La Nacion (Costa Rica) - Ancora

El sueño de un sueño

En movimiento. El cineasta Juan Carlos Rulfo conversa sobre las motivacion­es y el proceso creativo de su más reciente largometra­je.

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Hoy domingo es el día que usted, estimado lector, se reserva para leer tranquilam­ente el periódico al lado de una taza de café. Es el día que imaginamos para la paz y el reposo, aunque es también el día de la angustia para el director mexicano Juan Carlos Rulfo, que estrena su más reciente largometra­je, Érase una

vez, en el Festival Internacio­nal de Cine de Morelia.

No es que Juan Carlos Rulfo sea un primerizo en estos menesteres. Al contrario: sus películas han recibido reconocimi­entos en los Premios Ariel y en los Goya, en los festivales de Sundance y San Sebastián, por ejemplo.

Hoy, sin embargo, los nervios están ahí. Quizás porque, al fin y al cabo, cuando se estrena una película se hace siempre por primera vez. O bien, porque hay mucho de íntimo en Érase una

vez, que funciona como una suerte de espejo de Del olvido al

nome acuerdo (1999). En ese largometra­je Juan Carlos seguía las huellas de su padre, el escritor Juan Rulfo, y ahora se ha convertido en el padre que sigue las huellas de su hija Luisa, de 10 años de edad.

Hay mucho que decir acerca de Érase una vez. Por suerte, a pesar de las prisas y las angustias del día, hoyes posible saber qué tiene que decir sobre el filme su director. Este es el extracto de una conversaci­ón que se produjo hace unos pocos días, mientras Juan Carlos Rulfo impartía un taller en nuestro país, durante la Semana Internacio­nal de la Escuela de Cine y Televisión de la Universida­d Veritas. –¿Cuál es la motivación principal detrás de Érase una vez?

Todavía no sé cómo explicar la película porque es muy nueva y ha cambiado mucho en sus motivacion­es. Esta vez me pasó que tenía muy presente la sensación de ser padre y el pensamient­o de que tal vez no vería qué iba a pasar con mis hijos en el futuro. Ver cómo crecen los niños y cómo se van perdiendo ciertos momentos me producía una ansiedad muy fuerte.

El cine es un juego en el que eres muy libre pero al mismo tiempo debes comportart­e, porque te dicen “así no se deben hacer las cosas”, “tienes que construir un lenguaje”, o “tienes que explicar de dónde viene tu película”. Érase una vez comenzó siendo muy ordenada y acabó como algo distinto, en manos juguetonas del niño Juan Carlos que hacía lo que sentía que debía hacer en ese momento. La motivación principal de

Érase una vez fue voltear a vera ese niño interior. Esa explicació­n me cuesta trabajo porque parece muy simplista pero al mismo tiempo hay algo que tiene mucha verdad, especialme­nte en un momento tan difícil para México y para algunos otros países de Latinoamér­ica: es ne- cesario voltear a ver a los niños, que tienen una forma tan particular de entender qué es lo que viene.

Si en este momento tuviera que presentar el proyecto a un productor, ¿qué le diría? ¿Que es una película sobre los niños y el futuro? No. ¿Sobre danzas y bailes y sobre ciertas regiones de México que adoro? Tampoco. ¿Sobre la transmisió­n de la cultura popular hacia las nuevas generacion­es? No. Y al mismo tiempo todas esas cosas están ahí. Al final de cuentas, Érase

una vez es una película pura vida, como dicen los ticos. Eso me reconforta. Me produce muchas ganas de seguir adelante. – En ese sentido, la película renuncia al México violento que vemos con frecuencia en las pantallas de cine y prefiere observar el presente y el futuro del país con una mirada optimista.

Gracias por decirlo. No sé si hay un optimismo en mis intencione­s pero sí me gustaría que hubiera una energía de movimiento, como en la teoría de la espiral. Es decir, las cosas están ahí, y se ven mal, pero siempre

podemos levantarno­s y verlas desde otro ángulo.

Un día, mientras estaba filmando ami hija Luisa, ella habló del sueño de un sueño. Eso me gustó mucho. No sabía qué significab­a pero era necesario ir en esa dirección. ¿Qué es la utopía? Justamente eso que está en el horizonte y conforme avanzas se mueve. El sueño, como la utopía, consiste en ir hacia el horizonte. – Incluso etimológic­amente, la utopía es el lugar que no existe pero imaginamos para movernos. ¿Es el motivo del viaje que aparece en la película otra forma de desplazar al espectador hacia ese México distinto?

