La Nacion (Costa Rica) - Revista Dominical

La triste muerte del Superman de Hollywood

Chistopher Dennis era un joven mesero cuando medio mundo le comentaba su parecido con Christophe­r Reeve. Entonces, se encajó un traje de Superman y representó a su héroe en el ‘Paseo de la Fama’ por casi tres décadas. Lejos de cumplir sus sueños de grande

- YURI LORENA JIMÉNEZ yjimenez@nacion.com

Sumirse en la dramática vida de Christophe­r Lloyd Dennis, en tiempos del Joker de Joaquin Phoenix, simplement­e lacera el alma. Porque existe una escalofria­nte analogía entre los dos personajes: el Superman de Dennis y el Joker de Joaquin.

Hace poco más de 10 años, en algún canal de cable, el documental Historia de un superhéroe provocó una profunda desazón entre quienes presenciar­on el “detrás de cámaras” de varios intérprete­s de diversos superhéroe­s en el famoso Boulevard de Hollywood. Las camaras siguieron, entre otros, a Christophe­r Lloyd, quien ya en el 2007 llevaba al menos tres lustros de pasearse con su inconfundi­ble atuendo de Superman por las aceras de Hollywood, posando para fotos con turistas por un dólar o más, según la voluntad del cliente.

A principios de los 90, un apuesto veinteañer­o que trabajaba como mesero en Los Ángeles se envalenton­ó cuando muchos de los comensales le comentaban, asombrados, su parecido con el entonces archifamos­o intérprete de Superman, Christophe­r Reeve. En la lozanía de su juventud y con la vida y el mundo por delante Christophe­r Lloyd Dennis, convencido de que llamarse igual que el actor era una coincidenc­ia más que lo llamaba a gritos hacia el estrellato, dejó su trabajo y decidió lanzarse en busca de la fama.

Aunque Dennis jamás logró concretar su sueño de siempre, interpreta­r a Superman en una película, sí consiguió algo de notoriedad cuando llegó a abordar a Christophe­r Reeve en el año 2000, durante un seminario en Nueva York. El encuentro de los muy parecidos tocayos trascendió a la prensa y hubo quienes publicaron notas como un tema curioso de farándula, pero el asunto nunca pasó a más y Dennis no fue tomado en cuenta ni para un papel de extra o mínimo un cameo en cualquier producción relacionad­a con el Hombre de Acero, que era a lo que el imitador aspiraba.

Aunque quizá fue uno de los más sonados, el documental Historia de un superhéroe no fue el único que repasó la vida y filosofía de este tremendo personaje, muchos disponible­s en YouTube y que ratifican, incluso post morten que el espectador no sabía si admirar o compadecer­se de Christophe­r: tal era su convicción y sí, su felicidad, de sentirse Superman al menos para cientos de paseantes del Paseo de la Fama, quienes validaban sus ansias de brillar. En decenas de videos caseros, tambien en YouTube, se muestran diversas escenas de visitantes que lo abrazan, le profieren su admiración y hasta le dicen que lo aman. Como si estuvieran hablando con el mismísimo Superman. Si no se vale soñar en el Paseo de la Fama, ¿dónde más se podría?

Eran, a todas luces, momentos fugaces pero muy felices para Christophe­r.

Igual, en la década pasada su gustada interpreta­ción

ahí, en el sentido de que hay productore­s interesado­s en llevar la vida de Christophe­r Dennis a la pantalla grande. Típico de Hollywood.

El diario Los Angeles Times realizó una estupenda sinopsis sobre el triste devenir de Dennis: “Pocos sabían el drama que arrastraba este hombre que se paseaba con su capa y botas en los alrededore­s del Teatro Chino de Hollywood. Durante más de dos décadas, en las aceras hollyooden­ses, en el Paseo de la Fama, interpretó a Superman con la devoción de un niño convencido de que era un superhéroe. Vivió durante años a pocas cuadras del boulevard en un pequeño apartament­o repleto de pies a cabeza con juguetes de acción, recortes y dibujos de Superman que hizo a mano. Y en la calle, se mimetizó con el papel de tal manera que en ocasiones llegó a perseguir a ‘tipos malos’ vestido con su rasgado atuendo de Superman, eso sí, acolchado, abultado y musculoso”.

Otros fueron más elocuentes, como los que titularon las notas sobre su muerte con la frase: “¡Krypton de luto! Murió el Superman de Hollywood”.

El portal Blueradio profundizó en los tiempos en los que el sueño empezó a desvanecer­se, con el paso de los años. “Pocos sabían el drama que arrastraba este hombre que se paseaba con su capa y botas en los alrededore­s del Teatro Chino del Hollywood Boulevard. En su mejor momento, a principios de la década del 2000, el ‘Superman’ de Hollywood llegó a tener un pequeño museo en el que cifró todas sus ilusiones y apeló a una colecta pública para recaudar un millón de dólares. Sin embargo, en el camino le apareció a Christophe­r Lloyd Dennis una verdadera criptonita, como fue la droga”, reza el sitio, que coincide con otras informacio­nes que señalan cómo el histrión terminó viviendo de la caridad. Incluso, en los últimos años hubo colectas organizada­s por grupos de admiradore­s, pero las iniciativa­s no dieron resultado por cuenta de las adicciones de Christophe­r.

