La Nacion (Costa Rica) - Revista Dominical
COSECHAS LO QUE SIEMBRAS...
Es muy frecuente escuchar a los viticultores o productores de vino decir que la esencia del vino nace en el viñedo. Y es que un término muy mencionado en lo referente a vino es “cosecha”, el cual se utiliza para referirse a las condiciones climáticas dadas en el período que crece la uva hasta el momento que se recolecta. Usualmente es un año lo que dura el ciclo vegetativo de la vid (la plantita) en producir uvas. Las condiciones climáticas varían todos los años, en todas las regiones, y determinan las características de un año específico. Para algunos tipos de uvas ese tiempo es más corto (maduración corta); para otras es un poco más extenso (maduración larga). Dependiendo del clima, cada cosecha u añada tiene características y propiedades que determinan la personalidad de cada vino.
Lo importante es la cantidad de horas luz que recibe la planta durante todo el período de cosecha, y el momento en que llueve, para que el fruto pueda madurar correctamente y por ende los productores tengan una excelente materia prima para la producción del vino. Los detalles en el cuidado y manipulación del viñedo durante todo el período de cosecha son vitales. Una vez que el fruto está listo, es el momento de recolectarlo, osea es el tiempo de la “vendimia”. En el hemisferio norte la vendimia se realiza usualmente entre los meses de setiembre a octubre, mientras que para las regiones ubicadas en el hemisferio sur, la recolección de las uvas se realiza entre marzo y abril.
La mayoría de los vinos traen un dato del año en las etiquetas, ese dato hace referencia a la añada u año en que se cosecharon las uvas para ese vino.
Existen algunas excepciones, que son los vinos elaborados con mezclas de uvas de diferentes años para garantizar la consistencia y el mismo estilo todo el tiempo; algunos ejemplos son la mayoría de los vinos espumosos, u algunos vinos dulces como los oporto.