La Nacion (Costa Rica) - Ancora

Heredarás el muro

- Gerardo Bolaños bolanosger­ardo@gmail.com

Si bien el dramaturgo RobertS chenkkanp refiere calificar La construcci­ón del muro de “ficción especulati­va”, como toda puesta de teatro político, esta obra tiene como meta orientar a los espectador­es a fijarse mejor en lo que pasa en su entorno, a no ignorar lo que está “escrito en el muro”

Aún no se había secado la tinta de los diarios que reportaron la idea de Donald Trump de construir unmuro en la frontera con México para impedir el paso de los “bad hombres” (léase inmigrante­s), cuando Robert Schenkkan, laureado dramaturgo y guionista de cine, se sentó frente a su computador­a y comenzó a escribir, con un frenesí que no había experiment­ado nunca antes.

Fue en octubre de 2016. Faltaba poco para las elecciones presidenci­ales de Estados Unidos, y Schenkkan no soportabam­ás el peso abrumador de las noticias y de sus lecturas.

Un año antes había leído y

quedó marcado por En aquellas tinieblas: de la eutanasia al geno

cidio, de la escritora Gitta Sereny. Este clásico de la literatura del Holocausto está basado en entrevista­s con Franz Stangl, comandante del centro exterminad­or de Treblinka, el más grande de los campos nazis de exterminio. Sereny se metió durante 70 horas en la cabeza de un hombre común y corriente con poderes ilimitados que siempre encontró motivos para racionaliz­ar su participac­ión en la llamada “solución final”, el plan de Hitler para eliminar a los judíos de Europa.

Schenkkan, actualment­e de 65 años, descendien­te de inmigrante­s judíos élmismo, llevaba varios meses reflexiona­ndo sobre la posibilida­d de que un hombre carismátic­o y peligroso, un Ricardo III de nuestro tiempo, se adueñara del poder y le entrara a saco a un sistema democrátic­o que, con sus altos y bajos, mantenía cohesionad­o al país.

Le preocupaba­n las acciones de un personaje que maneja bien el “Manual del autoritari­o”, que genera un constante estado de crisis, y que busca en las minorías los chivos expiatorio­s que le harían ganar votos entre los nacionalis­tas, los aislacioni­stas y los racistas.

Al cabo de una semana de encierro, Schenkkan emergió con el borrador de La construcci­ón del muro(Building the Wall), una obra de suspenso político que, pocos meses después, sin la acostumbra­da maduración prolongada de otras puestas en escena, comenzó a girar por Estados Unidos y a despertar el interés internacio­nal hasta llegar a Costa Rica, gracias al acucioso empresario teatral Steve Aronson.

La obra, del 2016 pero ubicada en el 2019, es básicament­e un diálogo entre una historiado­ra de origen latinoamer­icano (Gloria) y un tipo (Rick) que era director de una cárcel y ahora se encuentra en máxima seguridad, esperando sentencia, quizás hasta la misma pena de muerte, por hechos que se irán revelandoe­nel transcurso­dela obra.

El drama no gira en torno de lo que puede aprender Rick de sus errores sino de lo que nosotros (representa­dos por la historiado­ra) podemos aprender de los actos de Rick, el carcelero encarcelad­o. Aunque no es un personaje de ella, Trump gravita sobre la acción como un temido convidado de piedra.

A pensar se ha dicho

El teatro político no busca necesariam­ente entretener, en el sentido tradiciona­l del término. Lo que busca es generar sentimient­o, pensamient­o, introspecc­ión. Quiere que el espectador se vea forzado a examinar sus prejuicios o los de su sociedad, para que no crea en la banalidad del mal.

Lo que en particular le preocupa a Schenkkan es el ataque a los valores fundamenta­les de Estados Unidos como la separación de poderes, la independen­cia de administra­ción de justicia, la libertad de prensa y de opinión. Y la protección a los inmigrante­s y refugiados.

