“El discurso de que no se necesitaban proyectos fue un error conceptual”
Explicó por qué habrá racionamientos en el país
Desde el escritorio de su oficina, Roberto Quirós, gerente de Electricidad del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), monitorea las nubes que se acumulan al norte del Valle Central y su movimiento, lo que le ayuda a presagiar, casi como un pasatiempo, dónde habrá lluvias. Lluvias que son más que nunca necesarias, pues la entidad anunció que el racionamiento del fluido eléctrico empezará el 13 de mayo en todo el país.
Ante ese panorama, Quirós pide a la población actuar con prudencia en el consumo de electricidad. “La eficiencia energética es lo que nos puede salvar en este momento”, sentenció. En entrevista con EF, el funcionario descargó responsabilidad en la administración anterior y explicó a qué se debe la crítica situación que compromete el suministro de electricidad a los hogares, principalmente.
–El ICE ha insistido en que decisiones del pasado hicieron que el país llegara a este punto, ¿a qué decisiones se refieren y quiénes las tomaron?
–En 2020 hubo un discurso muy fuerte de que el país estaba sobreinstalado, de que no se necesitaban proyectos nuevos de generación ni los generadores privados. Eso fue un error conceptual porque la planificación del sistema eléctrico es de largo plazo, no es de un año para otro. Cuando se detienen todos los proyectos y no hay una cartera para empezar a desarrollarse, en caso de que se ocupen, esos proyectos no entran a operar de un mes a otro. Un proyecto hidroeléctrico dura 10 años construyéndose y el último proyecto hidroeléctrico del país fue el Reventazón, hace ocho años. Cuando el Ministerio de Ambiente y Energía emitió la directriz de que todas las empresas distribuidoras y cooperativas debían dejar de hacer proyectos, condenó a que el país no pueda tener un crecimiento de la demanda. Se discute mucho el tema del cambio climático y se nos olvidó que así como estábamos con La Niña, iba a venir El Niño e íbamos a tener sequía. Y eso fue finalmente lo que pasó.
–¿Archivar Diquís fue un error? –Sí, claro.
–¿Y quién tomó esa decisión? –Irene Cañas. Fue una conferencia de prensa donde se dijo que Diquís no se necesitaba. Y el ICE tuvo que pasar ciento y pico millones de dólares por pérdida. Si ustedes ven los informes completos de planificación de la institución en la lista de proyectos no sale Diquís, pero en el informe siempre se dice que es un proyecto candidato cuando la demanda suba.
–¿El otro gran error fue haber omitido los efectos del fenómeno de El Niño?
–Sí, porque La Niña iba a acabar. Es un tema cíclico. Si la administración anterior fue tan vehemente con el tema del cambio climático, había que entender que, así como estábamos con La Niña, El Niño iba a llegar e iba a ser el más duro de la historia. Y que La Niña que viene es sumamente fuerte. Vienen muchísimas lluvias.
–¿Y eso se tuvo que haber hecho en qué momento?
–En la administración anterior. Pero además le dijimos al sector privado que desconectara todos los proyectos: contrato que se vencía, contrato que no renovaba. Y quedaron las plantas desconectadas. Y tuvo que ser esta administración, desde la presidencia de la República, la que emitiera un decreto para poder anexarle una posibilidad más a la ley 7.200 y 7.508, para poder recontratar proyectos de privados que estaban sin contrato.
–¿Cuando se tomaron esas decisiones hubo oposición de parte de los técnicos del ICE con respecto a esas directrices? –Probablemente, hubo muchos que levantaron la mano y dijeron que eso no era lo correcto. Se hizo una reorganización y hubo muchísimos cambios en las administraciones, al punto que, por ejemplo, a Marco Acuña lo quitaron de gerente y decidieron poner a otro porque no iban en la misma línea que estaba llegando con la administración. Hazel Cepeda, como gerente general, promovió una hoja de ruta financiera en donde se frenaron todos los procesos de modernización de las plantas del ICE. Hoy tenemos atrasos de hasta cinco o seis años de mantenimientos que eran urgentes hacerlos. De un año para otro es imposible que un país pueda tener la suficiencia energética como se necesita. Cada vez que se toma una mala decisión en el sector eléctrico, se tarda años en poder devolver la estabilidad al sistema. La generación distribuida era prohibida y era un tabú en todas las agencias del ICE. Esas fueron decisiones que se tomaron en la administración anterior.
