FUTV y lo qué ocurrió con la denuncia ante Coprocom
El canal deportivo empezó a operar en febrero de 2020
En este mes de febrero se cumplen tres años del inicio de operación del canal deportivo FUTV, que actualmente realiza transmisiones de seis de los 12 equipos de primera división de fútbol.
Su surgimiento —al igual que el de Tigo Sport, de la firma Millicom— fue seguido con diferentes expectativas, críticas, denuncias ante la Comisión para Promover la Competencia (Coprocom) y, finalmente, la adaptación de los protagonistas, de los operadores de televisión por suscripción y de los usuarios.
Tigo Sport inició en la temporada 2018-2019, con la transmisión de los juegos de la mitad de los equipos también, como una fuerte competencia a Televisora de Costa Rica y a Representaciones Televisivas (Repretel), con una estrategia calificada como “agresiva”.
En medio estaban consolidándose cambios en la industria de publicidad (en 2019 sufrió una caída de 18% en relación al 2018), en el consumo de vídeo, películas, series en Internet y en la oferta de contenidos deportivos, que a nivel global aceleraban el paso hacia la exclusividad. La crisis económica sufrida desde 2018 también fue un factor determinante.
Los canales sintieron el impacto, como consta en la resolución de Coprom donde se desestimó la demanda en su contra: Teletica sostuvo que en 2019 había perdido $1,7 millones en la transmisión de partidos de fútbol de primera división y Repretel también justificó ante Coprocom que “las transmisiones de fútbol le estaban resultando deficitarias”.
De la idea al lanzamiento
A mediados del 2019 se empezó a echó a andar la idea de un canal deportivo y fue constituida la sociedad Los XI Titulares del Domingo (FUTV) por un grupo de inversionistas conformado en Punto de Penal S. A.: Román Fallas, Marco Quirós, Cristian Díaz, Rodolfo Travers y Felipe Carrera.
Fallas y Carrera eran funcionarios de Teletica y Díaz lo fue entre febrero de 2011 y octubre de 2018. Travers se desligó de sus funciones en la empresa más recientemente.
Punto de Penal era propiedad de la sociedad panameña Sidera Visus, que a su vez pertenece a Fundación Legado de Amor cuya propietaria es Olga Cozza de Picado, según consta en los documentos de la Coprocom.
“Fue una idea de los socios y no una decisión de la empresa en sí”, explicó Teletica a la comisión. “Si no procedíamos de esa forma a mediano plazo la transmisión de todos los partidos de primera división de todo el fútbol costarricense hubiera podido ser monopolizada por un solo operador”.
El proyecto era crear un canal que obtuviera en forma temporal (por sub-licencia) los derechos de transmisión de los equipos, con su consentimiento, para ampliar los contenidos y poner el nuevo canal a disposición de los operadores de televisión por suscripción.
A Repretel se le planteó la propuesta en junio de 2019, pero luego se descartó su participación accionaria en FUTV, por lo que tampoco la tiene en sus utilidades, decisiones empresariales, inversión de capital y no incurre en riesgos comerciales.
Las conversaciones se enfocaron en el modelo comercial y los requerimientos, con la condición de que el acuerdo no infringiera las normas de competencia. Para dilucidarlo, recurrieron a una asesoría externa que emitiera un criterio independiente.
En octubre de ese año ya se tenía un plan de negocios, las condiciones financieras de los contratos de sublicencia y los requerimientos de producción. FUTV ofrece condiciones similares a ambas televisoras, consigna Coprocom, “de manera que no entrara en conflicto por algún trato desigual”.
A partir de ahí se empieza a negociar con los equipos de fútbol en el segundo semestre del 2019 de cara al inicio del torneo de clausura que iniciaba en los primeros meses de 2020. Con Saprissa y la Liga se plantea el proyecto en agosto. La junta directiva del primero lo discute entre octubre y noviembre y se firma el contrato el 21 de noviembre. En la Liga se presenta a una asamblea extraordinaria de socios en a finales de setiembre.
“Nosotros únicamente les sub-licenciamos los derechos de nuestros equipos, les damos servicios de producción y acceso a algunos programas deportivos”, dijo Fernando Contreras, presidente y apoderado de Repretel a El Financiero.
Inicio y denuncias
A finales de 2019 ya corría la noticia del nuevo canal, pero el anuncio oficial se dio el 23 de enero, con la meta de iniciar operaciones el 29 de febrero de 2020.
