La Nacion (Costa Rica) - Revista Dominical

‘Tavo al volante’, el uber tico que domina YouTube

Gustavo Abarca sube a YouTube sus viajes más divertidos y memorables; en esa plataforma ya tiene millones de vistas por público de Costa Rica, Latinoamér­ica e incluso, Europa.

- KIMBERLY HERRERA kimberly.herrera@nacion.com

¿

Se imagina tomar un uber, tener una conversaci­ón profunda con el chofer y después verse en YouTube, Instagram o Facebook?

Bueno, eso le puede suceder si se sube al carro de Gustavo Abarca, un joven quien desde hace un año documenta sus viajes y posteriorm­ente los publica en sus redes sociales con el nombre de “Tavo al volante”.

Y si de repente esto le generó temor o intriga por saber que tal vez uno de sus viajes en uber está en internet y no se ha dado cuenta, no se preocupe, ese no es el caso: el conductor les pide la autorizaci­ón a sus clientes para publicar los viajes, de lo contrario en ese mismo momento borra el contenido.

Tavo al volante es un proyecto que nació hace aproximada­mente un año durante una reunión de amigos, previo a la temporada navideña del 2018, cuando Abarca les comentó su intención de hacerse uber para poder tener un ingreso extra en diciembre de ese año.

La idea fue aplaudida por sus amigos, quienes incluso bromearon con lo interesant­e que podría resultar el grabar los viajes, al mejor estilo de Taxicab Confession­s, de HBO, y luego publicarlo­s en internet. Y aunque era una simple broma, el joven de 30 años se la tomó muy en serio.

“A mí me quedó la espinita y el primer día salí a hacer viajes normales y grabé por seguridad. Cuando llegué a la casa, por pura curiosidad, me puse a ver lo que se había grabado y ahí fue donde vi el potencial que podía tener un proyecto así. Se los enseñé a mis amigos por Whatsapp y después lo pasé a Facebook y muchísima gente le dio me gusta y fue donde yo dije ‘ok, suave, aquí hay un indicador de que de veras está generando un impacto’ pero nunca fue algo planeado, todo se dio muy natural”, cuenta.

El programa es sencillo: el conductor coloca una cámara tipo GoPro en el dash del vehículo y desde que se sube a este comienza a grabar (a eso de las 8 p. m.). Cada día al finalizar su jornada (como a las 3 a. m.) descarga el material

que grabó con el fin de tener espacio para el día siguiente.

Abarca es productor audiovisua­l, tiene una productora llamada Dharma y él mismo es quien edita sus videos.

“Esto es lo que ahora hago en mi tiempo libre. En diciembre, cuando empecé, era como un ingreso extra y como no había tanto flujo de trabajo, lo hacía de lunes a sábado. Ahora lo hago jueves, viernes y sábados y ya con eso saco los videos que necesito”, explica el conductor, vecino de Curridabat.

Pero hay noches de noches y a como un día puede grabar el material que necesita, a veces pasa una semana y sin conseguir insumos suficiente­s para los videos, que duran aproximada­mente 15 minutos.

“Es vacilón porque esto es tan aleatorio ... en un jueves puedo sacar el contenido de tres videos y a veces entre un jueves y un sábado no saco nada, entonces es muy impredecib­le saber si va a ser una buena noche o una mala noche”, dice.

“Al estar conversand­o con muchas personas todo el día, uno aprende un montón y a mí me gusta hablar con la gente. Lo que más me gusta es que cada cabeza es un mundo y si yo puedo conocer más de cada una de ellas, siento que me hacen crecer como persona”

PASAJEROS.

Desde cantar cumpleaños con queque incluido, hasta cantar con unos turistas de Malasia en su idioma. Muchos de sus pasajeros han sido únicos.

Los videos que sube son de sus conversaci­ones más memorables con los pasajeros, que pueden ser de cualquier tipo: graciosas, serias y de anécdotas, entre otras.

“Hay todo tipo de temas. Yo no busco dar ningún mensaje que no sea lo que está sucediendo. Por ejemplo , si se sube un saprissist­a y yo soy super liguista, yo no tengo ningún problema en que conversemo­s de eso; al final mi mensaje es que podemos tener una conversaci­ón de lo que sea y llevándono­s bien independie­ntemente de lo que yo y la otra persona pensemos. Y así con todos los temas: política, religión o cualquier otro tema, es decir, se puede conversar, escuchar ambos puntos y pasarlo bien”, explica Abarca.

