Las lecciones del colapso de Silicon Valley Bank
relaciones de corresponsalía con estos bancos grandes, por lo que no visualizo un riesgo de fondeo para los bancos costarricenses. Sin embargo, debemos pensar que nuestros bancos locales, sí tienen inversiones en sus tesorerías en época de subidas de tasas de interés. Entonces la pregunta es, ¿cual es la valoración de esas inversiones y qué sucede si los bancos salen a venderlas para levantar liquidez?
Los índices de cobertura de liquidez en Costa Rica son más conservadores que los regulatorios en EE. UU., lo cual es bueno. Sin embargo, vale la pena conocer el nivel de exposición que tienen los bancos a posibles pérdidas por sus inversiones en títulos que hoy han perdido valor por el incremento en las tasas de interés. Estas pérdidas, deben ser absorbidas por el patrimonio de los bancos. Y es aquí donde sí creo que hay un problema en algunos bancos del sistema costarricense. A diferencia de EE. UU. donde la mayoría de estos bancos son bancos que cotizan en la bolsa y les pertenecen a muchos inversionistas, en nuestro país, hay bancos que son propiedad de uno o dos dueños. En otras palabras, hay una concentración accionaria enorme y a pesar del Gobierno Corporativo, una o dos personas toman la decisión final.
Desde mi punto de vista, la suficiencia patrimonial, que a muy alto nivel se calcula como el capital base dividido por los activos ponderados por riesgo, y que al final lo que me indica es el nivel de apalancamiento de un banco y su capacidad de absorber pérdidas, debería aumentarse en función de la concentración accionaria. En otras palabras, si el banquero quiere ser el único dueño y el que toma las decisiones de su negocio, entonces debería poner más capital, mucho más.
Si analizamos en detalle el balance general de un banco, su nivel de endeudamiento es altísimo. Por lo general al patrimonio no supera el 15% del tamaño de sus activos. Algunos bancos apenas llegan al 10%. En otras palabras, el 85% o el 90% de esos activos en realidad le pertenecen a los acreedores o depositantes. Cuando fui banquero yo les decía a mis colegas que irónicamente si un banco “X” le pide dinero a otro banco “Y” y le muestra su balance general sin decirle que se trata de un banco, es posible que “Y” no le preste dinero al banco”X” , porque “la empresa” está sumamente endeudada. De ahí el riesgo y la regulación para proteger a los verdaderos dueños de ese banco que son los ahorrantes.
Durante mi carrera de más de 20 años en la banca, pude ser testigo de una evolución positiva en nuestro sistema regulatorio por parte de Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef) y el Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif), quienes han sido muy activos en su gestión y llevan a cabo mejoras regulatorias para mantener la seguridad del sistema financiero. La suficiencia patrimonial en función de la concentración accionaria ayudaría a que exista una mejor estructura de gobierno corporativo donde no es el único dueño del banco el que toma las decisiones de adjudicación de crédito, principal actividad de un banco en su rol de intermediario financiero. Cuando no existen pesos y contrapesos en estas decisiones, el banquero tiene la necesidad de colocar créditos para crecer, tiene exceso de liquidez y es el único que toma las decisiones, sucede la receta perfecta para que esos créditos se otorguen asumiendo riesgos que el banquero no debería.
*El autor es fundador de la fintech Impesa.