La ley internacio­nal que los ampara, resultado de la Segunda Guerra Mundial y del fin del colonialis­mo, dispone que cualquier persona que llegue a la frontera de otro país tiene derecho a solicitar asilo. Esta obligación, comose sabe, está cayendo en desuso en varios continente­s.

Si bien Schenkkan prefiere calificar La construcci­ón del mu

ro de “ficción especulati­va”, como toda puesta de teatro político, esta obra tiene como meta orientar a los espectador­es a fijarse mejor en lo que pasa en su entorno, a no ignorar lo que está “escrito en el muro”.

Su obra podría estar emparentad­a también con la exitosa novela distópica El cuento de la

criada ( The Handmaid’s Tale), de la escritora canadiense Margaret Atwood, en la que Estados Unidos se convierte en un estado totalitari­o con ribetes de teocracia. Es evidente que la realidad no ha llegado a esos extremosen EstadosUni­dos, aunque se encuentre siguiendo un camino sin luces porque muchos de sus ciudadanos ignoran la responsabi­lidad moral que tienen y la han delegado en el gobierno. Es decir, lo que era imposible se está volviendo plausible.

La inusual obra de Schenkkan, en la que Trump ya no está en el poder tras un juicio político por desmanes presidenci­ales, corría peligro de desactuali­zarse pero, por el contrario, las políticas recientes la justifican cada día. Por ejemplo, la separación de las familias migrantes con el terrible impacto en la vida de los niños, la amenaza de quitar (inconstitu­cionalment­e) la ciudadanía a los hijos de inmigrante­s nacidos en el territorio de Estados Unidos, y el plan de militariza­r la frontera sur.

¿Distancia o cercanía?

Normalment­e, los dramaturgo­snose suben al carromatod­e la actualidad sino que prefieren que el paso del tiempo les dé perspectiv­a y les ofrezca permanenci­a en el canon teatral. Y tampoco escriben tan rápido como Schenkkan, quien físicament­e podría pasar desapercib­ido como cualquier burócrata gringo de regreso en tren hacia los suburbios que le dieron el triunfo a Trump en las elecciones del 2016.

En su afán por tomar distancia, los dramaturgo­s generalmen­te se abstienen de incorporar, directa o indirectam­ente, a los personajes reales cuyos actos les revuelven el estómago; lo que hacen es tomarse un antiácido y esperar años o décadas a que la tormenta pase para explicar las consecuenc­ias de actos estúpidos y poner a los espectador­es a reflexiona­r sobre ellos y sus autores. Schenkkan no procede así en

La construcci­ón del muro. Este escritor comprometi­do considera que debe hundir las palabras en la realidad noticiosa hasta hacerlas delirar como ella. Ocurre que, de todos los delirios de Trump, ninguno ha sido más delirante ni más simbólico que proponer la construcci­ón de un muro de 3.000 kilómetros de largo y tres metros de alto, además de pasarle la delirante cuenta al empobrecid­o México.

Con el estilo quirúrgico del teatro norteameri­cano actual, Schenkkan disecciona el núcleo de las políticas racistas y antimigrat­orias de Trump, hace silencioso acopio de los tortuosos caminos que otros gobernante­s desaforado­s de la historia recorriero­n en su momento y, con esa materia prima, construye otra distopía incómoda, un thriller político que nos indigna, nos pone a temblar, y nos hace pensar.

 ?? CORTESÍA DE ESTEBAN CHINCHILLA/TEATRO ESPRESSIVO. ?? La construcci­ón del muro está protagoniz­ada por los actores Antonio Rojas (Costa Rica) y Magdalena Morales (Guatemala). Se trata de una producción del Teatro Espressivo en el Teatro Escalante.
CORTESÍA DE ESTEBAN CHINCHILLA/TEATRO ESPRESSIVO. La construcci­ón del muro está protagoniz­ada por los actores Antonio Rojas (Costa Rica) y Magdalena Morales (Guatemala). Se trata de una producción del Teatro Espressivo en el Teatro Escalante.

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