–La Cámara de Generación Distribuida más bien lo que ha dicho es que los generadores distribuidos tienen capacidad para trasladar el ICE actualmente...
–Así es. En junio del año pasado emitimos una nota en donde aceptábamos e incluso le decíamos al rector y al regulador cuánto podíamos pagar por los excedentes de esa generación. Esta semana se volvió a mandar, de acuerdo a los nuevos procedimientos, a La Gaceta para publicar cuánto vamos a pagar nosotros por los excedentes.
–¿La exportación de electricidad redujo los embalses?
–No, porque no se exporta Arenal. Cuando vienen las lluvias como las del año pasado, de tres o cuatro días de intensidad, eso es lo que usamos para exportar, todo lo que no se almacena en embalses.
–La demanda el año pasado creció dos puntos porcentuales por encima de lo que esperaba el ICE, casi el doble de la estimación original. ¿Por qué se está fallando? –El Plan de Expansión de la Generación tiene diversos escenarios. Hay escenarios de crecimiento medio, de crecimiento bajo, de crecimiento alto. El Plan del 2022 consideraba que para el 2023 iba a tener una demanda de 1% y pico, no recuerdo el dato exacto. Eso no quiere decir que la planificación esté mala; la planificación es indicativa y hay un ordenamiento en el país. Las demás empresas distribuidoras no están obligadas a decirle al ICE ni sus proyectos ni cuáles son las estimaciones que ellos hacen. Nosotros hacemos un proceso de ver, de acuerdo a la información que tenemos, cuánto es lo que va a crecer, pero eso es una estimación. Este febrero creció un 9% con respecto a febrero del año pasado. ¿Cuál proyección pudo haber previsto ese incremento de demanda? No hay estimación que lo logre.
–¿Qué factores han visto que están empujando esta demanda más allá de lo que ustedes han previsto?
–Esto tiene nombres y apellidos. Y es el calor. Cada vez que viene una ola de calor, la demanda se dispara. En el país conseguir aires acondicionados es complicado. La industria no está dando abasto. El año pasado las temperaturas fueron récord en las costas. Hoteles, casas, apartamentos… todas esas nuevas edificaciones salen con aire acondicionado. Ahora que empiece a bajar la temperatura, mucho de ese crecimiento se vuelve a estabilizar. Y hay un proceso de crecimiento de demanda con inversiones como, por ejemplo, Zona Franca Evolution. Ni el mismo desarrollador acertó lo positivo que iba a ser ese proyecto. Hemos corrido junto a ellos para poder acompañarlos en el desarrollo de obras para alimentar la zona franca.
–¿Se subestimó la demanda? –El incremento en la demanda está, pero los proyectos no se hicieron.
–¿Qué decisiones pueden tomar ahora para evitar que la situación de posibles los cortes no se repita?
–El concurso del proyecto solar y el eólico bajo la ley 7.200, y aprovechar el capítulo 2 de la ley de generación privada 7.508. Esas son las tres herramientas inmediatas. Hemos desarrollado una cartera de más de 400 megas de solar que son estudios propios en donde ya nos aprobaron el primero. La repotenciación de la eólica Tejona, que va a pasar de 19 a 42 megas. Tenemos una alianza con Coopelesca y Coopeguanacaste para proyectos conjuntos.
”Estamos estudiando la modernización de Moín y en negociaciones con un ingenio que hoy no genera para poder incluirlo”.