Evite los cinco errores más comunes de las pymes cuando buscan préstamos
Confundir necesidades financieras con comerciales, entre otros
Atoda pyme en búsqueda de crecimiento eventualmente llega a la encrucijada de tomar un crédito o no.
El préstamo empresarial, aunque pueda causar nervios en negocios pequeños, puede ser el empujón para que la empresa dé ese brinco que necesita.
Dado esto, no debe ser una decisión que se tome a la ligera. El Financiero conversó con tres asesores empresariales para conocer cuáles son algunos de los errores en los que más caen las pymes que buscan financiamiento y cómo evitarlos.
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Para Josué Rodríguez, director de Sirú Financiero, el problema número uno que ha observado en las pymes a la hora de pedir un préstamo es confundir un problema comercial con un problema financiero.
El financiamiento empresarial debe tener un objetivo de crecimiento, es decir, utilizar los recursos para que el negocio se expanda, no para que
Confundir necesidades financieras con comerciales
subsista.
“Si lo que quiero es pedir plata para que mi negocio opere porque no me alcanzan las ventas, ese no es el camino correcto, el camino correcto sería mejorar las competencias comerciales (antes de pedir un préstamo)”, dice Rodríguez. 2Desconocer 2
Por más que suene atractiva la idea de un crédito sabor a vainilla que calce para todas las necesidades financieras de la empresa, la realidad es muy diferente.
Por eso Diego Benítez, director de la consultora Empoderate, recomienda conocer cuáles son los instrumentos que ofrece el mercado y cuáles necesidades suple cada uno. Poco tiene que ver una tarjeta de crédito con una hipoteca, por ejemplo.
“Hay que conocer cuáles productos financieros ofrece el mercado, uno tiene que hacer esa tarea sí o sí”, dice Benítez.
En esa misma línea, Rodríguez insta a las pymes a calzar el plazo de los créditos con el plazo de sus objetivos. Es decir, para necesidades de corto
Desconocer las herramientas de financiamiento
plazo, utilizar instrumentos de corto plazo y para necesidades largoplacistas, instrumentos más longevos.
De lo contrario, puede que tenga que amortizar un préstamo al cual todavía no le ha sacado el rédito o pagar más años de intereses por una inversión que ya dejó de generar recursos.
Una maquinaria, de, por ejemplo, $20.000 dólares, dice Rodríguez, debería calzarse con un crédito que se extienda durante el periodo de vida de la herramienta, mientras que inversiones relacionadas a insumos diarios pueden realizarse con instrumentos a corto plazo. 3
Subestimar o sobrestimar la cantidad de dinero que necesita pedir prestado la empresa suena como un consejo evidente, sin embargo, en la práctica puede ser un poco más complejo de lo que parece.
En un crédito de vivienda, por poner un caso, es más sencillo definir cuánto es el monto a solicitar: la casa tiene un determinado precio fijo que dicta el tamaño de la operación.
Avanzar sin un plan de inversión
Cuando se trata de un préstamo empresarial para, por ejemplo, una expansión, la situación cambia y pueden aparecer gastos ocultos.
“Hay que saber cuánto es lo que voy a pedir y tenerlo bien desglosado por partes”, dice Rodríguez, quien recomienda agrupar esas necesidades, unidad por unidad, en un plan de inversión que detalle el precio y qué fuente de financiamiento tendrá cada una.
Si bien hay que tener una idea clara de cuánto es lo que se necesita, es mejor precisar a la entidad financiera cuáles son los objetivos que pretende alcanzar la empresa, explicó Martín Quirós, socio de Consultores Quirós.
Añadió que esta forma de solicitud puede ser mejor que pedir un monto específico, pues los asesores pueden ayudar a encontrar los productos que mejor calcen con las necesidades y el monto a pedir.
Además, Rodríguez agrega que se deberían cotizar al menos tres fuentes de financiamiento y a cada una pedirles la tasa, el plazo, comisiones y gastos administrativos y si se requiere garantía o no.