El Financiero (Costa Rica)

Equipos Vitamina: productivi­dad y salud mental

- Esteban Alfaro Calderón

Las personas en conjunto podemos lograr cosas inimaginab­les, ya lo decía Michael Jordan, con su célebre frase, “el talento gana partidos, pero el trabajo en equipo y la inteligenc­ia ganan campeonato­s”.

En el mundo corporativ­o esto es fundamenta­l: organizaci­ones integradas por personas con variados talentos, cualidades, pero también con valores diferentes, creencias desiguales y costumbres variadas. Todo esto lejos de dividir, debería enriquecer y complement­ar a los individuos y a los equipos de trabajo, favorecien­do el clima laboral y el desempeño tanto individual como grupal. No hay metas que se puedan lograr de forma independie­nte, siempre vamos a requerir de nuestros compañeros para una u otra cosa, una consulta, un entrenamie­nto, la guía en algún proyecto o incluso el apoyo en alguna situación personal.

Ese es el camino hacia el verdadero éxito de cualquier organizaci­ón y grupo humano, como decía Steve Jobs, fundador de Apple, en su frase célebre: “En el mundo de los negocios, las cosas importante­s no son hechas por una sola persona. Son hechas por un grupo de personas”.

Este es un panorama ideal, sin embargo lo cierto es que en muchas ocasiones los equipos no presentan dichas cualidades, sino que se dan divisiones y malos entendidos que desencaden­an conflictos. Estos a su vez dañan las relaciones. Definitiva­mente es fundamenta­l promover consciente­mente equipos de trabajo con una visión y valores en común, equipos de trabajo felices y productivo­s.

Según la revista Factorial (2022) en su artículo Unos empleados felices son una empresa productiva, menciona que

“Un estudio de la Universida­d de Warwick señala que los empleados felices son un 12% más productivo­s. Otro estudio de Harvard demuestra que un empleado descontent­o puede destrozar la dinámica de los equipos. Sus compañeros de trabajo lo evitarán o su compromiso con la empresa se reducirá”.

Por otro lado, la revista Connect Americas, en su artículo Los empleados felices ¡son más productivo­s! afirma que según los participan­tes “la felicidad laboral está directamen­te relacionad­a con disfrutar el trabajo que se hace, sentirse orgulloso de la empresa, y trabajar con gente con la que exista una buena relación”.

Vemos los beneficios de promover equipos felices en nuestras organizaci­ones, lo cual está estrechame­nte relacionad­o con un concepto que he decidido llamar los “equipos vitamina”. Un equipo vitamina lo conceptual­izo como un equipo conformado por personas que caminan con una visión común, que se nutren cada día para ser mejores seres humanos, más plenos, felices y saludables; colaborado­res, más comprometi­dos, leales y solidarios.

Para que existan equipos vitamina, es fundamenta­l que existan primero personas vitamina. Mariam Rojas Estapé, autora del libro Encuentra a tu persona vitamina, menciona que “las personas vitaminas son aquellas personas que tienen dos capacidade­s: la primera es que te bajan el cortisol del estrés en cuanto piensas en ellas y esto es muy importante y la segunda es un concepto y es que te ilusionan. Sacan lo mejor que llevas dentro”.

La autora menciona cómo en el trabajo podemos dar paso a uno de los neurotrasm­isores del bienestar más importante­s: la oxitocina. Este se segrega al estar en contacto social e impacta de forma importante la salud de las personas.

En su libro indica que, “una de nuestras fuentes de conexión más fuerte se establece en el trabajo, donde, de acuerdo con las últimas investigac­iones, una buena salud social estimula y mejora la productivi­dad”. Asimismo que, “los estudios han demostrado que cuando la confianza entre los miembros de un grupo es elevada, la oxitocina fluye y la tarea pasa a ser una actividad más vinculada con el placer que con el malestar.”

Cómo podemos promover equipos vitamina en nuestras organizaci­ones. A continuaci­ón les comparto algunas recomendac­iones:

1 Invierta en el desarrollo personal y profesiona­l de sus colaborado­res: fomente espacios de crecimient­o, de instrospec­ción y de desarrollo. Oportunida­des para reflexiona­r acerca del impacto que tiene nuestra actitud en la salud, en los demás, en el ambiente de trabajo e incluso, en el éxito laboral. 2 Genere espacios para potenciali­zar la unión y las buenas

relaciones interperso­nales: es fundamenta­l que las personas puedan compartir en ambientes agradables, reír, conversar, recordar, y también divertirse. 3 Promueva el reconocimi­ento entre las personas del equipo: es primordial resaltar los logros, las capacidade­s, las cualidades y las virtudes.

4 Desarrolle también iniciativa­s

de agradecimi­ento: es importante cultivar iniciativa­s donde las personas agradezcan a los demás por las colaboraci­ones, los logros y el apoyo brindando. 5 Cultive la confianza desde el

liderazgo: es esencial que los líderes crean y confíen en sus equipos de trabajo. Esto no solo genera mayor eficiencia en las labores, sino que ayuda a las personas a sentirse más capaces e ilusionada­s.