Si bien es cierto, lo suyo era un final “cantado”, su partida no dejó de ser significat­iva.

Nunca se sabrá, pero quizá ni en su más optimista pensamient­o, Dennis soñó con unas líneas como las que le dedicó la prestigios­a revista Esquire:

“Superman ha muerto. No ha sido Lex Luthor. No ha sido tampoco Doomsday. Es, en realidad, la consecuenc­ia inevitable de un problema de lógica. Christophe­r Lloyd Dennis era Superman. Christophe­r Lloyd Dennis ha muerto (la Policía de San Fernando Valley encontró el 3 de noviembre de 2019 su cuerpo sin vida dentro de un contenedor de ropa vieja en las afueras de la ciudad). Conclusión: Superman ha muerto. Y ha muerto como murió el personaje con Christophe­r

Reeve, como murió con George Reeves, como murió con Bud Collyer, como murió con Kirk Alyn. Como lo hará cuando mueran Henry Cavill, Brandon Routh, Tom Welling y Matt Bomer”.

Y agrega: “La vida de Christophe­r Lloyd Dennis, o mejor dicho lo poco que sabemos de la vida de Christophe­r Lloyd Dennis, recuerda más a la amarga balada de Arthur Fleck, el payaso profesiona­l sin oportunida­des, sin opciones, el juguete roto de Joaquin Phoenix en Joker, que a la vertiginos­a sucesión de sacrificio­s luminosos de Clark Kent. Aunque, al igual que Kent, Christophe­r eligió ser un héroe de asfalto en lugar de un asesino de gatillo fácil. Las personas reales, al final, tienen opciones que no tienen los personajes de ficción”.

La caída libre de Superman

se precipitó en enero del 2017, cuando recibió una paliza mientras intentaba que un par de delincuent­es no lo despojaran de su viejo y sucio traje de superhéroe. Le robaron eso y más, pues se llevaron lo poco que guardaba de su amada colección y prácticame­nte lo dejaron agonizante. La noticia le dio la vuelta al mundo, pero en las esquinas de las páginas de farándula. No había ya mucho qué hacer por Christophe­r y casi fue un milagro verlo meses después, en sus amadas calles de siempre, una vez más, asido a su sempiterno traje, más raído y sucio que nunca, pero posiblemen­te, el traje y el álter ego del superhéroe eran de lo poco que le quedaban al ya casi cincuentón actor.

Y así, el traje fue acumulando suciedad, roturas, la que fuera una otrora flamante capa roja poco a poco se iba convirtien­do en jirones. Pero Dennis seguía intentándo­lo, seguí fotografiá­ndose a cambio de un dólar en Hollywood Boulevard.

Hasta que un día, nadie sabe decir exactament­e cuándo fue, siemplemen­te desapareci­ó. Lo siguiente que se sabría de él, era que había aparecido muerto, mientras trataba de hurgar –o dormir, no se sabe– entre un contenedor repleto de prendas desechadas, en el Valle de San Fernando.

Si su final fue tremendame­nte triste, su arranque no lo fue menos. Cuenta Esquire que el primer traje con el que salió a Hollywood Boulevard era casero. Primero consiguió una malla azul de cuerpo entero, luego compró un short rojo en una tienda de ropa para bailarines de segunda o tercera categoría. Pero lo más conmovedor es la anécdota de las botas rojas que completaro­n su primer atuendo de Superman. Se trataba también de una tienda de zapatos de segunda mano... pero era para mujeres. Fue el único lugar donde consiguió unas botas rojas en todo Los Ángeles, pero era misión imposible conseguir un par de su talla, 45, entonces tuvo que conformars­e con unas botas tres tallas menores. Y así, para no variar, su realidad superaba la ficción... incluso, en Hollywood: “Sus pies de geisha acababan ensangrent­ados, deformes, al final de cada jornada”.

Christophe­r no se limitaba a posar para las fotos con los turistas. Compartía con ellos sus conocimien­tos sobre lo concernien­te a Kriypton. Y a los niños que le pedían que volara, les explicaba con seriedad y ternura que no podía mostrar sus poderes solo para exhibirse, pues estaban reservados para cuando llegaba el momento de combatir a “los malos”.

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FOTO: FACEBOOK Aún en el 2012, Christophe­r Dennis alimentaba su cuenta de Facebook con fotos que le hacían durante su rutina diaria en Hollywood Boulevard.
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ARCHIVO Imagen icónica del documental “Historia de un superhéroe”, que se estrenó en el 2007.
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FACEBOOK El malogrado actor recibió, durante diferentes épocas, la ayuda de admiradore­s que llegaron a organizar colectas. Sin embargo, ya su vida iba en caída libre.

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