Colocación de crédito en cooperativas
La línea de créditos de consumo acaparó el 69% de la cartera crediticia de las cooperativas de ahorro y crédito en Costa Rica, a diciembre de 2022.
En este momento de tasas altas, los ahorrantes se mantienen alerta y en busca de los mejores rendimientos antes de que se inicie la tendencia a la baja.
Eso incluye tocar la puerta de las entidades para conocer los niveles que tienen en instrumentos como los certificados de depósito a plazo (CDP).
En Costa Rica, las personas pueden acudir a cooperativas y a bancos, entre otras entidades, para depositar sus ahorros a plazo. Es relevante que quienes vayan con esta misión conozcan las diferencias entre estas instituciones del sistema financiero nacional.
Un total de 21 cooperativas de ahorro y crédito son supervisadas en el país por la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef). Entre ellas se encuentran CoopeAnde, Coopenae, Coopealianza, Coopecaja, CS Ahorro y Crédito, Coopemep y Coocique.
Los asociados de las cooperativas no solo son aportantes mensuales del capital social para acceder a los productos, servicios y beneficios sociales que ofrecen, sino que también son los dueños.
Además, los asociados de las cooperativas reciben todos los años los excedentes (saldos a favor que arroja la liquidación del ejercicio económico y que no pagan impuesto sobre la renta) producto del resultado de la operación de la entidad.
En tanto, el sistema bancario se compone de dos bancos estatales, el Nacional y el de Costa Rica; uno creado por ley especial, el Banco Popular y de Desarrollo Comunal, así como 11 entidades privadas, entre ellas BAC Credomatic, Scotiabank, Davivienda, Promerica, Prival, Cathay e Improsa.
En los bancos, las personas pueden acceder a productos como cuentas y ahorros, CDP, tarjetas y créditos con solo ser clientes de la entidad (mas no aportantes), y cumplir requisitos definidos por las entidades.
Los dueños de las entidades bancarias son los accionistas, quienes cada año reciben un porcentaje de las utilidades obtenidas, si las hubo. Cuando se presentan las pérdidas, son estas personas las que deben enfrentarlas.
Aunque las cooperativas de ahorro y crédito, y los bancos tienen factores comunes, también hay diferencias en cuanto a variables como la mencionada constitución jurídica, la composición de la cartera de crédito y las tasas de interés.
Esas diferencias hacen que el riesgo de invertir en una entidad u otra sea distinto.
Cartera de crédito
En el 2022, la cartera de crédito de las cooperativas estuvo liderada por la línea de consumo (para adquirir bienes o servicios), mientras que en los bancos destacaron los créditos de construcción, compra y reparación de inmuebles, seguidos muy de cerca por las líneas de consumo y las de servicios.
A diciembre pasado, las cooperativas de ahorro y crédito supervisadas por Sugef colocaron ¢1,9 billones en créditos de consumo, lo que equivale a un 69% del total de los préstamos otorgados por las 21 cooperativas a esa fecha.
Los bancos, por su parte, prestaron un total de ¢5,7 billones para construcción, compra y reparación de inmuebles; ¢4,04 billones para consumo, y ¢3,37 billones para créditos de servicios.
Estas tres líneas de crédito representaron un 70% del total de la cartera crediticia de los bancos en el 2022.
Tasas de interés
En el caso de las activas, desde julio del 2022 y hasta marzo de este 2023, las cooperativas ofrecieron para sus créditos tasas de interés más altas que los bancos públicos y más bajas que los privados, según el promedio ponderado mensual de la tasa activa negociada (TAN) en colones.
En el promedio ponderado mensual de esta tasa, disponible en el sitio web del Banco Central de Costa Rica (BCCR),