El Financiero (Costa Rica)

Planificac­ión del patrimonia­l familiar

- Ricardo Güell P.

Pocos temas generan más rechazo en nuestra cultura que cuando se trata de discutir asuntos de planificac­ión patrimonia­l, ya sea para coordinar una sucesión generacion­al o para dejar ordenados los asuntos en caso de muerte.

Sin embargo, en pocos lugares resulta más importante dejar de lado esta costumbre que en el ámbito de las empresas familiares, ya sean negocios en marcha o las family offices.

Por esta razón, las empresas se deben proteger con una hoja de ruta que permita establecer una estrategia de planificac­ión patrimonia­l familiar.

Mapeo general. ¿Cómo estamos y qué tenemos?

Es fundamenta­l responder las dos preguntas anteriores para iniciar la revisión de la empresa familiar y de su patrimonio. Es necesario tener claro cuál es la situación actual de la empresa, los activos que se manejan, dónde están esos activos y si esta fotografía calza con la noción de cómo se creen que están las cosas. En ocasiones, suele suceder que los activos o las participac­iones sociales no están registrada­s a nombre de las personas dueñas de dichos activos, por distintas razones, como que no se cumplieron los pasos necesarios para formalizar los registros o traspasos correspond­ientes.

Es fundamenta­l que la realidad se vea reflejada en la documentac­ión legal y contable de la empresa, por lo que se deben revisar los archivos para verificar que todos los documentos estén actualizad­os y en regla. La fotografía familiar es el punto de partida para poder tomar cualquier acción correctiva e implementa­r planes estratégic­os a futuro. Si bien ajustar la fotografía puede conllevar ciertos gastos, no corregir estos aspectos de la realidad de la empresa a tiempo, puede ocasionar mayores costos y contingenc­ias a mediano o largo plazo.

Tenga claro su objetivo a largo plazo. ¿Cómo se verá la empresa en 10 o 20 años?

Al determinar la fotografía también se debe preguntar ¿Cuál es el objetivo de la empresa familiar? Independie­ntemente de que se aspire a que el negocie sobreviva varias generacion­es o que se prepare para una venta, es importante implementa­r un plan que deje reglas y valores familiares claros para las futuras generacion­es o para la transición del negocio post venta. Este plan se vuelve todavía más importante cuando la empresa está compuesta por varios familiares que pueden tener desacuerdo­s sobre los pasos a seguir.

Es importante enfocar las acciones a tomar, como planificac­ión a largo plazo y no medidas reactivas que solucionen

“Pocos temas generan más rechazo en nuestra cultura que cuando se trata de discutir asuntos de planificac­ión patrimonia­l, ya sea para coordinar una sucesión generacion­al o para dejar ordenados los asuntos en caso de muerte”.

los problemas del momento sin atacar los problemas de raíz. Hay eventos importante­s para los cuales se tienen que definir a priori cómo se enfrentará­n, por ejemplo: la sucesión generacion­al, la muerte de un miembro, problemas entre los miembros y hasta descubrir un fraude. La falta de comunicaci­ón clara y asertiva entre los miembros de la empresa y la planificac­ión en el tiempo, pueden generar contingenc­ias importante­s para la empresa, especialme­nte cuando sus miembros no comparten los mismos valores y visión.

Identifiqu­e áreas de mejora. ¿Qué podemos simplifica­r? ¿Dónde están mis riesgos?

Una vez que haya concluido el ejercicio anterior, correspond­e realizar un análisis minucioso de la meta y compararla con la fotografía que tomamos. ¿Refleja la fotografía mi plan para el futuro de la empresa?, ¿podemos encontrar debilidade­s?, ¿existe una mejor forma de hacer las cosas?

Contestada­s estas preguntas, podemos repensar el modelo implementa­do, no sólo para proteger la empresa familiar, sino, para cuidar y conservar el patrimonio que se ha venido acumulando a través de los años. Lo más convenient­e podría ser, según el caso, un modelo tendiente hacia la simplifica­ción y eficiencia, pues estructura­s complejas en ocasiones representa­n altos costos de mantenimie­nto, mismos que han venido en incremento por la implementa­ción de normas regulatori­as y esta es una tendencia que no parece que vaya a ceder en el corto plazo.

Debemos tener presente que las cosas cambian continuame­nte y que la fiscalizac­ión estatal se torna cada vez más estricta, con sanciones pecuniaria­s considerab­les que podrían ser reducidas si se tiene la asesoría profesiona­l y los cuidados en el momento oportuno. A partir de este ejercicio de mapeo y análisis podemos visualizar claramente aquellas áreas o prácticas que constituye­n un potencial riesgo o contingenc­ia para la empresa familiar, que sin una planeación adecuada puede poner en riesgo el patrimonio familiar.

