La Nacion (Costa Rica) - Revista Dominical
Aunque muchos desconocen el término “preparacionista”, algunas personas ya lo son al tomar precauciones en situaciones como terremotos y huracanes, según las recomendaciones hechas por la Comisión Nacional de Emergencia.
También tiene listas en su casa mochilas con todos los utensilios necesarios para sobrevivir el tiempo que le tome llegar hasta Copey de Dota: agua, alimentos no perecederos, radios, medicinas y las armas de defensa que permite la ley.
Calvo asegura que sabe que hay muchas personas que podrían considerar que los preppers están “locos” por la forma en la que deciden prepararse ante un eventual caos; al menos una parte de su familia lo piensa y le dicen que antes de ejecutar y desgastarse en todo lo que él ha hecho desde su juventud, prefieren ser de los primeros en “caer” ante un desastre.
“Yo sé andar en la montaña, me he preparado para eso. He recibido cursos avanzados de primeros auxilios, sé técnicas de defensa personal porque soy cinturón negro en artes marciales. He aprendido a purificar agua, a ver comida donde otros solo pueden ver desechos. Imagínese que he aprendido hasta a hacer conservas de pollo y papa, además de deshidratar carne para que tenga una mayor duración”, asegura.
EQUIPO DE ESPECIALISTAS
Todas estas destrezas que ha desarrollado Calvo han sido posibles gracias al “trueque” que ha establecido con las otras 15 personas que forman parte de su proyecto de prepper, y que tienen distintas especialidades. Allí se pueden encontrar desde un médico y un constructor hasta un ingeniero y un agricultor.
Para ellos no se trata de la profesión, sino de lo que puedan aportar con su experiencia en caso de que llegue el fin del mundo como lo conocemos. Es por este motivo que cuando una persona le pide ser parte de su equipo, él evalúa ciertas cualidades como la capacidad de reacción en situaciones extremas, las capacidades y su fuerza física.
“No podría decirte la cantidad de grupos de preppers que hay en Costa Rica, pero sí existen varios. La preparación de cada uno de estos es distinta, porque va a estar ligada en mucho hacia qué tipo de caos estén haciéndole frente. Por ejemplo, conozco a uno cuyo líder practica yoga y tiene en su reserva todo tipo de vegetales y cristales que usa para su bienestar, pero también hay otros que solo se preparan para subsistir en la montaña mientras pasa el caos, pero con el mínimo de recursos”, relata.
El guía naturalista, quien nació en Nueva York, es de los que se prepara para cualquier tipo de desastre, pero él desea que su proyecto en Copey de Dota sea autosustentable y no que sus provisiones se acaben
en cuestión de un año, en caso de que los miembros de su equipo lleguen hasta este lugar. Es por ello que tiene algunas siembras, y espera retomar la adquisición de distintas aves de corral, cerdos y cabras, estos últimos son considerados como los mejores animales para los preppers porque pueden ser ordeñados, su carne se puede comer y su piel puede ser utilizada como cuero.
Esta finca, que hasta hace cinco años tuvo electricidad, se escogió por la naciente del río Parrita que tiene cercana, su clima y el terreno. Allí Calvo decidió crear una minicasa de dos pisos, que está construida directamente sobre la tierra, para que en caso de que haya alguna tormenta solar, los aparatos que estén dentro de esta no se descalibren y dejen de funcionar.
En estas hectáreas también se puede encontrar un lago con truchas, lo que les permitiría comer proteínas y seguir manteniendo su reproducción, además de que tienen todo un sistema que sería capaz de generar energía a través del agua y paneles solares, por lo que está preparado para sobrevivir desconectado de la red eléctrica.
La diferencia entre un “prepper” y un supervivencialista es que, por ejemplo, el primero de ellos puede tener fósforos para 10 años, mientras que el segundo puede hacer fuego con una piedra
“Para serle honesto, en algún lugar de esta finca, que solo mi familia, mis amigos y yo conocemos, tengo enterrada comida que nos permitiría subsistir, al menos, unos seis años. La verdad es que me di cuenta que no estoy tan loco cuando quedamos incomunicados con el huracán Nate, porque pudimos hacer frente a ese tiempo en el que no habían ni servicios básicos”, manifiesta.
Calvo, quien en su niñez y adolescencia estuvo en los boy scout, reconoce que hay personas que se imaginan que el fin del mundo se dará en medio de enfrentamientos con zombis, por tan solo mencionar uno. Sin embargo, para él esto puede estar representado en eventos que pueden ir desde un estallido social y económico –que ya se está dando en Suramérica– hasta una infección viral.
“No es necesario ir muy lejos para que pensemos en la posibilidad de un colapso. Basta con que el agua que consumimos en San José se vea contaminada por cualquier razón para que se genere un caos. Hace unos años, esto sucedió en las nacientes de Coronado con hidrocarburos, por lo que las personas que vivían allí, en Moravia y hasta en Guadalupe recibían esta agua y en la desesperación por encontrar agua potable vi cómo personas se peleaban por envases de agua Perrier en el supermercado”, recuerda.
Él afirma que un prepper no nace, sino que se hace a raíz de la iniciativa de estar siempre listo ante cualquier eventualidad. Eso sí, la mayoría de quienes lo son prefieren mantener un bajo perfil y no reconocerlo de forma pública, ya que esto los puede convertir en objetivo en caso de que se presente algún caos, porque las personas sabrán que ellos tienen todo tipo de insumos que podrían escasear.
Este guía naturalista reconoce que él no está preparado para una invasión militar, ni una invasión extraterrestre ni una plaga zombi, como muchos le dicen. Aunque en el caso de que sea de los muertos vivientes, bromea con que contra estos sí podría luchar porque ve mucha televisión y le encanta The Walking Dead.
Según cuenta, hay muchos preppers que se pueden ver de traje entero, con un buen trabajo, y nunca nadie se imaginaría que tienen almacenados más de 500 galones de agua como forma preventiva. A este tipo de personas no les interesa la notoriedad, lo que les importa es saber que tienen un plan para protegerse a ellos y los suyos ante un caos.
“El principal consejo que puedo compartir para aquellos que desean convertirse en un prepper es hacerse una pregunta: ¿Quiere ser parte del rebaño o ser el lobo que defiende la manada? Si solo espera ser salvado por otros ante un caos, usted pertenece al primer grupo y no tiene las cualidades para ser un preparacionista. Sin embargo, si decide no ser una víctima y ser el que defiende y lidera, ya tiene lo esencial para comenzar a desarrollar este estilo de vida”, concluye.
Aunque es algo de lo que se habla poco en Costa Rica, los preppers tienen una filosofía: estar siempre listos, especialmente, ante lo desconocido, porque el miedo a lo que no vemos o no sabemos es lo que nos paraliza en momentos cruciales. Si existe algo clave para sobrevivir, es tener esa capacidad de reacción ante lo inesperado y, según esta filosofía, no hay mejor forma de hacerlo que estando preparados.