La Nacion (Costa Rica) - Revista Dominical
THE NEW YORK TIMES
Después de meses de planear la publicación, un artículo en
revela lo que era un secreto a voces en Hollywood: Weinstein había utilizado su poder en el medio para abusar de mujeres y les había pagado a varias de ellas para no revelar el asunto.
Ahí se detallaba parte de la cultura dentro de la empresa de Weinstein, que incluía hacer comentarios inapropiados e invitaciones a distintas mujeres.
Esas invitaciones se extendían a actrices como Ashley Judd, quien habló en ese artículo acerca de su propia experiencia tratando de decir no múltiples veces a las invitaciones de Weinstein en el sentido de darle un masaje o verlo bañarse. Ocho mujeres en total confirmaron haber sido víctimas del mismo comportamiento de parte de
Weinstein.
El reporte también incluía detalles de sus arreglos monetarios con actrices como Rose McGowan tras una violación en el 1997 durante el Festival de Cine de Sundance.
“
Soy rico” y no lo sabía. El día que asistí a un evento promocional de la empresa de marketing multinivel Melius, en el Hotel San José Palacio, un rótulo electrónico me recibía a mi y a otras decenas de personas con música motivadora y un poderoso mensaje en letras brillantes: “Bienvenidos Billonarios Pro”.
Y aunque recordé que debo la hipoteca de la casa, los recibos de la luz y que todavía compró algunas cosillas en Palí, quizá era cierto lo que decía aquel rótulo y mi pobreza “solo estaba en la mente”. O bueno, al menos ese fue el argumento que escuché mientras me paseaba por el pasillo del hotel capitalino, cuando un ‘socio’ X de Melius convencía a su joven y tímido ‘invitado’, de que no había “mejor negocio que este” en la vida y que su soñada aspiración de viajar por el mundo y ganar “mucha plata” estaba a punto de convertirse en realidad. Solo tenía que decir que sí y listo.
Dos semanas después me di cuenta que el “Bienvenidos Billonarios Pro” no estaba necesariamente dirigido a mi, pues en realidad es el nombre del equipo de “líderes” y “socios” que lleva la batuta de Melius en Costa Rica y en varios países de la región. Pero eso da igual, lo que importa es que, en mi ignorancia, esa noche me di por aludido.
Melius y otras compañías similares que funcionan en el país, son empresas multinivel porque el corazón de su negocio consiste en afiliar personas para que promocionen y vendan sus productos -ya sea virtuales o tangibles-, y estas a su vez reciben comisiones por cada nuevo integrante que puedan reclutar y las ganancias que esos nuevos socios logren generar. Por ejemplo: si yo recluto a muchas personas, y esas personas a su vez afilian a otras más, más ganancias residuales tendré.
Melius, por su parte, tiene una particularidad. Promociona varias aplicaciones web para generar ganancias, pero ademas funciona como una academia de Forex (no es la única en el país), en la que se ofrece educar a sus socios en cómo ganar dinero invirtiendo el Mercado de Monedas o Foreing Exchange. Pero bueno, eso es solo una pincelada para ubicarlos un poco en un tema que es complejo de explicar.
Antes de seguir escribiendo esta crónica, quiero dejar claro que no pretendo decir si Melius y otras organizaciones similares son buenas o malas, bonitas o feas, correctas o no. No soy juez ni experto en finanzas. Tampoco pretendo juzgar a sus líderes e influencers, solo anotar lo que escuché aquella fría noche de febrero y lo que percibí como un simple miembro del proletariado; un tico que goza de un salario promedio, se ve afectado seriamente por la subida de la canasta básica y todos los días está expuesto a engrosar las cifras del
Si nunca ha ido a una, le contamos lo que se vive en una actividad promocional de la compañía de marketing multinivel Melius, la misma que promocionan varios ‘influencers’ ticos y que, hace unas semanas, despertó suspicacias y varias polémicas en el país.
desempleo.
Mi idea, en otras palabras, es narrar en estas líneas lo que sintió, vio, escuchó y conjeturó un simple trabajador que no sabe nada de Forex y que dicho sea de paso no le vendría mal “una gran oportunidad” para salir de deudas y lograr “la independencia económica”, como suelen prometer muchos de los negocios multinivel que existen en el mundo. Dicho esto, aclaro también que al evento de Melius no asistí como periodista (no fui en horas laborales), más bien llegué como cualquier curioso, deseoso de entender aquello de lo qué tanto se estaba hablando.
Confieso además que hice un ejercicio mental para despojarme de todo prejuicio; olvidarme por completo de los memes y los mil debates sobre Forex, las empresas de
marketing multinivel y sus
influencers de Instagram. Sin embargo sirvió de poco, pues como una avalancha todo regresó a mi cuando escuché, en vivo y en directo, la siguiente frase: “aquí no vamos a obligar a nadie, usted al final le va a decir a la persona que lo invitó si sí, o si no. Si usted dice que no, no hay ningún problema, pero si dice que sí vamos a trabajar juntos y vamos a poder ir a Dubái”.
El dueño de la frase es Asdrúbal Sanabria, un orgulloso cartaginés que se precia de ser uno de los líderes de la compañía Melius. Sentado en una mesa especial, por tener el rango de Presidential Diamond en la organización, él era uno de los oradores del evento.
