La Nacion (Costa Rica) - Revista Dominical

Palabras vivas de la cuarentena

Hoy agarran la calle, irán por su cuenta, ese es el destino de los textos libres.

-

Trabajo en casa, el calor entra sin pedir permiso, una estera de playa hace de parasol. Recuerdo a mi madre: “negro soy, blanquito nací, los soles de marzo me ponen así”. En la tapia canta un yigüirro, ave que pasea en el canto las lluvias de un mayo futuro.

Somos islas andantes en un mar silencioso y agitado por un virus. La calle calla. Isla es una palabra que perdió terreno, que olvidó en el tiempo una ene y una u, dos regalos latinos. Isla es la hermana pequeña de la hormona insulina.

Detrás del estómago está el páncreas, glándula donde llevamos los islotes de Langerhans, fuente de la insulina. Somos islas habitadas por un millón de islotes.

Me gustaría ser ratón de biblioteca, pero vivo en un apartament­o pequeño y solo hay campo para un librero.

Cuando me entra una duda, debo pedirle que salga al pasillo. Al comprar Las mil y una noches arranqué la historia de Alí Babá y los 40 ladrones. Eran ellos o yo.

Eso sí, mi librero es una semilla de la biblioteca de Borges, papel que renace en un árbol de saber.

La parte más luminosa de la noche son los sueños. Sueño mucho con el barrio donde crecí. Me veo en la casa familiar o cerca de ella. Sueño a menudo con tornados, la mayor parte blancos. Todos amenazan pero ninguno me alcanza.

En los sueños encuentro orquídeas gigantes, peces de madera y a veces me topo con mi madre.

Una vez, cuando ella vivía, le conté, recién levantado, que venía llegando del Serengueti (la llanura sin fin), en Tanzania.

En el próximo sueño quise que me acompañara y se negó. Temía despertar mientras sobrevoláb­amos el Atlántico.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica