La Nacion (Costa Rica) - Revista Dominical
SE BURLARON DEL CORONAVIRUS Y TERMINARON MUERTOS O SUFRIENDO SUS ESTRAGOS
estaban prohibidas las reuniones de más de 10 personas, pero Gleen se negó a acatarlas con el argumento de que el culto era un servicio esencial.
En la última ceremonia que celebró, el 22 de marzo, el pastor Glenn hizo comentarios acerca del virus que causaron gran polémica, pues en tono burlesco aseguró que seguiría predicando “hasta que termine en la cárcel o en el hospital”, detalló el New York Post.
Pues sus palabras fueron proféticas. No terminó en la cárcel, pero sí en la sala de emergencias de un centro médico.
“Aunque el religioso había dicho que la gente en su iglesia estaba curada, días después del sermón él y su esposa, empezaron a enfermarse. Una tarde, sus familiares lo llevaron a un centro médico, donde le hicieron una prueba para comprobar si los síntomas que tenía eran a causa del nuevo coronavirus”, publicó el diario El Tiempo, de Colombia.
“Un día más tarde, los médicos le informaron a la familia de Glenn que había dado positivo. Después de ir varias veces a urgencias el estado del religioso empeoró y, aunque los médicos lo trataron y su condición mejoró con un ventilador, no pudieron salvarle la vida”, añadió el matutino cafetero.
Glenn falleció precisamente el día en que tenía planeado otro multitudinario culto, con el que la hija del religioso buscaba apoyar a las personas que tenían miedo por la pandemia. Nada que hacer.
Otro caso, también en Virginia, es el del pastor y músico Landon Spradlin, de 66 años. Falleció el pasado 25 de marzo a causa del nuevo coronavirus, después de compartir un meme que decía “histeria masiva”, junto a una sugestiva imagen que criticaba a los medios de comunicación y sus enfoques de la pandemia.
El meme comparaba los casos y muertes de covid-19 bajo la administración de Donald Trump, versus los de H1N1 suscitados en la época de Barack Obama. Según él, el número de muertes y contagios del covid-19 eran radicalmente menores a los de la H1N1, pero que aún así el nivel de histeria mostrado por los medios era distinto.
“Ves que pueden manipular
Dele Alli, futbolista del Tottenham, se burló en Instagram de la covid-19 y de una persona asiática. Recibió $60.000 de multa y un partido de sanción
tu vida. Creo que los medios están generando miedo y haciendo más daño que bien. (El virus) Vendrá y se irá”, decía la publicación de Spradlin.
El caso es que, basado en su creencia, se olvidó de cuidarse y asistió en febrero a tocar al concurrido carnaval Mardi Gras, que se efectuó en New Orleans. Según sus hijos, en declaraciones a la BBC, Spradlin tocaba blues y hablaba de Jesús mientras lo hacía.
El problema es que para febrero ya se habían registrado los primeros casos de covid-19 en Estados Unidos, pero aún así el evento siguió en pie.
“A mediados de marzo, mientras manejaba de regreso a Virginia, Spradlin comenzó a sentirse mal y tuvo que detenerse en la ciudad de Concord (Carolina del Norte), en donde fue ingresado a un hospital”, narró El Clarín, de Argentina.
“Se le diagnosticó neumonía y al día siguiente dio positivo por coronavirus, según narró una de sus hijas. Su estado de salud empeoró y permaneció en cuidados intensivos hasta el día de su muerte”, agregó el diario.
Durante estos meses, la familia de Spradlin ha tenido que soportar una fuerte presión mediática y las burlas de miles de internautas, que ingresaron a su página de Facebook para hacer mofa del pastor caído y criticar sus posiciones sobre el virus.
EL TIRO POR LA CULATA
“Cuidado con (Carlos) Zambrano, porque te agarra con la mano”, dijeron entre carcajadas un grupo de presentadores de televisión en España, refiriéndose a un diputado del partido Vox que resultó positivo por covid-19.
Los hechos ocurrieron en el programa Todo es mentira, que es dirigido por un conductor conocido como Risto Mejide, del canal Cuatro de ese país.
Mientras hacían un pase en vivo, en tono de sorna, un reportero en la calle les contaba a los del estudio la noticia del contagio, provocando que todo el panel del programa la emprendiera contra el político y su estado de salud.
Pero no fue lo único imprudente que hizo Risto. En marzo, durante una de las ediciones del programa, invitó a unas 20 personas y aseguró que entre ellas había una que estaba contagiada del nuevo coronavirus. Su objetivo, según él, era enviar un mensaje al mundo de que el virus no era tan grave como lo pintaban.
No contento con eso, comprometió a la actriz y presentadora Marta Flich, para que hiciera algo de terror.
“Yo quiero que, como presentadores, lancemos un mensaje de normalidad y por eso te voy a proponer que en la presentación del programa de hoy, uno por uno, tú y yo abracemos a todos y cada uno
de los miembros del público”, expresó Risto.
Flich accedió, y tanto Risto como ella, abrazaron a todos. Minutos después, el presentador reveló que todo era una broma. Nadie del estudio estaba enfermo.
Pero no fue todo, en otra ocasión Risto llegó al programa con mascarilla puesta y diciendo que recién se habían confirmado los primeros casos del nuevo coronavirus en Madrid y Barcelona. Todo eso mientras sus compañeros de programa, otra vez en broma, decían que ahora sí: “todos se iban a morir”.
