Aunque pensó que era el fin, aprovechó una oportunidad y tiene ya tres premios
Productos Chago es una empresa familiar que supo dar en el clavo
Yorleny Chacón y su esposo, Geiner García, tenían pocos meses de casados cuando el padre y la madre de ella los visitaron para hacerles una oferta.
Les vendían la empresa fundada en 2003: Productos Chago, ubicada en Puerto Escondido de Pital. Era todo o nada. Y Geiner y Yorleny apostaron por completo.
A los pocos años, Yorleny se dio cuenta de que debían correr para cumplir con unos requisitos sanitarios exigidos por una nueva norma.
“Pasé dos semanas de depresión, llorando”, dice Yorleny Chacón Gómez, gerenta comercial de Productos Chaco. “Tenía dos años de plazo. Se vencía el permiso de funcionamiento”.
La amenaza la convirtieron en una oportunidad. El negocio cumplió con los requisitos que exigían las autoridades. El vuelco fue mayor.
Crecieron en productos —pasaron de cinco a 57 productos como burritos, tacos, papas y otros snacks para las familias— y en el negocio. Fruto del esfuerzo acumulan tres premios, dos de ellos en el 2023.
La empresa se encuentra en una industria muy dinámica. El sector de elaboración de alimentos y bebidas abarca unas 1.748 compañías inscritas ante la Caja Costarricense del Seguro Social en 2023.
La propuesta
Yorleny es de Puerto Escondido de Pital. Ahí cursó y completó la primaria. La secundaria la inició en el Colegio Técnico Profesional de Pital. Terminó en el año 2000, pero no pudo graduarse. Eso no fue obstáculo para trabajar.
En el colegio estudió el Técnico Medio en Informática y la práctica la realizó en el Banco de Costa Rica (BCR). La contrataron como promotora de medios electrónicos, que empezaba a impulsar la entidad.
En La Fortuna fue donde conoció a Geiner. Él es de Ciudad Quesada y trabajaba en una tienda. Se casaron en el 2005. Actualmente, tienen una hija, Angelly, y un hijo, Santiago.
Yorleny pasó a trabajar con la Cámara Nacional de Raíces y Tubérculos, cuya sede está en la zona norte. Llevaba dos años en esta organización y cuatro meses de matrimonio cuando su mamá Ana Grace Gómez y su papá Fidel Chacón llegaron a su casa.
Fidel y Ana Grace fundaron Productos Chago con la idea de obtener ingresos para que sus siete hijas estudiaran. Ambos son emprendedores.
Ni Yorleny ni Geiner, que se había incorporado a Productos Chago como repartidor de los productos, imaginaban la propuesta que les harían de venderles la fábrica.
Así iniciaron con ¢70.000 (unos ¢158.722 traídos a valor presente).
“Era lo único que teníamos”, recuerda Yorleny. “Una parte era lo que Geiner ganaba como repartidor y otra lo que ganaba yo en la Cámara.
En ese momento vivían en una vivienda prestada por los padres de Yorleny. Lo único que tenían, una motocicleta, se las robaron. Tampoco tenían para pagar la materia prima, el producto terminado, los empaques, las etiquetas y las máquinas de la fábrica, que sumaban ¢1 millón. Y el alquiler del local era de ¢25.000 al mes.
—Vamos a hacer una cosa— les propuso don Fidel—. Les voy a dar el camión. A usted (le dijo a Yorleny) le va a tocar una manzana menos de la finca. Lo demás a pagos.
Aumento del catálogo
Al día siguiente, Yorleny y Grace tomaron las riendas de la empresa.
Empezaron a ver cuáles otros productos querían los clientes, nuevas rutas y más clientes. Al año se construyó la primera planta, una instalación de cien metros cuadrados.
La operación siguió creciendo y ahora el espacio de la fábrica es 10 veces mayor.
“Si la gente quería un producto, buscábamos la forma de hacerlo”, dice Yorleny. Hasta que recibieron la visita de funcionarios del Ministerio de Salud.
Estaban en la víspera de la entrada en funcionamiento del Reglamento Técnico Centroamericano, con normas para alimentos de consumo humano.
Yorleny pensaba que todo saldría bien, pues mantenían el ambiente limpio, ordenado e inocuo. De 100 puntos obtuvieron 43.
La razón: faltaba documentar la entrega del material de reciclaje a una empresa cercana de acopio y gestión de desechos, así como la elaboración de abono orgánico y hasta del agua potable.
Preparación y cambios
Desde el inicio, Productos Chago incursionó en supermercados y otros puntos de venta en la zona y en otras regiones.
La nueva situación era a nivel operativo. Yorleny ingresó al Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), que todavía estaba en Ciudad Quesada, y se capacitó como inspectora de inocuidad y calidad.
“Me enfoqué en la parte administrativa”, dice Yorleny. “Desde ese momento la empresa tuvo una evolución muy diferente”.
Su rol cambió. Reinició otros estudios.
Participó en una competencia del INCAE, junto con 1.500 empresarias de Centroamérica, y quedó entre las 40 seleccionadas. Pero la falta del título de bachillerato universitario, a punto de iniciar los cursos, la dejó por fuera. Tras la decepción, ella se decidió a sacar ese título.
En el 2019 ingresó a la Universidad San José, en Ciudad Quesada, para estudiar Administración de Empresas.
Está próxima a graduarse en contabilidad. Ya cumplió con otros énfasis de la carrera en comercio internacional y mercado, gerencia general y recursos humanos.
Durante la pandemia las ventas aumentaron “muchísimo”. Geiner y Yorleny plantearon una estrategia de mercadeo a través de las redes sociales y contrataron una agencia de comunicación. La experiencia no fue en vano.
Presente y futuro
La nueva estrategia abarca más publicidad en radio y redes sociales y nuevas dinámicas en los puntos de ventas.
De cara a exportar, se trabaja en la certificación FSC 22.000 de sostenibilidad, recursos humanos y viabilidad económica. Se instalaron paneles solares, se brindaron becas para colaboradores que no concluyeron sus estudios o para capacitación en el INA y se contó con un programa de salud.
Las exportaciones están en el plan de ruta, aunque hay un factor externo que todavía frena: en el país no hay un matadero certificado para carne en productos terminados. Cuando esto se cumpla, Productos Chago tiene sus propios atestados para presentarse en otros mercados, incluyendo los premios obtenidos.
El premio de GS-1 a la eficiencia logística en el 2017; el del Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC) y de Procomer en el 2023; y el del BAC también el año pasado.
Con el segundo obtuvieron fondos no reembolsables. Sustituyeron 17 congeladores con un cuarto frío de 18 metros cuadrados para producto terminado.
Para el tercero, el de BAC de Pyme Positiva, compitieron contra 300 empresas de diferentes categorías.
Todos estos logros los tuvieron presente el pasado sábado 4 de mayo, cuando conmemoraron los 20 años de la empresa.