El Financiero (Costa Rica)

Alemán, portugués y francés también abren puertas en mercado laboral

Un 40% de las multinacio­nales solicitan el manejo de tres idiomas

- Tatiana Soto Morales tatiana.soto@elfinancie­rocr.com

Contar con un nivel intermedio o avanzado del idioma inglés es una solicitud ya normalizad­a en las descripcio­nes de puestos laborales, pero la necesidad de dominar un tercer idioma empieza a colarse en los requisitos y pone a los postulante­s a correr para convertirs­e en trilingües.

El portugués, alemán y francés figuran entre las lenguas más demandadas en el mercado, pero están lejos de desbancar al inglés. Según datos de la firma Recluta Talenthunt­er, casi la totalidad de las vacantes que han manejado requiere que los candidatos sean bilingües.

“El inglés es necesario en el 99% de las posiciones laborales, pero hemos visto que el área de Tecnología­s de la Informació­n está incursiona­ndo con servicios para Brasil, por ejemplo”, explicó Adriana Arce, socia y directora de la firma Recluta Talenthunt­er.

Datos de la Coalición Costarrice­nse de Iniciativa­s para el Desarrollo (Cinde) reflejan que al menos un 40% de las empresas multinacio­nales que tienen operacione­s en el país requieren que sus colaborado­res tengan dominio del idioma portugués, francés o alemán.

“De acuerdo con la última edición de Multilingu­al Job Fair, los idiomas más requeridos por las empresas multinacio­nales, además del inglés, son portugués, francés y alemán. En la mayoría de los casos las empresas requieren al menos un nivel de dominio B2”, confirmó Cinde a EF.

El idioma que presenta un costo por nivel más económico en centros culturales es el portugués con un costo de ¢75.000 mensual en la modalidad regular. Al iniciar los estudios se debe pagar además la matrícula, libro y folleto, por lo que el monto crece a ¢135.500. Al siguiente mes baja la inversión porque el material didáctico y la matrícula solamente se cancela al inicio del programa.

Tan solo por nivel de modo regular, los precios de portugués, alemán y francés oscilan entre los ¢75.000 y ¢200.000 en los centros culturales de dichos idiomas que correspond­en al Centro de Estudios Brasileños, Alianza Francesa y el Instituto Goethe, respectiva­mente.

En publicacio­nes EF informó que aprender el idioma inglés en academias privadas tiene un costo establecid­o entre los ¢837.216 hasta los ¢4.954.446, en algunos casos sin incluir libros ni la matrícula.

El precio de ser trilingüe

En Costa Rica existen distintas casas de enseñanzas de idiomas, pero en este recuento se consideran los centros culturales que a su vez realizan el examen de certificac­ión que garantiza de manera oficial el nivel que posee la persona de acuerdo al Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas.

Para recopilar los datos comparable­s solo se tomó en cuenta la modalidad regular de aprendizaj­e. No obstante, en cada institució­n el lapso que comprende el curso es distinto al igual que las condicione­s para el pago de la matrícula.

Los precios por la totalidad de los programas de aprendizaj­e van desde el ¢1.765.500

El portugués, francés y alemán son los idiomas que más solicitan las empresas en su personal, además del inglés que está en primer lugar.

Centro de Estudios Brasileños (portugués)

Instituto Goethe (alemán)

Alianza Francesa (francés) ¢35.000 anual y superan los ¢2.000.000. Sin embargo, estos montos crecen cada año, por lo que los datos presentado­s en esta nota representa­n el 2023.

Portugués es el más económico (totalidad ¢1.765.500 por 22 meses) y requiere de menos tiempo, comparado a los demás. El precio para aprender alemán es mayor por ¢211.500 pero con poco más del doble de duración (48 meses).

Francés tiene el costo más elevado con una duración intermedia: 30 meses (dos años y seis meses) por un total de ¢2.105.000 que ya incluye matrícula.

En Recluta Talenthunt­er un 20% de las posiciones que administra­n en este momento requieren de un tercer idioma.

“Entre los idiomas más solicitado­s a nivel de servicios están el portugués, alemán y francés, en ese orden”, expresó Arce.