De inmediato, de oficio y a partir de los anuncios, Coprocom inicia una investigación preliminar. Luego resolvió que no era posible “una eventual tipificación de los hechos” y que no era claro sí estamos en presencia de un acuerdo entre competidores que pudiera sancionarse.
El 5 de febrero, además, siete cableras de cantones fuera del Valle Central y una en el Área Metropolitana solicitan su intervención para suspender el lanzamiento del canal alegando que había una alianza de Teletica y Repretel, lo que implicaría una posible violación al régimen de notificación previa de concentración económica y del régimen de competencia.
Las cableras también cuestionaron la tarifa que cobraba FUTV para ser incorporado en la grilla de cada servicio, indicando que era 80% más alta que el canal deportivo más oneroso en ese momento y hasta 1.000% que otro canal del mismo giro de contenidos.
La medida cautelar solicitada por las cableras fue rechazada por Coprocom, pero la entidad inicia un proceso para determinar si es necesario iniciar la instrucción de un procedimiento especial confidencial. En marzo de 2022 se publicó la desestimación del órgano técnico, presidido por Ana Victoria Velazquez. Otra acción iniciada por Tigo concluyó en un acuerdo entre éste operador y FUTV en agosto de ese año.
En esta investigación se determinó que las relaciones comerciales entre FUTV y las televisoras “se circunscriben principalmente a negociaciones independientes”, que no hay concentración económica ni prácticas monopolísticas de parte de los canales. Tampoco era posible observar ninguna práctica monopolística absoluta o relativa, como se tipifica en los artículos 11 y de la Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor (N° 7472).
Coprocom indicó que desde su lanzamiento, el nuevo canal estaba incorporado en la grilla de al menos 20 operadores, incluyendo los de mayor participación en el mercado de acuerdo con las estadísticas de la Superintendencia de Telecomunicaciones.
“No fue posible extraer indicios de condiciones o trato discriminatorio entre agentes operadores”, concluyó Coprocom, que indica que verificó que las condiciones pactadas con Cabletica fueron similares a las que se acordaron con otros operadores y además recordó que establecer precios no constituye por sí mismo una conducta sancionable aunque para un determinado agente sean considerados “altos” o “prohibitivos”.
Las cableras no recurrieron la resolución, aduciendo que difícilmente Coprocom cambiaría de criterio y optaron por “aceptar” lo que consideran una “imposición”, explicó David Solano, abogado de Solano Bermudez & Solano, que representaba a las denunciantes. En los canales, hubo un impacto en sus ratings.
Contreras, de Repretel, afirmó que hubo una leve disminución en el target de hombres los fines de semana cuando se programaban los partidos”, pero que lo compensaron con cambios en la programación que resultaran eficientes para los anunciantes.
El 2023 se ha pronosticado como un año de tasas e inflación altas -además de la inevitable desaceleración económica-, y aunque todavía se espera que así sea, ya hay motivos para pensar que será por menos tiempo. ¿Las razones? Una inflación que cada vez se aleja más de su pico y la moderación de los choques externos que alimentaron gran parte del encarecimiento del 2022.
Menos presiones inflacionarias externas
Aunque el panorama mundial todavía carga con tensiones geopolíticas -riesgos para el comercio exterior que son una pesadilla para un país importador como Costa Rica-, los datos muestran resultados más favorables en los precios internacionales.
El Índice de Precios de Materias Primas Importadas, el cual calcula el Banco Central de Costa Rica (BCCR) tomando en cuenta las cotizaciones de granos, metales y petróleo crudo, lleva cinco meses seguidos con caídas anualizadas, una buena noticia en materia de inflación. Este índice registró en diciembre de 2022 una variación interanual del -10,97%, aunque, eso sí, sigue muy por encima de los niveles prepandemia.
El Índice del Mar Báltico, el cual se usa como referencia para los precios del transporte marítimo de materias primas, también ha disminuido de manera importante, de hecho este sí regresó a los niveles que tenía antes del brote de Covid-19.
Una inflación que se desacelera
Esta mejora en las facturas internacionales ha contribuido a la desaceleración en la escalada de los precios. Desde que el Índice de Precios al Consumidor (IPC, lo que normalmente llamamos inflación general), tocó su techo del 12,13% anualizado en agosto de 2022, se han registrado cinco meses seguidos en los que la inflación se aleja de esa lectura. A enero del 2023, el incremento fue de 7,65%.