Así es. Tú ves a la gente que aparece en la película y nunca piensas en una diferencia de clases. Creo que es interesant­e crear esa especie de retratos de gente humilde, trabajador­a, y conocer a través del viaje su vida cotidiana. Eso es algo que me gusta de la película y fue involuntar­io. Más que nunca ahora quisiera hacer retratos de muchísima gente, en todas partes, y poder estar ahí con ellos, sin prejuicios y sin que importe el inicio o el fin del relato, sino el proceso.

¿Cuál es la historia que se cuenta en Érase una vez? No hay una historia concreta. Todos los personajes están en su proceso de vivir. En México existe un juego en el que cada participan­te gira con un listón en la mano y así se va haciendo una trenza que se va complicand­o, hasta

que se hace un nudo bien sólido, que es la vida. Me encantan esas estructura­s trenzadas porque así nacen historias que pueden ser totalmente ajenas a lo que originalme­nte querías. Esas historias de la vida cotidiana surgen también gracias al viaje. Cuando te quedas encerrado, estático, las historias simplement­e no surgen. – Si las estructura­s trenzadas son en su caso un motor creativo, ¿cuál es un obstáculo frecuente en su oficio como narrador de historias?

Con frecuencia intento hacer ficción con temas de la realidad pero nunca logro imaginar personajes ficticios. Entonces debo encontrar un pretexto. En Érase

una vez ese pretexto fue mi hija Luisa. Todas las noches me contaba historias y entonces me dije: hay que hacer algo con esto. Eran historias perfectame­nte fantástica­s, todas mezcladas con la realidad que ella vivía. Durante el día yo salía a hacer películas y veía a los voladores de Papantla o la danza de los diablos y de repente tuvo sentido hacer una producción onírica sobre la tradición oral, los juegos, la danza, los versos y la música en México.

Me interesaba mucho aprovechar esos personajes tan ricos y esas manifestac­iones fabulosas, hasta encontrar el hilo conductor que amarrara al espectador y lo llevara a ese universo de fantasía. Es un cine complejo, sí, pero me gustaría hacerlo todavía más barroco, con extremos totalmente ajenos entre sí, aún si existe el riesgo de perdernos en el camino. Al final de la película se dice “tengo el sueño de saber cuál es mi sueño.” Pero siempre es así. Toda la vida estás tratando de entender para dónde vas. – En relación con la fantasía, el título de la película evoca al mundo de los cuentos de hadas pero también a la llave que abre la puerta hacia ese mundo.

Totalmente. Cada vez que comienzas a contar un cuento tienes que comenzar con el clásico estribillo de Érase una vez. Ese lugar común empieza como algo muy sencillo y te lleva siempre a una nueva aventura. “Érase una vez que yo llegué al mundo y me encontré con todo esto” y el cuento acaba siendo de una complejida­d tremenda.

¿Cuantos cuentos ocurren en el bosque? Muchísimos. Un bosque es una cosa compleja y tremendame­nte expresiva, no solamente por la sensación que te produce estar ahí adentro sino también por los seres extraordin­arios que imaginamos en ese lugar. El bosque es un mecanismo que nos muestra el mundo complejo en el que vivimos. Entramos en un bosque y nos encontramo­s en medio de todas las historias, abrazados por todos los seres imaginario­s del mundo.

 ?? MÓNICA RIVAS. ?? Juan Carlos Rulfo es hijo del escritor mexicano Juan Rulfo. y padre de Luisa, una niña de 10 años e impulso de su nuevo filme .
MÓNICA RIVAS. Juan Carlos Rulfo es hijo del escritor mexicano Juan Rulfo. y padre de Luisa, una niña de 10 años e impulso de su nuevo filme .
 ?? LA MEDIA LUNA PRODUCCION­ES ?? ‘Érase una vez’ se estrena este fin de semana en el marco del Festival Internacio­nal de Cine de Morelia.
LA MEDIA LUNA PRODUCCION­ES ‘Érase una vez’ se estrena este fin de semana en el marco del Festival Internacio­nal de Cine de Morelia.

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