Sanabria estaba acompañado por su esposa, Carolina Cruz (Presidential Diamond) y el puriscaleño Allan Badilla, quien con el título Royal Diamond es el líder con mayor rango dentro de la organización en Costa Rica. Solo tres rangos más separan a Badilla del puesto más alto de Melius -el Crown Ambassador- y según la tabla de ingresos de la empresa el tico se embolsaría unos $120.000 residuales al mes. ¡Nada mal!
Para los que de seguro se harán la pregunta, un reconocido expresentador de televisión y su esposa, ambos muy visibles en la promoción en Costa Rica de este tipo de sistema, no estaban en el evento de aquella noche. La pareja -que tiene el rango Esmeralda en Melius- se ausentó ese día porque, justamente, estaba en Dubái.
Globos morados y blancos -en alusión a los colores de Melius-, el “Bienvenidos Billonarios Pro” en las alturas y una melodía “triunfadora” sonando a todo volumen, amenizaron el ingreso al elegante salón.
De entrada me sorprendió la gran cantidad de personas que hacían fila para ser parte del evento. En su mayoría eran jóvenes, aunque entre la audiencia había algunos hombres entre los 40 y 50 años, un no vidente y un muchacho con discapacidad intelectual.
A las 7:20 p. m. se dio la señal de ingreso. Una mujer elegantemente vestida gritó que los “invitados” podían entrar por determinada puerta y me di por aludido. La realidad es que yo no sabía si era invitado o no, y menos tenía idea de quien era mi anfitrión. Había llegado allí gracias a un mensaje de Whatsapp que me indicó la hora, fecha de la cita y otro importante detalle: que era una actividad “gratuita”.
El mensaje provino de una empresa llamada Roga Investors, asociada a un conocido influencer del país. No me preguntaron quién era yo, ni a lo que me dedicaba, ni nada.
El rango más alto de Melius es ‘Crown Ambassador’. Lo que promociona la empresa es que, si usted logra obtenerlo, tendría ingresos residuales que sobrepasan el $1 millón al mes.
Solo me dieron la información del evento, agregando que sería dirigida por “los líderes más grandes del país”.
Entonces, como estaba medio perdido, solo ingresé entre el tropel de personas y me senté en una silla cualquiera.
-¿Usted es invitado?-, me preguntó una muchacha que se sentó a mi lado.
-Sí, creo que sí, aunque no sé exactamente quién me invitó- le contesté entre risas, aunque suponía que era invitado de Roga Investors.
-Bueno, por ahí debe estar el socio que lo invitó. Pero si no lo encuentra tranquilo que yo misma le puedo ayudar, yo soy parte del equipo de esa muchacha-, me respondió señalándome a una jovencita rubia, de estatura media y elegante saco, a quien yo le calculé unos 24 años.
Luego, la recién conocida me confió que antes pertenecía a una empresa similar con sede en México, pero que se había dado cuenta que era una organización medio corrupta, pues le otorgaba “rangos” a algunos socios sin tener los requisitos o méritos para tenerlos. Sin embargo, con Melius se sentía muy segura, para ella esta “sí era una empresa sería”.
Luego prosiguió el interrogatorio.
-¿Y usted a qué se dedica?preguntó la chica.
-Soy periodista-. -¿Pero de los buenos o de los malos? Es que ahora andan unos que pasan malinformando todo lo que hacemos-, replicó.
-Soy periodista, escribo sobre diversos temas. Pero no vengo como periodista, simplemente vengo a la actividad porque quiero conocer el negocio, ver que pasa aquí pues no sé nada-, respondo, algo cortante.
-Ah bueno- me dice, se pone algo seria y se voltea.
Tan solo un minuto después se apagan las luces, el foro aplaude y un video comienza a proyectarse en una pantalla blanca. La proyección hablaba sobre hacer cosas diferentes y atreverse a romper el status quo aunque, por ese motivo, podrían llamarlo “loco” si lo intenta. O algo así.
Lo llamativo es que el video presentaba a su propio “loco” y era el mismísimo Allan Badilla. Era su presentación oficial, por lo que de inmediato el extrovertido puriscaleño entró en acción.
“Buenas noches Costa Rica. ¿Cómo están?”, exclama Badilla luego de ser bañado por una sonora ovación.
“Dice el video que soy un loco, pero yo creo que más que un loco soy un rebelde”, agrega emocionado y en alta voz. Badilla, al menos para los socios de Melius, es como una especie de gurú, un héroe, un rock star, un modelo de éxito que merece la admiración de todos.
Según el sitio Businessforhome.org, en cuestión de pocos días Badilla logró escalar varios rangos en la empresa Melius, ubicándose como un referente para Latinoamérica y el mundo de un emprendedor “exitoso” . Su repunte fue tan sorpresivo que los hermanos Islam (Monir, Moyn y Ehsaan), fundadores de Melius, felicitaron al tico en sus redes sociales.
Por eso Badilla habla con propiedad. Él da cursos y capacitaciones en todo el mundo y dice vivir prácticamente montado en un avión. Lo más llamativo es que se presenta ante su público como un ‘mae’ sencillo, dicharachero y hasta podríamos decir que mal hablado, porque los madrazos son parte de su discurso.
“Yo soy orgullosamente de la tierra del chicharrón. Estudié en una escuelita de Puriscal que se estaba cayendo en una época que había temblores. Luego estudié en el