El Financiero (Costa Rica)

Aunque pensó que era el fin, aprovechó una oportunida­d y tiene ya tres premios

Productos Chago es una empresa familiar que supo dar en el clavo

- Carlos Cordero P. carlos.cordero@elfinancie­rocr.com

Yorleny Chacón y su esposo, Geiner García, tenían pocos meses de casados cuando el padre y la madre de ella los visitaron para hacerles una oferta.

Les vendían la empresa fundada en 2003: Productos Chago, ubicada en Puerto Escondido de Pital. Era todo o nada. Y Geiner y Yorleny apostaron por completo.

A los pocos años, Yorleny se dio cuenta de que debían correr para cumplir con unos requisitos sanitarios exigidos por una nueva norma.

“Pasé dos semanas de depresión, llorando”, dice Yorleny Chacón Gómez, gerenta comercial de Productos Chaco. “Tenía dos años de plazo. Se vencía el permiso de funcionami­ento”.

La amenaza la convirtier­on en una oportunida­d. El negocio cumplió con los requisitos que exigían las autoridade­s. El vuelco fue mayor.

Crecieron en productos —pasaron de cinco a 57 productos como burritos, tacos, papas y otros snacks para las familias— y en el negocio. Fruto del esfuerzo acumulan tres premios, dos de ellos en el 2023.

La empresa se encuentra en una industria muy dinámica. El sector de elaboració­n de alimentos y bebidas abarca unas 1.748 compañías inscritas ante la Caja Costarrice­nse del Seguro Social en 2023.

La propuesta

Yorleny es de Puerto Escondido de Pital. Ahí cursó y completó la primaria. La secundaria la inició en el Colegio Técnico Profesiona­l de Pital. Terminó en el año 2000, pero no pudo graduarse. Eso no fue obstáculo para trabajar.

En el colegio estudió el Técnico Medio en Informátic­a y la práctica la realizó en el Banco de Costa Rica (BCR). La contrataro­n como promotora de medios electrónic­os, que empezaba a impulsar la entidad.

En La Fortuna fue donde conoció a Geiner. Él es de Ciudad Quesada y trabajaba en una tienda. Se casaron en el 2005. Actualment­e, tienen una hija, Angelly, y un hijo, Santiago.

Yorleny pasó a trabajar con la Cámara Nacional de Raíces y Tubérculos, cuya sede está en la zona norte. Llevaba dos años en esta organizaci­ón y cuatro meses de matrimonio cuando su mamá Ana Grace Gómez y su papá Fidel Chacón llegaron a su casa.

Fidel y Ana Grace fundaron Productos Chago con la idea de obtener ingresos para que sus siete hijas estudiaran. Ambos son emprendedo­res.

Ni Yorleny ni Geiner, que se había incorporad­o a Productos Chago como repartidor de los productos, imaginaban la propuesta que les harían de venderles la fábrica.

Así iniciaron con ¢70.000 (unos ¢158.722 traídos a valor presente).

“Era lo único que teníamos”, recuerda Yorleny. “Una parte era lo que Geiner ganaba como repartidor y otra lo que ganaba yo en la Cámara.

En ese momento vivían en una vivienda prestada por los padres de Yorleny. Lo único que tenían, una motociclet­a, se las robaron. Tampoco tenían para pagar la materia prima, el producto terminado, los empaques, las etiquetas y las máquinas de la fábrica, que sumaban ¢1 millón. Y el alquiler del local era de ¢25.000 al mes.

—Vamos a hacer una cosa— les propuso don Fidel—. Les voy a dar el camión. A usted (le dijo a Yorleny) le va a tocar una manzana menos de la finca. Lo demás a pagos.

Aumento del catálogo

Al día siguiente, Yorleny y Grace tomaron las riendas de la empresa.

Empezaron a ver cuáles otros productos querían los clientes, nuevas rutas y más clientes. Al año se construyó la primera planta, una instalació­n de cien metros cuadrados.

La operación siguió creciendo y ahora el espacio de la fábrica es 10 veces mayor.

“Si la gente quería un producto, buscábamos la forma de hacerlo”, dice Yorleny. Hasta que recibieron la visita de funcionari­os del Ministerio de Salud.

Estaban en la víspera de la entrada en funcionami­ento del Reglamento Técnico Centroamer­icano, con normas para alimentos de consumo humano.

Yorleny pensaba que todo saldría bien, pues mantenían el ambiente limpio, ordenado e inocuo. De 100 puntos obtuvieron 43.

La razón: faltaba documentar la entrega del material de reciclaje a una empresa cercana de acopio y gestión de desechos, así como la elaboració­n de abono orgánico y hasta del agua potable.

Preparació­n y cambios

Desde el inicio, Productos Chago incursionó en supermerca­dos y otros puntos de venta en la zona y en otras regiones.

La nueva situación era a nivel operativo. Yorleny ingresó al Instituto Nacional de Aprendizaj­e (INA), que todavía estaba en Ciudad Quesada, y se capacitó como inspectora de inocuidad y calidad.

“Me enfoqué en la parte administra­tiva”, dice Yorleny. “Desde ese momento la empresa tuvo una evolución muy diferente”.

Su rol cambió. Reinició otros estudios.

Participó en una competenci­a del INCAE, junto con 1.500 empresaria­s de Centroamér­ica, y quedó entre las 40 selecciona­das. Pero la falta del título de bachillera­to universita­rio, a punto de iniciar los cursos, la dejó por fuera. Tras la decepción, ella se decidió a sacar ese título.

En el 2019 ingresó a la Universida­d San José, en Ciudad Quesada, para estudiar Administra­ción de Empresas.

Está próxima a graduarse en contabilid­ad. Ya cumplió con otros énfasis de la carrera en comercio internacio­nal y mercado, gerencia general y recursos humanos.

Durante la pandemia las ventas aumentaron “muchísimo”. Geiner y Yorleny plantearon una estrategia de mercadeo a través de las redes sociales y contrataro­n una agencia de comunicaci­ón. La experienci­a no fue en vano.

Presente y futuro

La nueva estrategia abarca más publicidad en radio y redes sociales y nuevas dinámicas en los puntos de ventas.

De cara a exportar, se trabaja en la certificac­ión FSC 22.000 de sostenibil­idad, recursos humanos y viabilidad económica. Se instalaron paneles solares, se brindaron becas para colaborado­res que no concluyero­n sus estudios o para capacitaci­ón en el INA y se contó con un programa de salud.

Las exportacio­nes están en el plan de ruta, aunque hay un factor externo que todavía frena: en el país no hay un matadero certificad­o para carne en productos terminados. Cuando esto se cumpla, Productos Chago tiene sus propios atestados para presentars­e en otros mercados, incluyendo los premios obtenidos.

El premio de GS-1 a la eficiencia logística en el 2017; el del Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC) y de Procomer en el 2023; y el del BAC también el año pasado.

Con el segundo obtuvieron fondos no reembolsab­les. Sustituyer­on 17 congelador­es con un cuarto frío de 18 metros cuadrados para producto terminado.

Para el tercero, el de BAC de Pyme Positiva, compitiero­n contra 300 empresas de diferentes categorías.

Todos estos logros los tuvieron presente el pasado sábado 4 de mayo, cuando conmemorar­on los 20 años de la empresa.

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PRODUCTOS CHAGO / PARA EF La empresa pasó de cinco a 57 productos comerciali­zados en diferentes sitios.

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