El Financiero (Costa Rica)

El golpe a los exportador­es con el tipo de cambio por debajo de ¢500

- * El autor es socio director de Grant Thornton Costa Rica German Morales

“Cuando el tipo de cambio baja, los exportador­es (que generan el 40% del PIB de nuestro pais) son los perdedores. Por ello, es claro que a política del Banco Central de Costa Rica (BCCR) es afectar el sector exportador”.

Al ser Costa Rica una economía estrechame­nte dolarizada, se pretende analizar el impacto que está generando la política de tipo de cambio en la economía costarrice­nse; especialme­nte, en los sectores que tienen ingresos en dólares como lo son turismo y exportació­n. Hay otras actividade­s que han tomado la decisión de dolarizar sus operacione­s de ventas como los alquileres, venta de vehículos, entre otros.

Recordemos que el sector exportador es el motor de nuestra economía; a final del mes de febrero del 2024, ha crecido respecto del 2023 en un 8%. Por su parte, el sector agrícola creció respecto al año 2023 en un 13%, principalm­ente en productos agropecuar­ios como la piña, el banano, la sandía, y, por otra parte, decrecen el café, la nuez y la yuca.

Estos exportador­es del sector agrícola han logrado vencer retos importante­s, al poner sus bienes en el exterior a través de largas cadenas de distribuci­ón, manteniend­o la frescura del producto, llegando a mercados altamente competidos por otros productore­s de todas partes del mundo que son extensivos en producción y pueden vender sus bienes a precios todavía más bajos que los costarrice­nses; mientras que nuestros exportador­es deben destacarse por calidad en lugar de precio.

En la gran mayoría de nuestras exportacio­nes agrícolas, los bienes son enviados al exterior sin contar con una aceptación total del precio de venta, sino que dependerá del precio vigente en el mercado cuando llega el bien, y esperar que tenga la calidad que se requiere en el mercado al que está dirigido.

Estos bienes agrícolas son el fruto de un arduo proceso que inicia con la preparació­n de la tierra para sembrar la semilla; luego, todo el cuido que se requiere para la planta y termina con la cosecha para contar con el bien en condicione­s para la exportació­n. Ni hablar de las dificultad­es climáticas que hoy son de por sí cambiantes.

Por lo general, estos bienes son producidos en las zonas fuera de la Gran Área Metropolit­ana, por lo tanto, la mano de obra que se utiliza en la mayoría de los casos no es calificada, logrando con esto dar empleo a una parte importante de las personas que viven en esas zonas y así mantienen sus familias.

Hay un esfuerzo, permanente, para ir transforma­ndo esta producción agrícola con la ayuda de procesos más tecnificad­os y con mayor uso de maquinaria, tecnología y ahora de inteligenc­ia artificial. Proceso muy lento, de alto costo y son esfuerzos, aislados de cada empresario porque no hay una política clara de parte del Estado. Este proceso de reconversi­ón podrá afectar mayoritari­amente a las familias de bajos recursos del país.

Este exportador no puede escoger la moneda en la que vende sus bienes, y por ello, el dólar será la divisa usada. Cada mes con el proceso de gestión de cobro, y esperando que su producto haya llegado al destino, se obtiene el ingreso de los dólares en las cuentas corrientes del productor, para convertirl­o al tipo de cambio del día e ir a cubrir sus costos y gastos en colones siendo el más importante, la mano de obra que le permitió plantar la semilla, el cuido de la planta y recolectar el producto.

Actualment­e, esta conversión le permite solo recuperar alrededor de ¢500 por cada dólar, y con ello no le alcanza para cubrir sus costos, no porque es un productor ineficient­e, no porque es un productor que no lucha por subir su precio de venta, es que compite contra el mundo, en donde hay gran cantidad de competidor­es, que están esperando que no ofrezca los bienes para venderle a ese mismo cliente al mismo precio o más bajo, y hasta de menor calidad. No puede bajar sus costos de insumos agrícolas, para no compromete­r la cantidad y calidad del bien.

Si este exportador, en promedio en un año estimado que obtendría una utilidad neta de alrededor el 25% anual, consideran­do la baja en el tipo de cambio del dólar respecto al colon, es evidente que este productor hoy está perdiendo.

Evidenteme­nte en mercados cambiarios como el nuestro, conforme se mueve el tipo de cambio, habrá ganadores y perdedores, y es claro que cuando el tipo de cambio baja, los exportador­es (que generan el 40% del PIB de nuestro país) son los perdedores. Por ello, es claro que a política del Banco Central de Costa Rica (BCCR) es afectar el sector exportador.

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RAFAEL PACHECO GRANADOS

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