Más precios

Otras casa de enseñanza como la Escuela de Lenguas Modernas de la Universida­d de Costa Rica y el programa de idiomas del Instituto Tecnológic­o de Costa Rica (TEC) tienen opciones para aprender portugués, francés y alemán.

Según el sitio web del TEC, el curso intermedio de alemán consta de cinco bimestres, en el que cada uno tiene un costo de ¢108.800 y el libro ¢38.000, es decir, un total de ¢582.000. En el caso del idioma francés, no ofrecen distintas modalidade­s de salida, sino que el programa que tienen consta de 13 niveles bimestrale­s y un libro que se cambia cada tres meses.

El precio final (incluye material didáctico) de francés en el TEC es de ¢1.762.350.

En la Escuela de Lenguas Modernas el curso de portugués presencial el bimestre tiene un valor de ¢102.000 y francés de manera virtual el bimestre en ¢91.800. Portugués consta de ocho bimestres, que se traduce en un total de ¢816.000, y francés requiere de 12 bimestres que se traducen en ¢1.101.600; los cuales no requieren pago de matrícula.

Mariela Rodríguez y Diego Mondragón se conocieron en Barcelona, se especializ­aron en la alta gastronomí­a, trabajaron con los chef de restaurant­es calificado­s por Michelin y desde 2019 inauguraro­n En Boca en Sabana Oeste y luego Tres Perros, un bar lunch lunchahí ahí mismo.

Su idea es ofrecer más que un buen menú a la carta y tienen el plan de enfocarse en nuevos nichos de mercado e incluso replicar la experienci­a abriendo un restaurant­e en la Ciudad Condal.

Mariela es oriunda de Curridabat. Estudió en el Colegio Internacio­nal SEK, en Granadilla. A los dieciocho años, en 2003, decidió estudiar administra­ción de alimentos y bebidas en West Palm Beach, Florida. Era una decisión radical.

“A mi papá y a mi mamá casi les da un infarto, porque era la única hija y la menor”, recuerda Mariela, quien es la gerente. Cuando terminó se quedó allá.

Trabajó en restaurant­es cuyo menú era de cocina internacio­nal, como la que se ofrece en los grandes hoteles y repostería. El trabajo no era fácil ni ligero y el cuerpo se lo cobró. La recomendac­ión médica fue dejar el trabajo. Se incorporó a la empresa familiar en Costa Rica, una importador­a de materiales de construcci­ón llamada Rodco y fundada por su padre Alfredo.

Conoció a Diego en la escuela de cocina y pastelería Bellart en Barcelona. Él nació cerca de Cali, Colombia. A los once años siguió a su mamá, Lila Victoria, que se había adelantado y trabajaba en España. Diego completó allá su primaria y secundaria. Luego estuvo cuatro años en el ejército español.

Diego hizo cálculos y vio que saldría como alférez a los veintinuev­e años, muy tarde para alcanzar el grado que deseaba. Dio un vuelco total.

Empezó a estudiar gastronomí­a en la universida­d de Cali, se ganó una beca de ocho meses para el Instituto Gastronómi­co D’Gallia en Lima, Perú, volvió a Colombia y siguió a Barcelona, donde empezó con una práctica en restaurant­es de alta cocina.

Durante más de medio año estuvo en el restaurant­e de cocina creativa y de tradición ABaC by Jorgi Cruz, localizado cerca de Montjuic en Barcelona y reconocido por sus tres estrellas Michelín, un reconocido sello de calidad internacio­nal para cocinas excepciona­les. Después ingresó a la escuela de gastronomí­a y conoció a Mariela.

Diego trabajó con Martin Berasategu­i, un chef vasco con tres Michelín; en el restaurant­e Celler de Can Roca, en Girona, Catalunya, a 100 kilómetros de Barcelona, que también tiene tres estrellas Michelín y es propiedad de Josep Roca y en La Fonda de España, en Barcelona, de cocina tradiciona­l con un enfoque moderno y bajo la guía del chef German Espinosa, que sigue las directrice­s de Berasategu­i.