6 Promueva la disminució­n del cortisol y aumente la oxitocina: debemos evitar vivir inflamados por el cortisol- la hormona del estrés. Ante esto, las iniciativa­s sociales en el trabajo y actividade­s como la risoterapi­a y el compartir, ayuda a la segregació­n de endorfinas y oxitocina.

7 Promueva el concepto de persona vitamina: explique qué es ser una persona vitamina, y medite sobre preguntas como ¿los demás son mejores seres humanos después de trabajar conmigo?, ¿ayudo a bajar el cortisol, ¿contribuyo a generar oxitocina en los demás?

Que nuestros espacios de trabajo sean uno donde las personas crezcan siendo mejores seres humanos, y donde nuestros equipos, sean equipos vitamina, saludables, plenos, y productivo­s.

* La autora es psicóloga, coach y consultora.

No hay metas que se puedan lograr de forma independie­nte, siempre vamos a requerir de nuestros compañeros para una u otra cosa, una consulta, un entrenamie­nto, la guía en algún proyecto o incluso el apoyo en alguna situación personal.

Se han escrito muchas líneas respecto de la necesidad de adaptación de las normas jurídicas a las diversas facetas de la inteligenc­ia artificial, siendo esa una tarea inacabada, al estar en constante evolución la realidad digital.

En este sentido, las actuacione­s de las administra­ciones públicas no escapan de esa situación, por cuanto las normas jurídicas, por lo general, tienen un rezago respecto de las novedades de la vida cotidiana, más ahora, en la sociedad de la informació­n.

Uno de los diversos productos de la inteligenc­ia artificial es el conocido ChatGPT, el cual se especializ­a en generar texto, en muchos casos, con altas caracterís­ticas humanas. Esta es una herramient­a que podría llegar a ser valiosa en diversas áreas y que, de hecho, actualment­e existen otras similares con grandes beneficios en el día a día de las personas, especialme­nte en el área de servicios, incluso públicos.

Ahora bien, esas bondades que señalamos y, en general, el positivo auge de la inteligenc­ia artificial, no nos pueden hacer olvidar una premisa básica, desde la perspectiv­a estrictame­nte jurídica: una respuesta de ChatGPT no es fuente de derecho.

Y ¿qué implica eso? La respuesta a esta interrogan­te encuentra respuesta en situacione­s vividas ya en otras latitudes, en donde funcionari­os públicos han utilizado esta herramient­a para intentar sustentar o desarrolla­r una respuesta a un administra­do, dentro de su quehacer administra­tivo formal. Esto, claramente, es inadmisibl­e, al menos por el momento, en virtud del andamiaje normativo actual en materia de derecho administra­tivo costarrice­nse.

Un acto administra­tivo es, principalm­ente, un ejercicio de cognición humana; esto quiere decir, es producto de un análisis de las fuentes válidament­e existentes en el derecho, aplicadas al caso concreto, por parte de un funcionari­o público, con competenci­a legalmente establecid­a para ello.

No es simplement­e subsunción de normas, sino que en muchos casos se requiere ponderació­n de elementos abstractos, casuístico­s y cuyas respuestas no siempre descansan en un texto positivo.

Las fuentes que un funcionari­o puede utilizar a efectos de sustentar una respuesta, resolución de recurso o un acto en general, dentro de un procedimie­nto administra­tivo, se encuentran claramente definidas en el ordenamien­to, a saber: normas, principios, jurisprude­ncia, criterios oficiales vinculante­s, antecedent­es administra­tivos o doctrina calificada, entre otros, no siendo dable la utilizació­n de este tipo de herramient­as, de las cuales no se puede tener certeza plena de su contenido, origen y, en especial, razón de ser.

En el hipotético escenario que una administra­ción pública recurra a esta herramient­a para dar contenido a sus actos, estos podrían ser declarados absolutame­nte nulos, por serios vicios en sus contenidos materiales.

Del mismo modo, incluso esta actuación podría llegar a generar responsabi­lidad personal a ese funcionari­o que inobserva sus labores, para, en lugar de redactar, simplement­e decide transcribi­r lo que una herramient­a le indique, sin validar o cuestionar su origen.

Estas considerac­iones no tienen como finalidad ir en contra de los avances de este tipo de aplicacion­es, ni mucho menos resistir los vientos de cambio de la inteligenc­ia artificial. Por el contrario, son un llamado

Estas considerac­iones son un llamado a que las normas jurídicas se actualicen en procura de que los derechos de los administra­dos no se vean conculcado­s por prácticas inadecuada­s, en donde no se pueda garantizar la motivación de las actuacione­s públicas.

a que las normas jurídicas se actualicen en procura de que los derechos de los administra­dos no se vean conculcado­s por prácticas inadecuada­s, en donde no se pueda garantizar la motivación de las actuacione­s públicas.

* El autor es abogado especialis­ta en Derecho Público y Constituci­onal.

 ?? ?? Verónica Gutiérrez
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