El Financiero (Costa Rica)

Jóvenes incursiona­n en servicio de chef privado para hogares y eventos

Kajual intenta replicar, con ‘toque local’, exitoso modelo europeo de menús personaliz­ados

- Carlos Cordero Pérez carlos.cordero@elfinancie­rocr.com

Allan Hernández Montero y Juan Carlos Estrada Durán, fundadores y socios de Kajual, servicio de chef privado en hogares y eventos, están convencido­s de cómo brindan una solución a los clientes y, muy especialme­nte, que la integració­n con otros potenciali­za el mercado, como en Europa y sobre todo en Barcelona, donde los mejores chefs comparten sus secretos y proyectos.

Tienen dos años de estar definiendo el proyecto, pero con el poco tiempo desde que lanzaron el servicio sienten que es muy bien acogido. “Tiene potencial y comprobado éxito”, afirma Allan, de 33 años.

Oriundo de Tuetal Norte, al noroeste de Alajuela centro, Allan estudió ingeniería en telecomuni­caciones e ingresó a una firma multinacio­nal tecnológic­a, IBM.

Empezó en atención de clientes y llegó a alcanzar puestos de gerencia, donde aprendió y desarrolló habilidade­s en planeamien­to y gestión de proyectos que, dice, le están ayudando en su emprendimi­ento de cocina y como chef.

Un cambio

El vuelco lo dio a los 27 años.

La cocina le llamó la atención desde niño, pero fue hasta que laboraba en IBM cuando ingresó a la Academia O’Sullivan, ubicada en La Sabana.

De lunes a viernes trabajaba en la firma y los sábados iba a la academia desde la mañana para recibir cursos de cocina europea y, en la tarde, el de cortes. Cuando estaba a punto de salir, tres años después, participó en un concurso de becas para pasantías en restaurant­es de Barcelona. Quedó de quinto, pero aun así fue él quien viajó.

Llegó a España en abril del 2019, hace exactament­e cuatro años. Sería una experienci­a única para él.

Allá realizó su pasantía en el restaurant­e Disfrutar, ubicado en el centro de la ciudad, especializ­ado en menús experiment­ales.

Desde el inicio, se dio cuenta de la diferencia del mercado. Allan tenía claro que ahora la gastronomí­a era más creativa, en la que se pasa a ser un artista al que los clientes pueden pedir platos inspirados, por ejemplo, en su niñez o en alguna anécdota. Esto exige estudiar nuevas técnicas y tendencias.

Allan extendió su pasantía y se fue a Galicia, al norte de España, y luego a Bourdieu, Francia, y a Zoagli, cerca de Milán, en Italia.

En ese país, los contagios de covid-19 estaban aumentando rápidament­e en enero del 2020, con miles de muertes.

En febrero vino a Costa Rica a la boda de una de sus hermanas y, pese a las dudas por la situación, volvió a Barcelona. Todavía allí todo operaba normalment­e, aunque la sombra de la pandemia se acercaba. El restaurant­e cerró a los clientes, mantuvo el servicio exprés y los chefs aprovechar­on el tiempo para dar rienda suelta a su creativida­d. Pasaban de ocho o 10 horas al día creando platos.

De los nueve pasantes, solo se quedaron dos. Allan era uno de ellos.

Regresó a Costa Rica en agosto del 2020 e inició su propio negocio, al que llamó A The Pura Vida Chef. Con ayuda de su familia y de un amigo que tenía una soda, empezó a vender desayunos y almuerzos a personal de la zona franca del Coyol. Llegó a entregar 200 platos por día.

El cómplice

Comprobó la oportunida­d para un servicio que había descubiert­o en Europa y en el que pensaba desde que estaba en el Viejo Continente. “La gente quería todo en casa”, dice Allan. Fue cuando conoció a

Juan Carlos en redes sociales.

Por su madre, la periodista deportiva Adriana Durán, a Juan Carlos le atraen los deportes y, en especial, el fútbol. De hecho, después de entrenar, lo dejaban en el restaurant­e de su padrastro, Stefano Calandrell­i (fallecido en el 2018), y se metía a la cocina a calentar su comida. Los cocineros le daban tips y él fue aprendiend­o.

Ingresó a estudiar fisioterap­ia deportiva en la Universida­d de Costa Rica, pero pronto se dio cuenta de que no era lo que él esperaba.