Él considera que el secreto para tener conversaci­ones tan enriqueced­oras está en aprender a leer el estado de ánimo de las personas, para saber de qué tema hablar o cómo introducir una conversaci­ón.

“Usted hace el viaje y se ríe demasiado. Y es normal, la mayoría de personas hace conversaci­ón con el conductor de uber entonces a veces son vacilonas, a veces son serias pero luego cuando usted lo ve en video en la casa, es el

meta son jóvenes entre los 18 y los 24 años, seguido por los de 25 a los 34 años. Ellos son sus fieles fans.

“La verdad yo no me imaginé que iba a tener tantos seguidores, yo el vi el potencial desde un inicio, pero jamás que se iba a hacer tan viral y yo decía ‘qué loco, yo no siento que yo sea tan interesant­e, ni vacilón’ y ahora entiendo que solo soy yo y ya”, asegura.

Pero su popularida­d no es solo en YouTube, ya que en Instagram tiene más de 100.000 seguidores y en Facebook, que es en su caso la plataforma menos popular, cuenta con 15.000 seguidores.

Sus videos ya trascendie­ron fronteras y tiene seguidores en México, España, Centroamér­ica y Sudamérica, quienes siempre están pendientes de todo lo que sube. Por eso ahora subtitula todos sus videos.

Según explica, para que el video mantenga esa popularida­d entre los extranjero­s tiene que subtitular todo, ya que palabras como ‘Rajado’ y ‘Mae’ o frases como ‘Al chile’ siempre salen a relucir entre las conversaci­ones y la única forma para que sus seguidores de otros países entiendan el vocabulari­o, es subtitulan­do.

“Yo nunca pensé que me iba a llegar a pasar esto, porque este es mi segundo intento por tener un canal de YouTube. En el primero yo documenté mi viaje mochilero por Centroamér­ica y México pero solo mostraba lo que a mí me parecía más interesant­e de cada país y era super producido con cámara, estabiliza­dores, procuraba que todo estuviera bien iluminado y llegué solo a 25 suscriptor­es… Y ahora vengo y pongo una GoPro, sin luces e hizo el boom. La lección aprendida es que el contenido siempre es más importante que la estética visual”, se sincera.

De hecho en múltiples ocasiones le han ofrecido comprarlo, sin embargo, él ha rechazado los ofrecimien­tos. Por ejemplo, una productora argentina quería comprar los derechos del programa pero él rechazó la oferta. Posteriorm­ente, TD+ le propuso ponerlo en su página web, pero al final no llegaron a ningún acuerdo.

INNOVAR

Si le preguntan cuál ha sido la fórmula para el éxito que ha tenido el canal en Latinoamér­ica e incluso en países europeos, no sabe qué responder. Considera que su personalid­ad le ha ayudado para que los pasajeros le cuenten las mejores anécdotas, pero sabe que no es lo único.

Este es uno de sus proyectos más consentido­s y le pone todo su cariño para que salga bien. Desde el principio se ha preocupado por innovar y que sea un espacio siempre fresco y atractivo para su público.

“La verdad yo no me imaginé que iba a tener tantos seguidores, yo el vi el potencial desde un inicio, pero jamás que se iba a ser tan viral y yo decía ‘qué loco, yo no siento que yo sea tan interesant­e, ni vacilón’ y ahora entiendo que solo soy yo y ya”

Gustavo Abarca.

“Yo siento que esto todavía tiene mucho potencial. Yo siempre estoy revolucion­ando mi contenido. Entonces en un inicio era solo yo haciendo los viajes, ya después traía un invitado, porque así el contenido se refresca, creo que siempre hay que pensar en algo nuevo que la gente no se espera y que va a tener de nuevo el efecto sorpresa”, detalla.

Como parte de ese viaje siempre diferente, ha subido a su carro a invitados quienes lo acompañan a dejar a sus clientes como Édgar Silva, Renzo Rímolo o Toledo.

Además, confiesa que le encanta el hecho de poder llevar a una persona de un lado a otro y saber que al final de cada viaje sus clientes quedaron satisfecho­s.

“Yo esto, honestamen­te, no lo veo tanto como un trabajo, porque llevar una persona de un punto A a un punto B y que en el camino pueda hablar con la persona, que la pase bien y que me paguen por eso hacen que más bien a veces les dé los viajes gratis. Porque si la persona me cayó bien y se apunta a salir en el video, de verdad hace que me sienta muy afortunado”, dice.

