ANTIGUA FÁBRICA NACIONAL DE LICORES
160 años de historia industrial y cultural
160 años de historia industrial y cultural
En la década de 1850, el país estaba pasando una serie de cambios sociopolíticos muy importantes. Su fortalecimiento como nación luego de la independencia de España, permitió una reorganización de múltiples mercados para el control de ciertos insumos básicos.
El gobierno plantea, mediante un decreto de ley, la centralización y nacionalización de la destilación de licores, siendo esto una mejora para sus finanzas y la calidad del producto que se vendía.
Para ello, se necesitaba una planta adecuada para la elaboración especializada. El sitio destinado quedó cerca de la antigua laguna de San José (actualmente el parque Morazán) y fue inaugurado el 24 de agosto de 1856 por el presidente Juan Mora Porras, pocos meses después de la gran gesta heroica contra la invasión de los filibusteros.
Este complejo abarca un área aproximada de 14.000 metros cuadrados, albergando una serie de
edificaciones que fueron utilizadas para la destilación del licor de caña de azúcar principalmente, por lo cual su planificación manejaba una logística industrial estratégica. Aunado a esto, el sitio se ubicó muy cerca de la estación del tren al Atlántico, para una facilidad de transporte de la producción.
Sus muros de ladrillo contienen edificaciones de diferentes estilos arquitectónicos, predominando el estilo colonial. Un emblemático pórtico de concreto les da la bienvenida a los usuarios, continuando con las áreas administrativas, que muestran una riqueza estética con la combinación de ladrillos, madera y tejas, generando un microclima muy agradable.
Enfocándonos un poco en el proceso industrial, encontramos una serie de edificaciones de grandes dimensiones en donde se elaboraban los distintos procesos, siendo prioritario el estilo industrializado con predominancia del hierro y el acero, esto debido a la necesidad de generar grandes alturas y distancias más abiertas entre columnas para una mejor funcionalidad.
En el año 1981, su vida útil se limitó por el crecimiento de la industria y la planta se trasladó a Grecia, Alajuela, donde se habilitó un espacio más adecuado. En el año 1994, en el mandato de Rafael Ángel Calderón Fournier, se convierte en un espacio para la difusión libre y abierta de la cultura, símbolo emblemático para la expresión de la riqueza artística. Aún entre sus paredes se logran vislumbrar elementos como tolvas y tanques de agua que marcan su origen. Celebrando sus 160 años de construcción, este complejo se volvió un hito arquitectónico muy importante en el funcionamiento de la ciudad de San José.