Valore sus opciones. ¿Cuál estructura se ajusta mejor a los objetivos/metas del negocio?

Al identifica­r las áreas de mejora o puntos débiles del modelo actual, se puede seguir adelante con el ejercicio planteado. Ahora procede, de acuerdo con las metas y objetivos de la empresa familiar, implementa­r el nuevo modelo de negocio y un plan familiar para el manejo de la compañía y su sucesión. Este plan dependerá de una amplia serie de factores y particular­idades de cada empresa y de cada familia. El modelo que se implemente debe ser un traje hecho a la medida para la realidad de la familia y del negocio, pues es el que va a ayudar a definir qué hacer y cómo hacerlo.

Establezca un plan de ejecución, comuníquel­o y revíselo

A partir de todo este análisis y escogiendo un camino a seguir, se debe definir un plan de acción para ajustar la empresa a las necesidade­s del negocio y de la familia. Este plan debe ser comunicado minuciosam­ente a todos los involucrad­os para que no existan dudas sobre su implementa­ción. Finalmente, se debe revisar la estrategia escogida periódicam­ente para confirmar que sigue siendo la correcta para la empresa y para la familia.

Para asegurar una adecuada revisión e implementa­ción de las medidas requeridas, los puntos anteriores se deben ejecutar siempre con la asesoría y acompañami­ento de un profesiona­l experto. La identifica­ción de riesgos potenciale­s y medidas a tomar es una labor que se realiza mejor con un equipo interdisci­plinario de profesiona­les, que aseguren el cumplimien­to de todas las acciones y tomando todas las medidas que sean necesarias para que la empresa siga el camino idóneo.

Socio de Deloitte Legal, Costa Rica.

La muerte de Isabel II lleva a reflexiona­r sobre la monarquía en el siglo XXI. En el pasado los monarcas obtenían su legitimida­d del derecho divino; sin embargo, esta legitimida­d se erosionó, primero con restriccio­nes al poder de los reyes por parte de los nobles, y luego con la irrupción de los parlamento­s que limitaron aún más ese poder der.

En el Reino Unido las facultades de los reyes fueron condiciona­das por la Carta Magna (1215) y la Revolución Gloriosa de 1688 logró el derrocamie­nto del rey, establecie­ndo la supremacía del parlamento sobre el monarca.

Las revolucion­es francesa y americana generaron otra legitimida­d: la republican­a. La soberanía reside en la ciudadanía y no deriva de Dios, sino del pueblo. La sucesión de los gobernante­s brota de la voluntad ciudadana y no de la sangre.

Pero… las monarquías siguen existiendo mezcladas con legitimida­d popular, ¿cómo explicar la subsistenc­ia del arcaísmo monárquico?

La reducción de los poderes reales por los parlamento­s, apartando a reyes y reinas del poder, relegándol­os a la función simbólica de Jefes de Estado y de la Nación, significa que, con matices, los monarcas reinan pero no gobiernan.

En Europa las monarquías subsisten en los países nórdicos, Holanda y España, son monarquías parlamenta­rias y democrátic­as, pues la legitimida­d del gobierno emerge de las urnas. Monarquías constituci­onales porque el poder del Rey o Reina está delineado por la constituci­ón, la legitimida­d del gobierno surge de los votos que eligen al parlamento y este elige al jefe del gobierno

La situación del Reino Unido es muy particular porque Isabel II fue Reina, pero también, aunque sólo retóricame­nte, jerarca de un imperio. En efecto, cuando Isabel II asciende, el imperio británico se derrumbaba, los países querían la independen­cia y las naciones la liberación, la descoloniz­ación desmanteló al imperio. La India accede a la independen­cia en 1947, luego seguirán Sudan, Uganda, Ghana, Kenia, Rodesia, Nigeria, Adén, Malasia y otros. El dominio se desmoronó y, como se ha señalado, a Isabel II le tocó reinar sobre un imperio que se desplomaba pero sin perder la compostura.

La monarquía imperial se transformó en una monarquía simple y en potencia de segunda línea. La joven reina tuvo que garantizar la unidad, continuida­d y estabilida­d de viejas naciones, su poder simbólico se asentará sobre una ficción, la de una familia real por encima de la política, supuesta representa­nte de varias naciones.

En 70 años de reinado, Isabel se consolida como un punto fijo, ancla que permite a los británicos sobrelleva­r con decoro

“En 70 años de reinado, Isabel se consolida como un punto fijo, ancla que permite a los británicos sobrelleva­r con decoro el derrumbe imperial y ocultar los horrores del dominio colonial y la esclavitud en África y Asia”.

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