En Costa Rica hay más de 200 impuestos, tasas y contribuciones
Tributos de renta, IVA y a los combustibles son los más grandes y están subdivididos
Costa Rica registró una recaudación tributaria de ¢6,42 billones en el 2023, una cifra récord para el país y que únicamente incluye los tributos gestionados directamente por el Ministerio de Hacienda.
La cifra creció más de un 40% desde el 2018 (el último año antes de la aprobación de la reforma fiscal), pero la subida en el último año fue de apenas un 1,8%, lo cual permite suponer que el impacto de esa enmienda ya alcanzó su punto más alto.
Aquel paquete tributario implicó un aumento en la recaudación del impuesto sobre la renta y del viejo impuesto de ventas (hoy impuesto al valor agregado), pero no fue la única reforma implementada en la última década que incidió en los ingresos del Estado.
También se hizo obligatorio el uso de la factura electrónica a partir del 2018, lo cual permitió un salto adicional en el cumplimiento de los contribuyentes, según Hacienda.
Desde el 2018 hasta la fecha, son pocas las reformas en materia de impuestos adicionales que se han hecho. El actual gobierno ha intentado impulsar cambios, como la reforma del impuesto sobre la renta y la eliminación de algunas exoneraciones, pero no ha tenido éxito en el Congreso.
Estudios de opinión política, además, evidencian la renuencia de la ciudadanía a pagar más tributos.
¿Cuáles son los principales impuestos que se cobran en el país y cómo se ha comportado su recaudación en los últimos 10 años? EF revisó los registros de Hacienda desde el 2013 hasta la fecha.
Estructura nueva
Los tributos de renta, IVA y a los combustibles son los responsables de más del 83% de los ingresos tributarios que recibe Hacienda. Son los más grandes y se subdividen en múltiples áreas. El impuesto sobre la renta se cobra a personas físicas, jurídicas y a remesas en diversos formatos; el IVA se aplica de forma interna y en aduanas, con diferentes tarifas.
Otros generan una recaudación limitada; están, por ejemplo, el impuesto solidario de vivienda (conocido como “impuesto a las casas de lujo”) o el impuesto a las personas jurídicas,
que ni siquiera representan un 0,5% de la recaudación general del país en conjunto.
Otro impuesto pequeño es el que se cobra por el derecho de salida del territorio nacional e implica menos de un 0,2% de la recaudación tributaria. Gravámenes mucho más pequeños como el que se cobra por caja de banano exportada o por la comercialización de los jabones de tocador ni siquiera aportan un 0,01% del total.
La complejidad del sistema impositivo costarricense ha sido estudiada por múltiples investigadores.
El Programa Estado de la Nación (PEN) construyó y mantiene una base de datos (publicada por primera vez en el 2022) mediante la cual logró determinar que en el país existen unos 204 impuestos, tasas y contribuciones vigentes desde 1885.
Esta suma va más allá de los tributos que gestiona Hacienda antes mencionados e incluye tasas municipales y similares. También contempla cargas que ya no se cobran, pero siguen en la legislación.
Nuevos impuestos
Estudios de opinión política han señalado que la ciudadanía sigue renuente a oír sobre nuevas cargas tributarias, y una encuesta publicada a finales del 2023 por la Escuela de Estadística de la Universidad de Costa Rica (UCR) determinó que hasta el 60,4% de la población considera que en el país se
tributa demasiado para la calidad de los servicios públicos que se reciben.
Sin embargo, el Gobierno de la República impulsa un proyecto de ley para reformar el impuesto sobre la renta y globalizar el cálculo de su pago, de modo que las personas tributen por sus ganancias a través de la menor cantidad posible de declaraciones y tasas.
Nogui Acosta, ministro de Hacienda, ha dicho que la transformación pretendida del impuesto sobre la renta implicaría un tratamiento tributario más justo para los contribuyentes, porque tendrían que pagar por sus ganancias según el tamaño conjunto de estas y no por sus ingresos separados, como ocurre hoy.
La redacción de este plan generó debates en el Congreso. El Gobierno ha planteado la posibilidad de subir el mínimo exento para los trabajadores independientes (que hoy están en desventaja con los asalariados) pero, al mismo tiempo, propone eliminar el tratamiento diferenciado de renta en favor de las pequeñas y medianas empresas (pymes), que actualmente pagan tasas reducidas de sus utilidades cuando registran ingresos inferiores a los ¢120 millones anuales.
Durante este gobierno son pocas las reformas en materia de impuestos aprobadas. Una de las más significativas más bien le cerró la puerta a Hacienda para cobrar sobre las rentas producidas con capitales de origen costarricense en el extranjero.
¿Son pocos o muchos?
Datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) evidencian que el país recauda un 25,5% de su producto interno bruto (PIB) en impuestos.
Esta cifra es superior que las de Chile (23,9%), Colombia (19,7%) o México (19,6%); pero muy inferior que el promedio de los países miembros de la entidad (34%) y que en países más desarrollados como Francia (46,1%), Alemania (39,3%) o España (37,5%).
También en relación con los demás países miembros de esta OCDE, Costa Rica es el que tiene la menor recaudación de impuestos por rentas e ingresos y el sexto con una menor recaudación por impuestos a la propiedad. El país solo se acerca al promedio de la OCDE en cuanto a su recaudación por concepto de contribuciones para la seguridad social.
Este tipo de cálculos no toman en cuenta la estructura de impuestos de cada país, ni las particularidades de cada economía. Estas pueden hacer que la mayor parte de la carga tributaria de un país recaiga sobre pocas o sobre muchas personas y sectores; es decir, pueden tener implicaciones positivas o negativas en su distribución.
En ese sentido, por nombrar solo uno de los factores en el caso costarricense, los altos niveles de informalidad son un problema reconocido sobre la economía del país e implican que no todos los empleadores, ni todos los trabajadores tributen por igual.