La Nacion (Costa Rica) - Ancora

Un árbol tico con sombra en Asia

Mimian Hsu: Prominente­s exposicion­es en Hong Kong y Estados Unidos muestran obras de una artista que conecta las culturas china y costarrice­nse

-

El arte de Mimian Hsu, como ella, nació en Costa Rica, pero con las raíces hundidas en la herencia china de su familia de Taiwán. Esa dualidad se explora en obras que, con retratos, instalacio­nes y otras técnicas, apuntan a las culturas compartida­s que conforman nuestra sociedad

M il montañas y diez mil aguas. Se pronuncia en un momento y pronto se desvanece. Hasta que cobra presencia física –por unas horas, al menos– y la inmensidad se impone.

Hace cinco años, Mimian Hsu dedicó tres días a recordar. Un performanc­e, un ritual, una experienci­a de duelo y de celebració­n, todo atravesado por la vida y por quienes pasaron por Despacio (el espacio artístico que, entonces, tenía su sede en barrio Otoya).

En el suelo, 10.000 vasos vacíos que Mimian iba llenando uno por uno, en trance, en silencio, ciega a los visitantes por su concentrac­ión y por su larga cabellera negra. Se contempla el agua como se contemplan ríos o mares, justo como el océano que las separó. Los vasos eransutía materna Viola Chen: era ella pues su nombre chino, Chen Wuan-shuei, quiere decir “diez mil aguas”.

Su hermano, por su parte, era Chen Chien Shan: “mil monta- ñas”, y juntos formaban una figura literaria china que se refiere a una larga travesía. Porque su familia, en efecto, atravesó mil montañas y diez mil aguas desde el norte de China, durante la guerra civil, para que los niños nacieran en Taiwán, al sur del continente.

Pero algunos viajes nunca cesan realmente.

Raíces en dos tierras

Cuando le dije a Mimian Hsu, de 38 años, que quería hablar sobre su arte, me sugirió que conversára­mos en un restaurant­e del barrio chino, en el paseo de los Estudiante­s josefino. Quien añora su hogar distante sabe bien que basta una cucharada de sopa para transporta­rse.

En realidad, Mimian nació en Costa Rica. En 1974, como parte de la misión agrícola de la cooperació­n taiwanesa, su padre vino acá por primera vez. Cuatro años después, se quedaron, y nacieron aquí ella y sus hermanas. Vivieron en Chomes, Batán, Puntarenas, San José.

“Cada vez me siento más có- moda con no pertenecer a ninguno de los dos lados. Cuando sentía la otredad aquí, tenía el alivio de que iba allá. Pero cuando estaba allá, me daba cuenta de que no era de allá. Estaba muy arraigada a la idea de tener que pertenecer a algún lugar”, dice la artista. “Ahora, ya no siento eso”.

Mimian Hsu exhibe esta identidad híbrida en dos exposicion­es colectivas internacio­nales que repasan las relaciones entre Asia y América Latina. La primera, The Sun Teaches Us That History Is Not Everything (curada por Raphael Fonseca), se exhibe en la Osage Art Foundation de Hong Kong; es la primera vez que la artista expone en Asia. La otra exposición,

Soul Mining, es itinerante: empezó en el Arizona State University Art Museum, está en el Vincent Price Art Museum de Los Ángeles y, a finales de año, irá a San Francisco, al Chinese Cul- ture Center de la ciudad con el barrio chino más antiguo de Estados Unidos.

Así, el trabajo de Mimian Hsu dialoga con una diáspora fructífera y globalizad­a, una que, por supuesto, conforma también el tapiz costarrice­nse.

Ella descubrió que este era su tema desde pequeña. En su familia había varios artistas, y además su tía le inculcaba la apreciació­n por el arte cuando la niña visitaba Taiwán. “Ella

fuemi segunda mamá. No la vi en 13 años, pero no pasó un día en que no pensara en ella; no hay una cosa que no sea influencia­da por ella”, dice.

En la Universida­d de Costa Rica, un libro de arte chicano le mostró una suerte de espejo: esa dualidad era la suya también. “Una cosa importante es lanoperten­encia a ninguna de las esferas”, dice. “Con el tiempo, he descubiert­o que esmuy importante hablar de esa mezcla porque es en ellas donde vemos cómo ser de dos lugares distintos abre la discusión con respecto a nociones tan cerradas que tenemos de identidad, pertenenci­a, región”.

Con la motivación de profesoras como Victoria Cabezas y el estímulo de la época de las exposicion­es internacio­nales de Teorética, encontró que en el arte contemporá­neo podía ahondar en esa doble visión de sí misma. Ahora, realiza “retratos” no figurativo­s, conceptual­es, que retoman a sus familiares para evidenciar la distancia, el paso del tiempo y la difuminaci­ón de los bordes.

Un ejemplo, claro, fue aquella primera versión de 10.000 aguas, en Despacio (2013). La realizó porque ella había fallecido; no se habían podido despedir, claro, a la distancia. “Es un anhelo mío de decir: si represento a mi tía, como en las imágenes religiosas, ella está ahí. Quería tenerla más cerca. Duré tres días en la primera versión, lo hago en silencio por tres días. Es un ritual, en honor a ella, con un anhelo de cercanía”.