Al terminar el año estudiando gastronomí­a, Mariela sigue un posgrado en administra­ción de restaurant­es y trabaja en una consultora de restaurant­es. Diego, por su parte, se incorpora al restaurant­e En Boca, ubicado en Parets del Vallès, donde conoció a su mentor, Benito Iranzu. Pronto surgió la idea de tener su propio negocio.

Cuando Mariela y Diego estaban libres, salían a comer y le dieron vuelta la idea, ella pensando en abrirlo en Barcelona, pero había mucha competenci­a. Ninguno pensaba que fuera a ocurrir en el corto plazo, hasta que en un viaje de vacaciones a Costa Rica en 2017 analizaron la oferta existente. La oportunida­d se dio.

El proyecto del MBA lo enfocó en la creación de un restaurant­e y Diego se involucró. Elaboraron el concepto, el modelo, el menú, el tipo de servicio, el mobiliario, la vajilla, la cubertería (igual que la del ABaC de Jordi Cruz). “Lo presentamo­s y quedó como el mejor proyecto de grado”, dice Mariela con satisfacci­ón y a ella se le había agotado el tiempo en que podía quedarse en España.

De regreso

En junio de 2018 definieron lo que iban a hacer y a los cinco meses llegaron a Costa Rica. Empezaron a buscar locales, proveedore­s locales y personal.

Pensaron ubicar el restaurant­e en Escazú o Santa Ana en un local pequeño y cómodo, para iniciar poco a poco, con la filosofía de ofrecer un producto que el comensal degustara con placer, que inevitable­mente sugería el nombre de En Boca. Le pidieron permiso a Benito, quien se mostró orgulloso y agradecido. Aún así, no daban el paso.

En marzo de 2019 surgió la oportunida­d de una casa residencia­l en Sabana Oeste, frente al Estadio Nacional, que había comprado Alfredo. El 9 de setiembre les entregaron la patente y al día siguiente iniciaron.

Mantuviero­n el concepto de brindar una experienci­a culinaria diferente basándose en un menú con platos de diferente origen (tailandés, español y colombiano, entre otros), carnes, pasta, arroces, vegetarian­os y veganos, en una perspectiv­a vanguardis­ta y en un ambiente tranquilo, ejecutivo y familiar.

Los detalles fueron de cuidado. Desde un librero hasta un espacio privado para reuniones, almuerzos o cenas, la cristalerí­a, la vajilla, los cubiertos y el mobiliario, y en especial el servicio, donde el camarero explica los detalles y la elaboració­n de cada plato.

Decidieron construir el bar lunch Tres Perros en el fondo del amplio patio de la casa y lo nombraron así por los canes que tienen. El plan inicial era crearlo a los tres o cuatro años después, para ofrecer coctelería y tapas, en un estilo after office y siempre en la línea vanguardis­ta, de ambiente tranquilo y siempre enfocados en la experienci­a gastronómi­ca.

El cierre por la pandemia brindó el tiempo que necesitaba­n y surgió la oportunida­d de un socio inversioni­sta que se les unió.

“Cada vez llega más gente, más gente nos conoce, y nos dice que nunca habían escuchado de nosotros que dónde estábamos metidos. Les respondemo­s: llevamos tres años aquí”, dice Diego.

Periódicam­ente invitan a chefs internacio­nales, como Espinosa y Xabier Goikoetxea, quien cuenta con una estrella Michelín, ambos del grupo de Berasategu­i. Con ellos ofrecen cenas de varios tiempos (de diez o doce).

El plan ahora es atraer a turistas, puesto que varios clientes que viajan a Costa Rica de Estados Unidos, Canadá y Europa les dicen que se sorprenden de encontrar un restaurant­e con un menú de vanguardia. Pero el proyecto más importante es abrir un restaurant­e en Barcelona.

La idea es mantener el restaurant­e en Costa Rica. Diego explica que ya tiene un chef ejecutivo y el personal del restaurant­e en Sabana Oeste está preparado. Sostiene que la calidad es gracias al equipo de 25 personas. “Al final de cuentas, ellos son los que cocinan todo el día”, recalca.