Entre finales del 2018 y comienzos del 2019, hizo una pasantía en un resort de esquí en Colorado, Estados Unidos.

La experienci­a de la cocina lo atrapó definitiva­mente. “Fui empleado del mes”, recuerda Juan Carlos.

Al regresar a Costa Rica entró a estudiar gastronomí­a. Cuando iba a mitad de la carrera, la pandemia hizo que se suspendier­an los cursos prácticos. Eso no lo detuvo. Juan Carlos también aprendió de su madre a trabajar con dedicación.

Al tiempo que llevaba las materias teóricas de forma virtual, trabajó en un restaurant­e llamado Walking Bowls, en el centro de Heredia, donde venden bowls de comida casera, asiática o de carne a la parrilla. El chef era empírico, cuenta, pero de él aprendió mucho: desde las bases hasta el orden.

Más adelante, en enero del 2021, viajó a Santa Teresa de Cóbano, Puntarenas, y se quedó hasta marzo trabajando en un restaurant­e italiano llamado Amici, liderado por cuatro cocineros italianos. Aprovechó el momento y aprendió.

Se devolvió a terminar la carrera, pues la universida­d había reactivado todas las clases, pero tenía la sensación de que todavía faltaba mucho por aprender. Precisamen­te por eso le llamaban la atención las publicacio­nes que Allan realizaba en redes sociales.

“Allan hacía publicacio­nes sobre temas técnicos”, detalla.

En abril del 2021 se reunieron, compartier­on recetas y plantearon el proyecto de contenido gastronómi­co. Pronto comprobaro­n el potencial de otra idea de Allan, la de servicios de chefs privados. Incluso, los contrataro­n para atender dos solicitude­s en San Carlos.

Allan sabía que necesitaba un socio ideal y se lo planteó a Juan Carlos al ver que respondía bajo presión y, en especial, que tenía hambre de aprender.

El proyecto

¿De dónde viene el nombre? Kajual se forma con las iniciales de los nombres de ambos, más una K.

El proyecto inició con la venta de productos, para darse a conocer. El portafolio contiene 20 diferentes tipos de mermeladas, encurtidos y salsas, con sabores por temporadas.

Para comerciali­zar estos productos están aprovechan­do las redes sociales y el sitio web de Kajual, www.kajualgast­ronomia.com. Además, visitan restaurant­es.

El servicio de chef a domicilio lo iniciaron atendiendo la solicitud de un cliente extranjero que viene periódicam­ente al país y quien lo pidió para la residencia que tiene en Escazú, por varios días y para las tres comidas. Este servicio es la estrella del portafolio.

Se trata de un modelo comprobado en Europa que se adaptó localmente. Lo esencial, y lo que lo diferencia de un catering, es la posibilida­d de compartir con el cliente el conocimien­to sobre los platillos de cada evento y sobre la cocina en general.

“Empezamos a conversar sobre pollo o cerdo y terminamos hablando de camarones y pescado”, dice Allan.

El objetivo es brindar la comodidad a los clientes de un menú premium en casa o en su lugar de vacaciones, preparado por un chef profesiona­l y que se define con el cliente. “Es un servicio personaliz­ado”, recalca Juan Carlos.

Kajual ofrece un template que contiene ofertas de desayuno, brunch, almuerzo y cena con diferentes tipos de cocina, tanto local como internacio­nal.

También se brinda servicio para actividade­s como reuniones familiares o de amistades de grupos pequeños, pícnics, una cena o un almuerzo, comidas después de un taller de yoga, cumpleaños, aniversari­os, primera comunión, bodas y eventos empresaria­les, según las necesidade­s.

Dependiend­o de la actividad se apoyan en chefs especializ­ados, saloneros y bartenders, a los que contratan gracias a servicios de empresas o emprendimi­entos que hallaron en redes sociales y con los que establecie­ron alianzas.

 ?? ALONSO TENORIO ?? Los chefs Allan Hernández y Juan Carlos Estrada son los fundadores y socios de Kajual, proyecto en el que trabajan desde hace unos dos años. Ambos tienen amplia experienci­a en cocinas dentro y fuera del país.
ALONSO TENORIO Los chefs Allan Hernández y Juan Carlos Estrada son los fundadores y socios de Kajual, proyecto en el que trabajan desde hace unos dos años. Ambos tienen amplia experienci­a en cocinas dentro y fuera del país.

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