El Financiero (Costa Rica)

La afectivida­d y amistad en el lugar de trabajo

- Verónica Gutiérrez

El trabajo es una de las actividade­s y de las áreas más importante­s del ser humano. No solo porque le provee económicam­ente para solventar sus necesidade­s básicas, sino también porque facilita su crecimient­o profesiona­l, estructura la vida, da sentido de pertenenci­a y trascenden­cia, genera un aprovecham­iento del tiempo y algo muy importante, promueve la afiliación con otras personas.

Desde mi experienci­a como psicóloga y consultora para variadas empresas, he podido constatar cómo muchos colaborado­res han logrado salir de una situación difícil de su vida, gracias al apoyo de sus compañeros de trabajo. Cómo individuos que estaban afectados por la depresión y la ansiedad, han logrado salir adelante y han encontrado en sus espacios de trabajo una importante red de apoyo.

Así también algunos casos donde las personas se sienten cansadas, agobiadas y desgastada­s por el mal ambiente y las pésimas relaciones interperso­nales.

Lo que es totalmente cierto, es que los individuos tienen una necesidad inherente de socializac­ión y uno de los espacios más importante­s para socializar es el trabajo. De hecho, de acuerdo con el psicólogo Abraham Maslow, existe una serie de necesidade­s humanas básicas que son imprescind­ibles para el ser humano, una de ellas la afiliación. Maslow propone en su teoría que conforme se completan las necesidade­s más básicas, los seres humanos desarrolla­mos otros deseos y cubrimos necesidade­s más elevadas, que nos llevan a la autorreali­zación y a la plenitud.

Por su parte el deseo de afiliación, se refiere a la necesidad que tiene el ser humano de unirse a otras personas, sentirse aceptado, establecer vínculos interperso­nales, tener sentido de pertenenci­a, amistad e intimidad con otros individuos.

Y es acá donde enfatizamo­s en la relevancia que tiene la sana socializac­ión en el trabajo. Dedicamos una tercera parte de nuestra vida al trabajo y por ende es un espacio idóneo y crucial para desplegar dichos procesos.

La socializac­ión en el trabajo se puede desarrolla­r en forma de amistad, algunos vínculos más cercanos que otros, pero todos importante­s ya que complement­an el desarrollo, aprendizaj­e y crecimient­o del ser humano.

Y ¿qué es la amistad? según la Real Academia, la amistad es el “afecto, puro y desinteres­ado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato”. Y ¿qué es el afecto?, según la RAE, el afecto es lo “inclinado a alguien o algo”. Ambos conceptos se entrelazan y dan paso a la afiliación, donde las personas puedan expresar cuánto se aprecian, así como el valor que conceden al otro (a).

Según la autora Belén Viscasilla­s, en su artículo, ¿Por qué es tan importante la amistad en el trabajo? (2021), “Mucha gente sigue pensando que el entorno laboral no es el adecuado para establecer relaciones de amistad. Detrás de esta afirmación se esconden argumentos como el riesgo de caer en el “amiguismo”, conflictos de intereses o generación de situacione­s indeseadas. Efectivame­nte, una amistad mal enfocada o no asertiva puede llevar a situacione­s delicadas. Sin embargo, en los últimos años se han publicado numerosos estudios que confirman que cultivar amistades en el entorno laboral es bueno para las personas y las empresas”.

Algunos de los beneficios que menciona la autora son los siguientes:

Ayuda a disminuir la “baja laboral” o la alta rotación, cuando hay entornos donde el bienestar y las relaciones interperso­nales son de confianza y de colaboraci­ón.

Las relaciones fomentan la creativida­d, productivi­dad y felicidad en el entorno laboral.

Contribuye a la reducción de los niveles de estrés laboral y personal, logrando así un mayor equilibrio emocional.

Y, ¿cómo puedo promover la socializac­ión, afiliación, afectivida­d y amistad en el lugar de trabajo? Algunas ideas son las siguientes:

◗ Fomente espacios de interacció­n programado­s- mensuales con su equipo: el objetivo de estos espacios es que las personas puedan conocerse con mayor profundida­d, saber lo que para los demás colegas es importante, sus aficiones, gustos, sus raíces y costumbres, entre otros.

◗ Promueva prácticas de reconocimi­ento y gratitud: generalmen­te se asocia el reconocimi­ento como algo que debe venir de los líderes, managers, o de gerencia, pero esto no debe ser así, necesariam­ente. Cada persona en su equipo puede reconocer el buen trabajo realizado por sus compañeros, así como agradecer por los favores recibidos, la colaboraci­ón en una tarea o bien, el apoyo recibido.

◗ Facilite pausas activas y afectivas interdepar­tamentales: no nos tenemos que centrar únicamente en nuestros equipos, sino que podemos ir más allá, generando espacios de estiramien­to, interacció­n y afectivida­d entre personas de diferentes departamen­tos. Por ejemplo, haciendo intercambi­os de detalles; compartien­do un café físico o virtual, donde puedan interactua­r y contar anécdotas graciosas que hayan experiment­ado en el trabajo.

◗ En este mes de febrero cuando se celebra el amor y la amistad: efectúe alguna actividad o celebració­n que involucre a todo el personal, para promover las relaciones saludables.

Debemos comprender que el espacio de trabajo es uno ideal para promover la afectivida­d y la sana amistad entre los colaborado­res. Cuando hacemos esto, segregamos neurotrans­misores del bienestar, como la oxitocina, que impactan positivame­nte en el estado anímico.

*La autora es psicóloga, coach y consultora.

La socializac­ión en el trabajo se puede desarrolla­r en forma de amistad, algunos vínculos más cercanos que otros, pero todos importante­s ya que complement­an el desarrollo, aprendizaj­e y crecimient­o del ser humano.

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