ENTREVISTA
TENEMOS QUE AYUDARNOS UNOS A OTROS
“Los jóvenes tenemos que ayudarnos unos a otros”
De ser un estudiante problemático a quien no querían aceptar en ningún colegio, Jose Aguilar pasó a ser uno de los jóvenes ejecutivos más exitosos y comprometidos con el desarrollo de Costa Rica. Su experiencia lo motivó a generar oportunidades para que jóvenes en riesgo social superen las condiciones de exclusión que los afectan. Con este propósito nació la Fundación Acción Joven, que lucha contra la deserción estudiantil, así como La Esquina, empresa social que canaliza las destrezas de expandilleros en actividades productivas. Merecedor de varios reconocimientos, Aguilar considera que su caso no debería ser extraordinario, pues todos ganamos con la solidaridad. “Lo ordinario debería ser que todos nos ayudemos unos a otros” afirma.
SI UNO SE TOMA EL TIEMPO, TRATA DE ENTENDERLOS Y ENCONTRAR UNA SOLUCIÓN, MUCHOS CHICOS POTENCIALMENTE VALIOSOS NO SE TERMINARÍAN PERDIENDO
Me siento muy afortunado porque en mi familia nos educaron de manera que no somos indiferentes a la injusticia y al dolor humano. Pero también viví algunas experiencias que me hicieron reflexionar. Pasando del final de mi niñez a la secundaria, mi familia vivió momentos retadores que me hicieron entender lo que se siente perder cosas y estar angustiado. Luego cuando estaba en secundaria me expulsaron, pues era un poco rebelde y con un carácter fuerte. Por suerte entré al Centro de Educación Interactiva, donde había una directora muy amable, doña Isabel Moreno, quien en lugar de juzgarme, se tomó el tiempo de entender que no era una persona malintencionada, que no era tonto y que tenía algún potencial. Esta oportunidad me cambió la vida, me pude graduar con buenas notas y ya no me sentía juzgado, sino que alguien creía en mí. ¿ Cuántos chicos están pasando por un momento difícil, y como nadie se sienta a escucharlos, se sienten confundidos y terminan tirando la toalla? Si uno se toma el tiempo, trata de entenderlos y encontrar una solución, muchos chicos valiosos no se pierden. Con esa idea me metí a estudiar psicología, para entender cómo ayudarle a la gente. Así fue como nació la Fundación Acción Joven, proyecto de graduación de mi primera maestría. Diseñamos una metodología para que los chicos que están en zonas de mayor riesgo social no abandonen el proceso educativo, y desarrollamos una relación muy constructiva con el Ministerio de Educación Pública, gracias al apoyo de Leonardo Garnier. El mismo sistema educativo que hace algunos años me estaba diciendo que era un fracasado, ahora me abría las puertas para ayudar a otros. Colaboramos con estudiantes universitarios que tienen que hacer su trabajo comunal. También hacemos grupos focales con los profesores y funcionarios del MEP para que compartan sus buenas prácticas. Muchas empresas como Florida Bebidas, Purdy Motor y Grupo Q, así como la Embajada Americana, nos han apoyado, no solo con recursos financieros, sino que también reciben a los jóvenes para que hagan prácticas profesionales. Además de la Fundación, estoy trabajando con Horizonte+, iniciativa del sector privado para cooperar con el Gobierno en impulsar el desarrollo humano y combatir la pobreza. Mediante una alianza con la Universidad de Oxford, el Instituto Mixto de Ayuda Social y la vicepresidenta Ana Helena Chacón, estamos elaborando el Índice de Pobreza Multidimensional, que no se circunscribe al ingreso, sino que incorpora otras aristas, como educación, empleo, vivienda y salud. Otro proyecto que me tiene emocionadísimo es La Esquina, una marca de ropa que desarrollan los expandilleros. Se trata de chicos de La Cueva del Sapo en La Carpio, en altísimo riesgo social, incluso algunos han estado en la cárcel, pero han querido hacer un cambio en su vida. Las destrezas que antes tenían para ir a vender armas o drogas, las canalizamos en cosas positivas para la sociedad. Les damos apoyo emocional, acceso al sistema educativo y becas. Gracias al apoyo de Grupo Monge, tenemos al grupo entrenado en relaciones interpersonales y habilidades blandas, además han aprendido a hacer camisas y saber como brindar el servicio al cliente, incluso acabamos de comprar nuestras máquinas de serigrafía. Cuando generamos oportunidades todos ganamos. Es terrible que la solidaridad y el tratar de disminuir las injusticias y el sufrimiento no sea normal. Los jóvenes tenemos que hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que nuestro país sea un lugar en el que haya prosperidad compartida y que haya esperanza no solo para los que nos tocó nacer con recursos. Lo ordinario debería ser que todos nos ayudemos unos a otros.