvas es gancho para su consumo
Ala proteína de insectos comestibles se le atribuye en todo el mundo al menos dos ventajas sobre las demás: beneficios ambientales y alto valor nutricional. Sobre esas dos columnas, se calcula que el consumo de insectos aumentará en un promedio constante de 26% durante los próximos años en todo el mundo, incluida Costa Rica. ( vea:
Más oportunidades)
Ya el país reúne un pequeño grupo de empresas formales, y varias iniciativas más en la informalidad, que comercializan y promueven en particular el cosumo de insectos cuyo uso comercial está permitido.
Un estudio publicado por la Promotora de Comercio Exterior (Procomer) en abril de 2022, encontró que, al comparárseles con el ganado fuente convencional de proteína, cada kilo de estos insectos se producen con mayor eficiencia en el uso de recursos como tierra y agua (de 2 a 10 veces menos en cantidad) y generan una cantidad inferior de gases de efecto invernadero (entre 10 y 100 veces menor por kilo).
También son una fuente sostenible de proteína, ya que pueden producirse todo el año, la mayor parte de su cuerpo es comestible, tienen una alta tasa de fecundidad y su alimentación se basa en recursos de precio bajo, como restos de alimentos.
El aporte proteínico, de micronutrientes y vitaminas aportan más puntos a su favor: datos citados por Procomer muestran que 100 gramos de grillo tienen apenas cinco gramos menos de proteína que la misma cantidad de res (90% magra) y solo un gramo menos que el equivalente en pollo. Con el gusano de harina la diferencia es aún menor: contiene 23,7 gramos de proteína por cada 100 g, frente a los 26,1 g de la res e incluso supera al pollo, que se queda en 21/100 g.
Todas estas características, en principio positivas, chocan con obstáculos culturales, psicológicos y éticos en los mercados donde aún es inusual.
Gabriela Soto, de Costa Rica come insectos, comentó que el desafio es cambiar las experiencias que presentan el consumo como algo negativo.