El Índice de Precios al Productor de la Manufactura (IPP-MAN) también ha mostrado una desaceleración importante en los últimos meses, de hecho la brecha entre este y el IPC ya prácticamente despareció, lo que podría indicar que son menos los aumentos que le trasladaría el productor al consumidor y, por ende, un menor riesgo inflacionario.
Además, las expectativas de inflación a 12 y 24 meses se están empezando a acercar al rango de tolerancia meta del BCCR -±1 punto porcentual alrededor del 3%-, aunque siguen por encima del objetivo.
Pronósticos más optimistas
Las caídas en los precios internacionales y su consecuente efecto en la inflación han ayudado a que el Banco Central reevalúe su pronóstico inflacionario. Mientras que en octubre del 2022 preveía que la inflación no retornaría al rango de tolerancia hasta el segundo semestre del 2024, en el último Informe de Política Monetaria de enero del presente año reajustó ese pronóstico: ahora la inflación general se alinearía con la meta hacia finales del 2023 mientras que la inflación subyacente lo haría en el primer semestre del 2024.
Además de este posible adelantamiento en la meta, el Central también comunicó que, con base en la información actual -y entendiendo que cualquier choque externo o interno podría cambiar el viraje- no prevé más ajustes hacia el alza en la Tasa de Política Monetaria (TPM), por lo menos en el corto plazo. Sumado al hecho de que el BCCR no ha subido la TPM desde octubre (después de diez meses donde los aumentos fueron constantes), cada vez aparecen más indicios que apuntan hacia que el 9%, su nivel actual, podría ser su techo.
Sin embargo, que el Banco Central diga que no prevé más subidas en el corto plazo no se traduce textualmente en que las tasas vayan a empezar a bajar pronto, en especial cuando se calcula que el rezago en la transmisión de dicha tasa hacia el resto del mercado puede ser de hasta seis meses. Aún así, de mantenerse las mediciones más favorables, cada vez es menos descabellado pensar en que la política monetaria restrictiva podría empezar a bajar paulatinamente durante el primer semestre del 2023.
“Yo creo que el Banco Central ya está en el momento de empezar a pensar en bajar tasas”, considera José Luis Arce, director de la firma FCS Capital. No obstante, el economista reconoce que la subida que hizo el BCCR fue necesaria para combatir una inflación que durante el 2022 parecía que iba a ser más duradera.
Todavía hay riesgos latentes
Si bien hay evidencia para esperanzarse con que la inflación y, por consecuencia las tasas, podrían bajar antes de lo esperado, también hay riesgos que podrían alejar a los precios de la meta. Muestra de esto es que el balance de proyecciones de inflación se inclina hacia el alza, según su último Informe de Política Monetaria.
Entre los principales riesgos globales que nombra el Central está un rebrote de Covid-19 en China, el agravamiento de los conflictos internacionales que desencadene aumentos en las materias primas -especialmente en los alimentos y la energíay la persistencia de las presiones inflacionarias y de políticas monetarias más restrictivas.
De hecho en Estados Unidos y la Unión Europea, dos mercados con alta influencia sobre Costa Rica, se está lejos de hablar de una reducción de tasas: todo lo contrario, la Reserva Federal estadounidense (FED) recientemente subió su tasa de interés en enero y anunció que vendrán más ajustes hacia el alza, lo mismo hizo el Banco Central Europeo.
Estos movimientos nos hablan de que el plano internacional está lejos de estabilizarse y esto para Douglas Montero, especialista en mercados financieros internacionales, también influye sobre la posición que llegue a tomar Costa Rica. “Con las tasas altas en Estados Unidos, si el BCCR baja (la TPM) puede llevar a que se pierda el premio por invertir en colones, así que no se si lo hará tan rápido, la presión externa es importante”, mencionó.
Además, hay factores internos que también podrían mantener las tasas altas como un proceso de convergencia de las expectativas de inflación a la meta más lento de lo esperado.
Aunque las expectativas han mostrado mejoras en los últimos meses, lo cierto es que tanto las encuestas de 12 (5,6%) y 24 (4,9%) meses muestran que los agentes económicos todavía no le creen al Central que la inflación vaya a estar alrededor de la meta cuando pasen ambos periodos. Alinear esas expectativas con el objetivo del BCCR es vital para que el desvío entre dichos conceptos no distorsione el proceso de formación de precios y retrase la reducción de la inflación.