Y pese a que en un inicio fue para ganarse un extra en diciembre, ahora lo hace por puro gusto. De todas formas, ha sido un proyecto que le ha dejado grandes lecciones para aplicar en la vida.

“Al estar conversand­o con muchas personas todo el día uno aprende un montón y a mí me gusta hablar con las personas. Lo que más me gusta es que cada cabeza es un mundo y si yo puedo conocer más de cada una de ellas, siento que me hacen crecer como persona”, afirma.

Tiene ‘haters’ en redes sociales, pero sabe que “no le puedo caer bien a todo el mundo”, por ello prefiere relajarse y vivir su vida, sacándole una sonrisa a sus pasajeros o simplement­e siendo el desahogo de más de uno.

Su popularida­d ha crecido y asegura que ya muchos lo reconocen antes de subirse a su vehículo, pero no le preocupa que desde que inicia el viaje los usuarios sepan que él los graba y al final les pregunta si los puede subir a YouTube, pues sabe que puede entablar una conversaci­ón fluida con cualquier persona.

Y por ello, ahora trabaja en un proyecto que innovará en sus viajes, así quienes ya lo conocen no sabrán lo que les espera en el viaje de uber en el que Tavo va al volante.

Desde setiembre del año pasado vivo en Europa por mi maestría, el FIFA Master (Master Internacio­nal en Gestión, Derecho y Humanidade­s del Deporte). Por la forma en que está diseñada la maestría, somos nómadas: vivimos 3 meses en Leicester, Inglaterra; 3 meses en Milán, Italia; y 4 meses en Neuchâtel, Suiza.

Mi módulo en Milán se vio interrumpi­do por el covid-19. La primera semana la universida­d cerró, pero mi programa instauró clases en línea de inmediato. Fueron como unas vacaciones (error número 1). La vida seguía normal, excepto porque algunas personas usaban mascarilla­s.

Pese a que en casa las noticias eran muy alarmantes, yo no viví ninguna escasez. Iba a al supermerca­do con normalidad y encontraba todo lo necesario. Lo más duro era tratar de calmar a la familia y asegurarle­s que todo estaba bien. Para ese momento creía que todo era una exageració­n por una “simple gripe” (error número 2).

No obstante, la siguiente semana la universida­d permaneció cerrada y mis compañeros europeos empezaron a hablar sobre regresar a sus países (sencillo para ellos que pueden conseguir tiquetes aéreos o trenes por unos 30, realidad completame­nte diferente para esta tica).

A finales de esa semana, el gobierno italiano declaró cuarentena en toda la región de Lombardía.

En cuestión de una hora empaqué mis cosas y me fui al aeropuerto sin destino fijo, el objetivo era salir de Milán a cómo diera lugar.

Terminé en Madrid, en el sillón de la sala de mi mejor amiga, Aurora Solís. Ahí estuve por una semana hasta que el gobierno español decretó estado de emergencia. Pese al cierre de colegios y universida­des y las directrice­s del gobierno, los madrileños mantuviero­n su mismo ritmo de vida (error idéntico al que cometieron en Italia).

En Madrid sí tuve la vivencia de los supermerca­dos en pánico. Góndolas vacías, filas eternas y la falta de papel higiénico. Para este punto mi maestría seguía con clases virtuales, hasta que Suiza cerró sus fronteras y ya no podríamos ingresar para el tercer y último módulo.

El correo que recibimos diciéndono­s que lo mejor era regresar a casa fue un golpe muy duro. Creo que no había entendido la magnitud de la situación hasta que decidieron enviar de regreso a 32 personas de 28 nacionalid­ades diferentes.

Así fue como regresé a Costa Rica, con un sabor agridulce por la forma en la que volví pero emocionada por ver a mi familia y amigos (error número 3).

Poco sabía yo que al día siguiente el presidente Carlos Alvarado iba a decretar estado de emergencia acá también.

La Costa Rica que dejé, hace seis meses es tan diferente a la que llegué...

Me queda una semana más de un aislamient­o de 14 días para poder ir a casa y ahí continuar con la cuarentena instaurada por el gobierno. Solo me resta pedirles a los costarrice­nses que se queden en casa.

Las medidas tomadas pueden parecer drásticas, pero cuánto daría yo porque en Italia las hubieran tomado más pronto.

Este virus no es jugando, lo digo con conocimien­to de causa. Huí de dos países en cuestión de una semana. Nuestros números aún no se asemejan a los de Italia o España y espero que no tengamos que llegar a ellos para empezar a tomarnos en serio esta situación.

Mientras cursaba una maestría en Europa, Érika Urbina se vio inmersa en la emergencia por el nuevo coronaviru­s en Milán. Huyó a Madrid al tiempo que el covid-19 escaló en España. Hoy, guarda cuarentena en Costa Rica y suplica a los ticos no cometer los errores propios y ajenos.

En el 2016, la artista rusa Vera Brosgol publicó un libro ilustrado al cual tituló Leave Me Alone (Déjenme sola). Trata sobre una abuela que tiene decenas de nietos y lo único que anhela es que la dejen sola para terminar de tejer. Es un libro hermoso, no solo por su historia, sino también por sus ilustracio­nes.

Lo compré sin saber que estaba embarazada, por mi afición a los libros infantiles ilustrados. Ahora, Leave Me Alone está en la biblioteca de mi hija de casi tres años.

Ella se ha ido apoderando de muchas cosas que antes eran mías: mis libros ilustrados, mis lápices de pintar, mi campo en la cama, mis tetas (algo de lo que ya les he hablado antes), mi ropa que ahora forma parte de sus disfraces y, por supuesto, se ha apoderado de mi corazón, de mi tiempo y de mi espacio.

Llevo semanas trabajando desde casa: siendo periodista, haciendo entrevista­s virtuales, coordinand­o todo por correos que van y vienen; y, además, siendo niñera y ama de casa. La imagen de la abuelita que Vera Brosgol dibujó, gritando al cielo “Leeeave me alone”, viene a mi mente una y otra vez.

No me malinterpr­eten. La amo. Amo a mi familia. Soy afortunada de estar confinada en mi casa con un esposo maravillos­o y con Juli, que brinca y brinca como un conejo por toda la sala, pero, por el amor de Dios, necesito estar sola al menos un segundo.

Las mamás me entenderán, con la maternidad hasta el baño deja de ser un espacio íntimo. Ahí está ella, al frente de mí aprendiend­o a hacer popó en su potty trainer, mientras yo hago lo mío en el sanitario.

¿Saben? Estoy escribiend­o este artículo mientras le doy

 ?? RAFAEL PACHECO GRANADOS ?? El productor audiovisua­l Gustavo Abarca es el creador del proyecto ‘Tavo al volante’.
RAFAEL PACHECO GRANADOS El productor audiovisua­l Gustavo Abarca es el creador del proyecto ‘Tavo al volante’.
 ?? RAFAEL PACHECO GRANADOS ?? Gustavo Abarca arrancó con el proyecto en diciembre del 2018.
RAFAEL PACHECO GRANADOS Gustavo Abarca arrancó con el proyecto en diciembre del 2018.
 ?? RAFAEL PACHECO GRANADOS ?? El creador de contenido graba sus viajes de jueves a sábado durante la noche.
RAFAEL PACHECO GRANADOS El creador de contenido graba sus viajes de jueves a sábado durante la noche.
 ?? PACHECO GRANADOS RAFAEL ?? Gustavo Abarca asegura que este proyecto lo hace muy feliz, por todas las experienci­as que ha tenido.
PACHECO GRANADOS RAFAEL Gustavo Abarca asegura que este proyecto lo hace muy feliz, por todas las experienci­as que ha tenido.
 ?? CORTESÍA ERIKA URBINA ECHEVERRÍA ?? En medio de la angustiant­e travesía, Érika recurrió a su fe y la trasladó a su pasaporte.
CORTESÍA ERIKA URBINA ECHEVERRÍA En medio de la angustiant­e travesía, Érika recurrió a su fe y la trasladó a su pasaporte.
 ?? CORTESÍA CORTESÍA ERIKA URBINA ECHEVERRÍA. ?? Acá, Erika con un grupo de compañeros en Siena, en La Toscana (Italia), apenas días antes de que ese país fuera abatido por el covid-19. Foto
CORTESÍA CORTESÍA ERIKA URBINA ECHEVERRÍA. Acá, Erika con un grupo de compañeros en Siena, en La Toscana (Italia), apenas días antes de que ese país fuera abatido por el covid-19. Foto
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CORTESÍA En Madrid, Érika se refugió en la casa de su amiga, también costarrice­nse, Aurora Solís. Aunque en medio de la emergencia lo último que pensaron fue en hacerse fotos, esta fue una excepción, cuando le urgía regresar a Costa Rica.

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