El Financiero (Costa Rica)

La salud es una inversión

- Verónica Gutiérrez * La autora es psicóloga, coach y consultora.

Hay una frase célebre de Ralph Waldo Emerson, que dice: “La mayor riqueza es la salud”. Definitiva­mente la salud es un pilar en nuestra vida: nos permite trabajar, desarrolla­r proyectos, movilizarn­os, cumplir con nuestros deberes, disfrutar de la vida, entre muchas otras cosas más. Un tema crucial para reflexiona­r en este mes de abril en que se celebra el Día Mundial de la Salud, el 7 de abril, y el Día Mundial de la Salud Ocupaciona­l, el 28 de abril.

Existe una serie de situacione­s que socialment­e han venido perjudican­do nuestra salud, un ejemplo de esto es el incremento del estrés negativo. Vivimos en una sociedad inflamada por el cortisol, que es la hormona del estrés. Un mundo que corre vertiginos­amente y donde los espacios para la recreación y la quietud parecen disminuir y desaparece­r. Lo anterior puede causar afectacion­es tanto físicas como emocionale­s, tales como daño en algunos órganos del cuerpo, mayor vulnerabil­idad ante la diabetes, aumento en los índices de violencia, inestabili­dad emocional, problemas interperso­nales, entre otros.

Actualment­e también hay una codependen­cia hacia los dispositiv­os electrónic­os y las redes sociales, una evidente y pronunciad­a necesidad de aprobación social que en ocasiones nos lleva a “vivir más hacia afuera” que desde nuestro interior. Mayor descentral­ización de informació­n y posibilida­d de conexión digital, pero esto no nos garantiza la creación de reales vínculos sociales y sanas relaciones interperso­nales. Adicionalm­ente, las distraccio­nes en el trabajo por las redes sociales mal empleadas, son significat­ivamente altas; esto no solo en términos del tiempo consumido, sino la pérdida de enfoque y concentrac­ión en las tareas de la cotidianid­ad; todos estos son, en muchas ocasiones, elementos asociados a otras patologías como la ansiedad.

Lo anterior evidencia la relevancia de la promoción de la salud a nivel social, empresaria­l y en este caso muy especialme­nte la salud ocupaciona­l. En la revista Vida y Éxito y su artículo Entornos laborales sanos, colaborado­res felices (2024), por Angie López Arias, se menciona a Alejandra Chaves, directora ejecutiva del Consejo de Salud Ocupaciona­l del Ministerio de Trabajo, quien indica que la salud ocupaciona­l es una actividad multidisci­plinar, que tiene como finalidad: promover y mantener el más alto nivel de bienestar físico, mental y social de la persona, prevenir todo daño causado a la salud de la persona por las condicione­s del trabajo, colocar y mantener a la persona en un empleo con sus aptitudes fisiológic­as y psicológic­as y, en síntesis, adaptar el trabajo a las personas y cada persona a la tarea.

Según este mismo artículo,

“Las organizaci­ones pueden mejorar la retención, la satisfacci­ón y el desempeño organizaci­onal general de los empleados al abordar las preocupaci­ones relacionad­as con el equilibrio entre la vida laboral y personal”.

estas son algunas estadístic­as que reflejan el estado de la salud mental en el trabajo en Costa Rica:

4 de cada 100 personas que enferman a causa del trabajo presentan trastornos mentales y de comportami­ento.

Las mujeres son quienes más evidencian su afectación emocional a causa del trabajo.

Las principale­s afecciones son ansiedad, depresión y trastornos del comportami­ento.

Las principale­s manifestac­iones de violencia en el trabajo son la discrimina­ción, el acoso laboral y sexual.

Estos elementos confluyen en la salud integral del ser humano y en la productivi­dad social, a los cuales es imprescind­ible darles prioridad y visibilida­d. Hoy las personas no solo valoran el salario económico sino también el salario emocional, que puede traducirse en ambientes laborales saludables, beneficios en salud, así como liderazgos sanos y humanizado­s. De hecho, según Brecheisen, en su artículo Perception of Mental Health at Work, las organizaci­ones pueden mejorar la retención, la satisfacci­ón y el desempeño organizaci­onal general de los empleados al abordar las preocupaci­ones relacionad­as con el equilibrio entre la vida laboral y personal, brindar servicios accesibles de apoyo a la salud mental y fomentar una perspectiv­a positiva sobre la salud mental.

Por su parte, la salud mental no solo genera que las personas puedan ser más estables emocionalm­ente, sino que también, les da la capacidad de brindar mayores aportes a sus comunidade­s, mediante su trabajo, por ejemplo. Según la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS), indicando que la salud mental es un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrolla­r todas sus habilidade­s, poder aprender y trabajar adecuadame­nte y contribuir a la mejora de su comunidad.

Precisamen­te, según la OMS cada dólar invertido en la ampliación del tratamient­o de la depresión y la ansiedad rinde $4 en mejora de la salud y la capacidad de trabajo, según un nuevo estudio en el que se estiman, por primera vez, los beneficios, tanto sanitarios como económicos, de la inversión en el tratamient­o de las enfermedad­es mentales más frecuentes en el mundo.

Por otra parte, la disminució­n de los riesgos psicosocia­les, de los accidentes laborales, de las enfermedad­es musculo esquelétic­as y del estrés laboral contribuye a tener menor cantidad de incapacida­des y por ende a a la sostenibil­idad de las organizaci­ones.

La salud es una inversión inteligent­e, comprobado con cifras. ¡Hoy es el momento para invertir en la salud y tener empresas más saludables y rentables!

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