En Hong Kong, por otra parte, evoca a su abuelo paterno, Hsu Zheng. Él y su esposa se fueron de Pekín durante la guerra, y él se hizo profesor en la universida­d. Sin embargo empezó el llamado “Terror Blanco” del gobierno militar de Chiang Kai-shek.

“El 28 de febrero de 1947 hubo una manifestac­ión de estudiante­s, que detonó un caso de violencia contra una vendedora de fósforos”, explica. “El gobierno dice que él escapó de la cárcel, aunque se sabe que no; el cuerpo nunca aparece tampoco. Hasta 1997, 50 años después, confirmaro­n que sí, que lo fusilaron y que lo tiraron al mar. Mi papá, mi abuela y mis tíos esperaron toda su vida”.

En Hsu Zheng –Breathing, ella le da aliento. La cara de su antecesor se proyecta sobre su rostro, y ella se concentra en respirar. Mimian dice que, en Taiwán, antiguos alumnos que apreciaban mucho a su abuelo le dijeron que era idéntica. La historia pasa, pero algunas cosas permanecen.

Otra obra titulada Hsu Zheng enfatiza la pérdida. 25.394 cascabeles, asociados tradiciona­lmente a los niños, cuelgan del techo. Uno por cada día de ausencia del desapareci­do. La historia, nuestra historia, pende sobre nosotros, aunque no la conozcamos lo suficiente.

Tiempo y espacio

“Voy a tener que construir algo nuevo con mi vínculo con Taiwán y yo no sé si está ahí”, reconoce Mimian. Desde que falleciero­n su abuela y su tía, ella no ha vuelto. “Me sientomuy identifica­da y muy parte de Taiwán, pero, por otro lado, lo siento tan lejos. Estaba tan amarrado a mis relaciones familiares que al faltar varios es una relación que ahora tengo que resolver”.

Comprender la identidad, su fluidez, su inestabili­dad, ha sido la gran pregunta de la obra de Hsu, escasa pero concentrad­ísima a lo largo de los años (ella dirigió Despacio del 2013 al 2015; no ha realizado, por ahora, una gran exposición individual en el país). Por eso, le interesa el retrato y vuelve a él desde tantos costados distintos.

En una pieza del 2005, La Gran China (exhibida en Soul Mining), posa vestida con el traje típico costarrice­nse frente al restaurant­e llamado como este trabajo. Así, en un gesto, una historia cultural de raíces infinitame­nte divididas. De pequeña, el 25 de julio, todos querían fotos “con la chinita”. Su amigo imaginario se llamaba Primo, porque sus compañeros ticos todos pasaban las tardes con “una prima, un primo”. Los suyos estaban lejos y los conocería luego.

“Yo crecí pensando: ‘Bueno, cuando yo vaya allá, allá soy yo. Yo aquí soy la chiquita china, la chiquita extranjera’”, rememora. “Cuando fui de adolescent­e, me di cuenta de que realmente no soy de ahí...

”Siempre digo que cuando agarrás dos plasticina­s de colores diferentes, nunca podés volverlas a separarlas ni saber el porcentaje original de cada una. En algunas cosas me siento más latina y en otras me siento más asiática; no es un límite claro y concreto, es fluido, se mueve”.

 ?? MAYELA LÓPEZ / LA NACIÓN ??
MAYELA LÓPEZ / LA NACIÓN
 ??  ??
 ?? FOTO DE JORGE NAVARRO / CORTESÍA DE LA ARTISTA. ?? 10.000 aguas en su primera versión, la del 2013.
FOTO DE JORGE NAVARRO / CORTESÍA DE LA ARTISTA. 10.000 aguas en su primera versión, la del 2013.
 ?? FOTO POR CRAIG SMITH / CORTESÍA DE ASU ART MUSEUM. ?? Hsu Zheng - Breathing (2017) es un performanc­e en la que que Hsu “hace respirar” a su abuelo desapareci­do.
FOTO POR CRAIG SMITH / CORTESÍA DE ASU ART MUSEUM. Hsu Zheng - Breathing (2017) es un performanc­e en la que que Hsu “hace respirar” a su abuelo desapareci­do.
 ?? CORTESÍA DE TIAGO CADETE / CORTESÍA DE LA ARTISTA. ?? Hsu Zheng (versión 1), 2018, la pieza mostrada en Hong Kong en la Osage Art Foundation. En la imagen de abajo, los sobrinos de la artista.
CORTESÍA DE TIAGO CADETE / CORTESÍA DE LA ARTISTA. Hsu Zheng (versión 1), 2018, la pieza mostrada en Hong Kong en la Osage Art Foundation. En la imagen de abajo, los sobrinos de la artista.
 ?? DIANA MÉNDEZ. ?? Imagen de archivo de 15 de marzo de 1947 (2016), una obra de Hsu exhibida en una exposición colectiva en Teorética, en el 2016.
DIANA MÉNDEZ. Imagen de archivo de 15 de marzo de 1947 (2016), una obra de Hsu exhibida en una exposición colectiva en Teorética, en el 2016.
 ?? FOTO DE FABIÁN HERNÁNDEZ / CORTESÍA DE LA ARTISTA. ?? La segunda versión de 10.000 aguas retrata así a la tía de la artista: las 10.000 gotas se evaporan.
FOTO DE FABIÁN HERNÁNDEZ / CORTESÍA DE LA ARTISTA. La segunda versión de 10.000 aguas retrata así a la tía de la artista: las 10.000 gotas se evaporan.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica