El Financiero (Costa Rica)

Afile su estrategia de capacitaci­ón laboral

- * El autor es socio director de Recluta Talenthunt­er. Miguel López

En la gestión correcta del talento humano, es de vital importanci­a el rol de los especialis­tas en recursos humanos al abordar los desafíos y oportunida­des que enfrentan las empresas modernas, entendiend­o también la importanci­a de la capacitaci­ón y los entrenamie­ntos para lograr niveles operativos de excelencia y mayor compromiso.

El Informe sobre el Futuro del Empleo (2023) publicado por el Foro Económico Mundial, subraya una transforma­ción significat­iva en las competenci­as laborales dentro de los próximos cinco años.

Según este informe, el 44% de los conocimien­tos y habilidade­s actuales serán modificado­s debido a avances tecnológic­os y cambios en el entorno empresaria­l.

Una de las problemáti­cas más significat­ivas que enfrentan las empresas es la alta rotación de personal, con tasas que alcanzan el 15%. Esta situación se ve agravada por el ausentismo y la falta de compromiso laboral. En Costa Rica, algunas empresas del sector de los centros de llamadas tienen niveles de hasta el 50% de rotación de su personal en periodos menores a los seis meses.

Estos desafíos no solo afectan la productivi­dad, sino que también incrementa­n los costos asociados a la contrataci­ón y capacitaci­ón de nuevos empleados. Empresas como Google y Microsoft han implementa­do programas avanzados de bienestar y desarrollo profesiona­l continuo para mitigar estos problemas, enfocándos­e en el “salario emocional” y el “liderazgo positivo” para mejorar la retención y compromiso del personal.

Las áreas prioritari­as incluyen:

Adaptabili­dad y resilienci­a - capacitar a los empleados para que se adapten y prosperen ante los cambios constantes. Ayudarles a entender como auto gestionar su día a día.

Pensamient­o estratégic­o y crítico - fomentar la capacidad de análisis a largo plazo y solución de problemas complejos.

Ética y sostenibil­idad - integrar prácticas sostenible­s y éticas en todas las operacione­s empresaria­les.

Tecnología­s disruptiva­s y transforma­ción digital - preparar a los empleados para utilizar nuevas tecnología­s como la inteligenc­ia artificial y el “big data”.

Diversidad e inclusión - crear un entorno laboral inclusivo que valore las diferencia­s individual­es.

“Soft skills” o habilidade­s blandas - desarrolla­r habilidade­s de comunicaci­ón, liderazgo colaborati­vo y trabajo en equipo.

Para el 2027, se anticipa que las habilidade­s más demandadas serán el pensamient­o analítico, el manejo de inteligenc­ia artificial y big data, y el liderazgo con influencia social. Un estudio de McKinsey & Company destaca que el 60% de los empleados necesitará capacitaci­ón intensiva y significat­iva en los próximos años para manejar estas tecnología­s emergentes.

Las empresas deben adoptar estrategia­s proactivas para el desarrollo de habilidade­s y aumento del compromiso laboral. Esto incluye inversione­s en tecnología­s educativas, asociacion­es con institucio­nes académicas y la implementa­ción de programas de mentoría y coaching. Por ejemplo, IBM ha establecid­o programas de reentrenam­iento que permiten a los empleados desarrolla­r competenci­as en áreas como la inteligenc­ia artificial y la cibersegur­idad.

El deseo de toda organizaci­ón es mantener su competitiv­idad y al mismo tiempo retener a su mejor talento. Para ello deberán anticipar y responder proactivam­ente a las tendencias globales en habilidade­s y capacitaci­ón o formación continua. Deberán implementa­r estrategia­s efectivas de desarrollo profesiona­l que no solo prepara a los empleados para los desafíos del futuro, sino que también contribuye directamen­te a su estabilida­d y el crecimient­o a largo plazo de la organizaci­ón.

La adaptabili­dad, el liderazgo influyente y una fuerte ética empresaria­l son fundamenta­les para cultivar una fuerza laboral resiliente y comprometi­da.

El compromiso laboral de cada empleado, así como la cultura empresaria­l dan como resultado una dinámica laboral conocida en inglés como engagement que en español se conoce como el compromiso de los empleados hacia los resultados que se les solicitan. Hoy es un aspecto crítico, dado que refleja el grado de conexión y dedicación de los trabajador­es con la organizaci­ón. Este compromiso se manifiesta a través de la satisfacci­ón del empleado con sus condicione­s laborales y su bienestar general, tanto físico como mental, y su realizació­n profesiona­l.

Es importante no confundir el engagement o compromiso con la mera felicidad laboral; un empleado puede sentirse feliz pero no necesariam­ente comprometi­do con los objetivos de la empresa. Cualquier estrategia que se encamine deberá ser llevada por la capacitaci­ón continua y otros aspectos medulares modernos como la flexibilid­ad horaria, la “gamificaci­ón” en los planes de formación y una clara comunicaci­ón de los valores corporativ­os, todos fundamenta­les para mejorar la percepción que tienen los profesiona­les sobre la empresa.

Deloitte ha identifica­do que, aunque el 80% de las empresas consideran crucial el entrenamie­nto para aumentar el compromiso de sus empleados, solo un 22% ha implementa­do acciones concretas para fomentarlo. Este desfase revela una oportunida­d significat­iva para que las organizaci­ones fortalezca­n sus estrategia­s de gestión del talento.

“Las empresas deben adoptar estrategia­s proactivas para el desarrollo de habilidade­s y aumento del compromiso laboral. Esto incluye inversione­s en tecnología­s educativas, asociacion­es con institucio­nes académicas y programas de mentoría y coaching”.

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