La Nacion (Costa Rica) - Ancora
Los cortometrajes ticos exploran el cuerpo en las propuestas seleccionadas para el festival.
Lo sexual es uno de los elementos centrales en cinco cortometrajes en la competencia del festival
El despertar sexual, la aceptación –y rechazo– de la población sexualmente diversa y las vivencias eróticas de las mujeres acaparan el interés de casi la mitad de los directores que participarán en la Competencia Nacional de Cortometraje.
El Costa Rica Festival Internacional de Cine (CRFIC 2016) seleccionó 11 cortometrajes costarricenses de los géneros de ficción, documental y animación que se disputarán la categoría.
Los producciones El despertar de las hormigas: Niñez (Antonella Sudassi), Marco Lemaire (Zenén Vagas), Historia de dos hermanos (Felipe Calvo), Cabeza de orquídea (Angélica Sánchez) y Filip (Nathalie Álvarez, ganadora del pasado Festival Internacional de Cortometrajes Shnit) versan sobre dos de los temas más inherentes al ser humano: el amor y la sexualidad.
Competirán también las producciones Belleza, valentía y fortaleza en la ocupada Cisjordania (Gloriana Ximendaz), Selva (Sofía Quirós, ganadora en el CRFIC 2015), El árbol (Roya Esharaghi), Bajo 0° (Itai Hagage y Jonathan Gómez), Los Konceptualez (Juan Pablo Castillo), así como Paul está aquí( Valentina Maurel). De acuerdo con Marcelo Quesada, director artístico del festival, se recibieron más de 100 propuestas, las cuales fueron valoradas por una comisión de programación. Finalmente, se
seleccionaron 11 obras que cumplían con criterios como calidad en guion, dirección, actuación y otros aspectos técnicos.
“Estamos enfocados en tener una selección lo más precisa posible de la creación de material cinematográfico de talento nacional”, destacó Quesada.
Además de una coincidencia en cuanto a temáticas de sexualidad, llama la atención que seis de los 11 cortometrajes participantes fueron producidos en el extranjero: Historia de dos hermanos( Holanda), Belleza, valentía y fortaleza en la ocupada Cisjorda
nia (Palestina), Selva (Argentina), El árbol( Cuba), Cabeza de or
quídea (España) yPaul está aquí (Bélgica).
Quesada atribuye este fenómeno a que, en la actualidad, muchos directores y productores ticos se encuentran estudiando en escuelas en el extranjero.
Aunque la sección de cortometrajes ha sido uno de los platos fuertes en las pasadas ediciones del CRFIC, el director del festival intenta establecer un balance.
“Estamos en un proceso de consolidación del sector. Probablemente, por facilidades de producción, existe mayor viabilidad para hacer cortometrajes y hay una variedad de contenido mucho más amplia. El largometraje avanza a muy buen ritmo y es probable que en el corto plazo ese contenido vaya creciendo de manera bastante amplia”, manifestó Quesada.
“Pero no creo que sea más fuerte uno que otro. El reto es el mismo, en cuanto a la capacidad para narrar”, agregó.
Además de los cortometrajes en competencia, el CRFIC programó la exhibición de otros tres trabajos – Ausencias, Nada ni na
die yYo no soy de aquí– para el 16 de diciembre, en el Teatro 1887.