Raquel Echeverría hizo de la asesoría en estética e imagen su negocio
‘Apariencia afecta proyección de marca personal’
Cuando era niña, Raquel Echeverría prefería que le regalaran vestidos para las muñecas Barbies que ya tenía, para cambiarles la ropa, que tener más muñecas. Aquella fascinación con los cambios estéticos continuaron, de forma involuntaria a veces y luego, cada vez más, a pedido de alguien.
Mucho antes de estudiar en la universidad, un año Arquitectura y luego Comunicación, sus amigas le solicitaban ayuda para elegir ropa. Finalmente, dio un paso definitivo: empezó a leer libros, consiguió el apoyo de una reconocida mentora en Estados Unidos y llevó cursos de escuelas de Nueva York para certificarse como asesora de imagen de ejecutivos, empresarios y profesionales.
“La apariencia afecta la proyección de marca personal”, sostiene Raquel.
Justo cuando se iba a casar con Otto Kopper, un banquero de inversión, obtuvo una plaza en el Colegio Lincoln como oficial de Comunicaciones. Ahí también debió olvidarse de su antigua introversión para presidir eventos del colegio con los estudiantes y con sus familias. Además, trabajó en la definición de estrategias de imagen. Poco a poco se acercaba a realizar un paso que nunca habría imaginado.
Un día Otto le planteó porque no se dedicaba a la asesoría de imagen. En ese momento era un servicio desconocido en Costa Rica. Con las redes sociales apenas se empezaba a hablar de la marca personal a nivel profesional y ejecutivo.
Constantemente alguien la llamaba para preguntarle cómo vestirse para un evento o que le revisara el clóset para actualizarlo. Ese era su charco.
“Creo que hay una cosa que es lo que le permite a uno ser feliz y es hacer un buen trabajo, algo que a uno le guste, en donde uno tenga las aptitudes para poder hacer un buen trabajo con pasión, con alegría y con energía”, dice Raquel.
Se puso a investigar, una tarea que ella misma dice le va muy bien. Encontraba libros en Amazon, los compraba y los leía. Llegó a estudiar unos cien libros sobre imagen personal, profesional, ejecutiva y corporativa.
Gran paso
En 2015, Raquel funda Image by Raquel. Todavía trabajaba en Lincoln School y sus asesorías las daba en el tiempo libre.
Al mes ya estaba con agenda llena y una cantidad de clientes que no daba abasto. “Te lo dije”, le recordó el director del Lincoln School. Renunció. A partir de ese momento Raquel se dedica de lleno a su empresa. Ya no podía echarse atrás.
Cuando Raquel recibe un cliente por primera vez realiza un diagnóstico que incluye un análisis del color, en el cual
El cambio de un marco de anteojo puede ayudar a que una persona se vea actualizada frente a un equipo más joven del cual es líder. Pero hay que saber escogerlo, pues si se elige un estilo muy de moda o fashion podría generar otro efecto.
“Brindo un menú a la carta”, dice ella. Pero recalca la clave de todo: “En los primeros siete segundos que uno ve a alguien se toman once decisiones sobre esa persona sobre su liderazgo, nivel educativo, competitividad, sofisticación, antecedentes (políticos, étnicos, religiosos) y luego el cerebro busca corroborarlo y rechazará los datos en sentido contrario”.
La estética es uno de los pilares de este proceso. Los otros dos son lo qué decimos y cómo nos comportamos. El cambio, eso sí, debe darse en forma natural, pues las demás personas se dan cuenta cuando es impostado.
Raquel cuenta que hay personas con nivel ejecutivo o profesional que no logran un ascenso o que un auditorio atienda a su conferencia por un problema de estilo, de proyección o de presentación personal. Se hace el cambio y ellas mismas se asombran de cómo siguen siendo las mismas, pero ahora sus jefes le ponen más atención y reconocen sus resultados.
La asesoría también se enfoca en entregar las herramientas, incluyendo una aplicación móvil de un clóset digital, que le permita a la persona seguir por sí misma. “Somos muy visuales”, recuerda Raquel.
“Mi objetivo no es que se obsesionen con la imagen, sino que los clientes sean prácticos. Que sepan manejar estratégicamente la imagen. Que no les consuma demasiado tiempo”, identifica dijo.lostonosquedebe los tonos que debe dijo. utilizar en su vestimenta, en Cuando Raquel empezó a los accesorios (marco de antebrindar sus servicios en el merojos y joyería) y en el maquicado local prácticamente solo llaje, en el caso de las mujeres. Luigina Campos se dedicaba También se analiza su clóset, a las asesorías de imagen. La se le acompaña en la adquisioferta se amplió, así como la ción del vestuario y donde el demanda y el conocimiento de estilista. Hay un fundamento las personas sobre la importanpara el análisis y las recomencia de la imagen también credaciones. cieron incluso en contextos de
La estética influye en el esequipos de trabajo —como en tado emocional y psicológico. las firmas multinacionales— De cómo nos ven los demás y donde el código de vestimenta cómo nos vemos, con toda la es más flexible. carga de prejuicios y estereotiLa misión actual de Raquel, pos, depende cómo nos proyecy para el futuro inmediato, es tamos para una venta o un condar a conocer lo que hace. Pero, trato, ante el equipo de trabajo en especial, cómo puede ayudel que somos líderes, ante los dar a las personas en sus cajefes o accionistas de una emrreras profesionales, laborales presa o ante un auditorio en y empresariales. No tiene otro una conferencia o la presentaobjetivo en la mira, pues insiste ción de un informe. que la apariencia puede gene
Una persona puede verse rarle credibilidad a alguien o cansada o descansada. Dependesacreditarle ante otras perdiendo de cuál sea el mensaje sonas. No llegó a ese convencique su rostro transmita así la miento de un día para otro. verán y la juzgarán en el trabaRaquel acepta que todo su jo o en cualquier otro espacio. recorrido, incluyendo el año Los detalles de la presentación que estudió Sociología, le ayupersonal cuentan pese a que daron a contar con la capacicrecimos con la idea de que es dad y las herramientas para el contenido el que debe ser vabrindar sus servicios, desde lorado. Una mala presentación el análisis hasta la filosofía de no facilita que otras personas cómo cada persona debe seguir atiendan al contenido. su propio proceso.