Fondos y rendimientos del ROP mejoran y dejan atrás uno de sus peores años
Los activos y las rentabilidades reales volvieron a terreno positivo
Luis Cardoce Oconitrillo
La parte más aguda de la tormenta que azotó los fondos del Régimen Obligatorio de Pensión Complementaria (ROP), parece ya haber quedado atrás. Por lo menos eso muestran las estadísticas disponibles en el sitio web de la Superintendencia de Pensiones (Supén).
En materia de activos, después de siete meses en los que hubo contracciones interanuales en las valoraciones de estos, ya el ROP retomó una senda de crecimiento. A agosto del 2023, los activos totales de este fondo valían un 10% más que para ese mismo mes del año anterior.
Con los rendimientos sucede algo similar. Si bien el objetivo del ROP está siempre a largo plazo y, por ende, sus rentabilidades deberían analizarse primordialmente bajo ese mismo horizonte, las cifras anuales pueden usarse como una especie de termómetro para medir cómo se están comportando en un momento determinado y a corto plazo los mercados en los que invierten las Operadoras de Pensión Complementaria (OPC), las entidades que administran los recursos.
Durante el 2022, esas rentabilidades anuales reales —una vez se le descuenta la inflación— llegaron a caer hasta en un 18%, dependiendo de la OPC. Sin embargo, para agosto anterior, este indicador ya se encontraba en terreno positivo en las seis operadoras del país, alcanzando hasta un 8%.
Esa mejoría obedece a una recuperación de los mercados locales e internacionales, donde invierten las OPC los fondos de sus afiliados. El repunte se da en un contexto donde la inflación, si bien sigue por encima de la meta en algunos países, muestra signos de cambio, especialmente en Costa Rica. Dado esto, el temor de que sigan subiendo las tasas de interés se ha reducido y los mercados se muestran más optimistas.
Tanto las OPC como las autoridades de la Supén manifestaron en múltiples ocasiones del 2022 que la tormenta que estaba afectando los rendimientos del ROP era de naturaleza temporal.
El fuerte incremento en inflación y tasas de interés del 2022 impactaron directamente en la cotización de los activos del ROP, los cuales deben valorarse a precios de mercado todos los días. Estos impactos provocaron minusvalías contables, las cuales existen en el papel y solo se convierten en pérdidas reales cuando esas inversiones se liquidan.
El ROP, al ser un ahorro que está planeado en el largo plazo, tiene la capacidad de resistir esas minusvalías temporales, explicó Róger Porras, gerente de Popular Pensiones, en un evento organizado por esta OPC, el pasado 20 de setiembre titulado “El ROP después de la tormenta”.
“Cuando usted tiene una inversión de largo plazo (como en el ROP), usted puede soportar de mejor manera las crisis que se puedan presentar durante ese tiempo. Es decir, en un horizonte de 20 años habrá varias crisis financieras porque los mercados no se comportan de manera estática, las volatilidades siempre van a pasar”, mencionó el gerente.
Esta no es la primera crisis que impacta a estos fondos, lo mismo sucedió en el 2008 y el 2012 y en ambas ocasiones los rendimientos se recuperaron.
Actualmente, según Porras, las OPC buscan un rendimiento histórico de alrededor del 5% real. De momento, las seis operadoras rondan ese dígito. El jerarca también apuntó que cerca de un 70% del dinero del ROP que llegará a los pensionados estará compuesto por rendimientos.
Secuelas
Si bien se esperaba que la afectación fuera temporal, hay un grupo de afiliados que les afectó en mayor medida. El primero de este grupo fueron los pensionados que tomaron la modalidad de retiro acelerado que permiten los transitorios XIX y XX de la Ley de Protección al Trabajador.
En estas modalidades el pensionado retira grandes porciones de su fondo, lo cual causa que se materialicen pérdidas sin posibilidad de recuperarlas a futuro.
Los pensionados bajo la modalidad de renta permanente también vieron un nivel de afectación debido a que esta modalidad usa los rendimientos de corto plazo para calcular la cuota que recibirá el afiliado.
En el 2022, la Supén ajustó la fórmula de cálculo a los últimos 36 meses de rendimiento en lugar de los últimos 12, con el fin de que los golpes temporales de la crisis tuvieran una menor afectación en los afiliados. Esta modalidad es la más popular entre los jubilados; a noviembre del año anterior un 55% la había elegido.
Quienes se cambiaron de operadora, en el momento de la crisis, también materializaron pérdidas. Según datos de Supén, 211.287 personas se trasladaron de OPC en 2022.
A nivel general, la senda de crecimiento en los activos del ROP fue interrumpida por varios meses, aletargando el crecimiento de estos. Sin embargo, es difícil cuantificar esa afectación ya que no se sabe cuánto hubieran crecido los fondos de no existir la crisis.
Lo que sí se sabe es que las tasas de crecimiento que tuvo el ROP durante el 2021 fueron extraordinarias y no era realista pensar que se mantendrían por un periodo extenso. “Los rendimientos tan altos no son tan comunes”, aseveró Porras.
El jerarca considera que es normal que los fondos todavía experimenten algunas volatilidades en lo que queda del 2023. En su criterio, pese a que ha habido una mejoría inflacionaria, las tasas de interés siguen relativamente altas y no se espera que potencias como EE. UU. las bajen todavía. Esto hace que todavía persistan los riesgos.