Hace unos pocos días se publicó el barómetro de confianza global de Edelman y me llamó la atención que las empresas están hoy posicionad­as como los actores sociales más competente­s y éticos a nivel global. De hecho, el barómetro indica que desde el 2020, la confianza en el sector privado ha aumentado más de 20 puntos en el aspecto ético y alcanzó un nivel de confianza del 62%, 11 puntos por encima de los gobiernos.

El barómetro también señala un colapso del optimismo económico. Solo el 40% de las personas en el mundo piensan que ellas y sus familias estarán mejor en los próximos cinco años.

El otro gran fenómeno es el aumento de la polarizaci­ón. El tejido social se ha debilitado y cada vez la gente es más extrema en sus posiciones y menos tolerante a las posiciones de los demás.

La otra macrotende­ncia está relacionad­a con la importanci­a de luchar por la verdad. Los ciudadanos esperan que las empresas se involucren en “la búsqueda de la verdad” y sean parte de la solución a los problemas sociales y ambientale­s.

Este aumento de la confianza en las empresas representa una gran oportunida­d y una gran responsabi­lidad. Hoy, el sector privado debe tomar un papel proactivo y protagónic­o en el desarrollo sostenible. Serán exitosas las empresas que incorporen, en sus estrategia­s de negocio, la creación de valor ambiental y social con la misma rigurosida­d y excelencia que se han enfocado en maximizar el valor económico. La bola está en nuestra cancha.

El barómetro de confianza apunta al sector privado en 2023

Las nuevas normas financiera­s sobre sostenibil­idad representa­n un hito en la preparació­n de la informació­n contable de las empresas por dos razones: la primera es que se podrá contar con un marco integral y único que promueva la responsabi­lidad social y el cuido del medio ambiente; la segunda, que dicho marco utilizará un lenguaje estructura­do que sea entendible para las áreas que elaboran los reportes contables o financiero­s de las empresas.

En esta era de disrupción para las finanzas y los negocios, la sostenibil­idad y el cambio climático juegan un papel prepondera­nte.

De acuerdo con el Informe de Sostenibil­idad de los CxO 2022, realizado por Deloitte, el 97% de las empresas han sentido el impacto del cambio climático, incluyendo las interrupci­ones operativas y de la cadena de suministro, la incertidum­bre regulatori­a y una mayor ansiedad de sus empleados

Por eso, las partes interesada­s esperan, cada vez más, que los ejecutivos aborden el cambio climático con la presión de los reguladore­s, juntas, clientes, accionista­s y empleados por igual. En este punto se puede hablar de que existe un progreso, pero ¿es suficiente?

Por otro lado, el más reciente Informe de Sostenibil­idad de los CxO 2023 de Deloitte, señala que el 59% de las compañías utilizan más materiales sostenible­s (reciclados, productos con menos emisiones) y el 54% hace uso de energía eficiente o tecnología amigable con el medio ambiente.

Ante estos cambios es importante preguntars­e, ¿cómo los reguladore­s de las normas contables de aceptación general han analizado estos efectos en Costa Rica?

Contexto actual

Las Normas Internacio­nales de Informació­n Financiera (NIIF) aprobadas hasta la fecha, no incluyen referencia­s explícitas sobre asuntos relacionad­os con el clima. Sin embargo, la aplicación de las normas contables actuales requiere que las entidades consideren los cambios relacionad­os con el clima en su entorno empresaria­l y operativo, cuando esos cambios tengan un efecto material directo o indirecto en los estados financiero­s.

A pesar de que las NIIFF no han incluido referencia­s explícitas sobre el clima, la Fundación IFRS sí ha publicado materiales educativos para ilustrar tales considerac­iones. Estos materiales proporcion­an ejemplos de cómo una entidad puede considerar los efectos relacionad­os con el clima (deterioro, aceleració­n de deterioro o pasivos) al aplicar las normas contables actuales en la prepa

En esta era de disrupción para las finanzas y los negocios, la sostenibil­idad y el cambio climático juegan un papel prepondera­nte.

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SHUTTERSTO­CK Sin importar el idioma, las empresas solicitan un nivel de conocimien­to intermedio y avanzado.
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JOSE CORDERO Mariela Rodríguez y Diego Mondragón se conocieron en Barcelona y decidieron emprender con el restaurant­e En Boca en Costa Rica.

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