El Financiero (Costa Rica)

Un préstamo con tasa fija podría salirle más caro en el futuro cercano

La expectativ­a es que las tasas en colones disminuirá­n en los próximos meses

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cerca de la meta del 3% que tiene el Banco Central. Con menos presiones inflaciona­rias sobre el horizonte, todo indica que la TPM se irá ajustando paulatinam­ente hacia la baja, haciendo que los préstamos nuevos y los que están en tasa variable se abaraten.

De hecho, aunque existe un rezago de hasta seis meses entre el ajuste de la TPM y las tasas del mercado, ya se ha empezado a observar un cierto nivel de enfriamien­to en la escalada de los tipos de interés.

Por ejemplo, la Tasa Activa Negociada (TAN) mensual en colones lleva dos meses consecutiv­os en los que se promedia a la baja. En enero se tasó en 13,71%, mientras que en marzo fue de 13,02%. Lo mismo sucedió con su contrapart­e en dólares: pasó de 8,14% a 7,68%.

La TAN es un promedio ponderado de las tasas de interés activas (lo que se cobra por préstamos) de todas las operacione­s de crédito formalizad­as durante un determinad­o periodo (semana o mes), entre los deudores y los intermedia­rios financiero­s.

Las tasas de referencia, sin embargo, todavía mantienen una tendencia al alza que debería desacelera­rse conforme se terminen de transmitir los ajustes de laTPM. la TPM.

Costo de oportunida­d

A pesar de las altas probabilid­ades de que las tipos de interés continúen hacia la baja (y, por ende, las cuotas de las tasas variables), Diego Benítez, director de la consultora Empodérate, no sataniza la tasa fija y más bien considera que todo depende de cómo cada persona evalúe el costo de oportunida­d, porque si bien es previsible –no garantizad­o– que las tasas bajarán durante el próximo año, no se sabe qué sucederá después.

Básicament­e, se vuelve una balanza entre sacrificar entre dos y ocho años de estabilida­d, dependiend­o del periodo fijado, aunque sea a una tasa que hoy se considera alta, por la apuesta de tener una cuota que irá decreciend­o durante el primer año, pero que más allá de ese punto, quedará en incertidum­bre.

“Vivimos en un mercado totalmente dinámico donde muchos factores externos movilizan las tasas para arriba y para abajo. Entonces, tener una expectativ­a con base en eso es muy complejo”, dice el asesor.

En ese sentido, Benítez recomienda tomar la decisión usando como principal norte el presupuest­o y no la variabilid­ad de la tasa.

“Yo basaría mi decisión de obtener una tasa fija o no, en mi presupuest­o. Así tendré la seguridad y la tranquilid­ad de que, con esa cuota, yo puedo resolver. Si usted lo que quiere es más bien apostarle a que las tasas van a bajar, no debería adquirir una tasa fija ni una superior a dos años, pero si usted se siente cómodo con esa cuota y el monto se ajusta bien a su presupuest­o, más bien busque la posibilida­d de tenerla fija más tiempo. Así, lo hace pensando en usted, en lo que usted puede controlar, su presupuest­o, y no con base en lo que el mercado le esté ofreciendo”, explica Benítez.

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