Pero a pesar de las críticas por los tres exabruptos, nada pasó con Risto en los próximos meses, hasta que sucedió lo impensable.
Risto Mejide (ahora sí de verdad) tuvo que ponerse en cuarentena porque corría el peligro de haberse contagiado. Según reportó, el diario español La Vanguardia, Mejide habría cenado con un caso positivo y eso provocó la histeria dentro del espacio televisivo.
“Recibí un mensaje de una de esas dos personas, con las que había cenado el lunes, diciéndome que es posible que tenga el coronavirus. Lo primero que hago es quedarme en mi casa, no salir ni para comprar el pan y hacer lo mismo con los miembros de mi familia”, reveló el mismo Mejide, que decidió presentar el programa de forma remota.
Las redes sociales, como era esperarse, no tardaron en manifestarse. Le recordaron las risas y todos los programas en que había tomado la pandemia en broma.
En un rápido pestañeo, Risto pasó de buleador a buleado y no le gustó para nada. Terminó llamándole “miserables” a quienes lo pusieron en evidencia.
Por si fuera poco los del partido Vox, sin olvidar lo que Risto había hecho con el diputado Carlos Zambrano, tampoco se quedaron callados.
“¿Estás en cuarentena porque has dado positivo en coronavirus? Nosotros no vamos a reírnos de ello, como te reías tú y tu chusma de otros enfermos”, comunicaron con sarcasmo los de Vox.
INVITADOS A LA ‘CORONAPARTY’
Burlarse del nuevo coronavirus, sin duda, también es irse de fiesta. Deben pensar que el covid-19 es “una gripecita”, tal como la catalogó hace unos meses Jair Bolsonaro, presidente de Brasil.
En Costa Rica, para no ir muy lejos, ya tuvimos a quienes pensaron que el covid-19 era un juego de niños. Un baby shower en Pavas, una megafiesta en Santa Teresa de Cóbano y hasta una reunión de clase alta, en un condominio de Escazú, son solo tres destacados ejemplos.
Sin embargo, en otros países, las fiestas en pandemia han pasado a otro nivel. En Venezuela, por ejemplo, ya las bautizaron como coronaparties.
“Por ahí hubo una fiesta, en un lugar, en una isla. Prácticamente todas las personas que estuvieron en esa fiesta están dando positivo”, dijo Nicolás Maduro, líder del régimen de ese país.
No se trata de fiestas en barrios pobres. En Caracas, las coronaparties están siendo protagonizadas por individuos de la clase alta de ese país. En la lista se incluyen figuras de las farándula, entre ellas Laura Zabaleta, quien pretendía conquistar el título de Miss Venezuela.
Zabaleta, junto a otra Miss llamada Gabriela Coronado, fueron sorprendidas en un apartamento acompañadas de seis personas más. En el lugar las autoridades incautaron alcohol y drogas.
Ante su comportamiento, la Organización Miss Venezuela decidió anular la participación de Zabaleta en el certamen de belleza, detonando en redes sociales una metralla de insultos contra la mujer.
Sobre todo, a Zabaleta la criticaron por un video que había publicado tan solo días antes del arresto, en el que hacía un llamado a los venezolanos a quedarse en casa.
Pero a continuación le describimos un caso que parece sacado de una película. Según El Universal, de México, estudiantes universitarios de Alabama fueron sorprendidos disfrutando de una “fiesta covid”.
¿Una fiesta covid?
Una fiesta covid es un macabro juego donde gana el que se infecta primero, informaron autoridades estadounidenses la semana pasada.
“Juntan dinero en un bote
Una cuenta de Twitter llamada Coronavirus, habla como si fuera el covid-19 en persona y se burla de muchas noticias relacionadas con el padecimiento
y luego tratan de contagiarse de covid-19. El que se contagie primero, gana el bote. No tiene sentido. Lo están haciendo intencionalmente”, dijo Sonya McKinstry, concejal de Tuscaloosa, Alabama, en un canal local de la ABC.
Las polémicas celebraciones se robaron la atención de los medios luego de que Randy Smith, jefe de bomberos de Tuscaloosa, confirmó los rumores en una reunión municipal. Varios de los chicos, que han participado en ese tipo de reuniones, finalmente resultaron enfermos.
“Hicimos una investigación. Nos lo confirmaron los médicos”, afirmó el bombero Randy Smith.
De hecho, el pasado 14 de julio, se reportó en Texas la muerte de un hombre de 30 años, el cual había confesado asistir a una de esas fiestas.
La situación es alarmante, porque el sureste de Alabama es en la actualidad uno de los puntos calientes del Covid-19 en Estados Unidos. En estos momentos, este estado cuenta con 43.000 contagios y más de 1.000 muertos.
Hasta el momento no se ha divulgado más información sobre las fiestas covid. Las autoridades no informaron la identidad de los jóvenes ni el número de eventos que podrían haber organizado, pero se rumora que habrían sido las suficientes para poner en peligro a toda la ciudad de Tuscaloosa.
ALGO DE NO ACABAR
Lo más preocupante es que uno esperaría que los chicos de las ‘fiestas covid’, el basquetbolista, el par de pastores, la miss, el periodista deportivo y el conductor de Todo es mentira, fueran los únicos que se creen más poderosos que el virus. Pero lamentablemente no es así.
Hasta grandes y prominentes líderes, que uno esperaría den el ejemplo, han sido promotores indirectos de la debacle. Boris Johnson, primer ministro de Inglaterra, decía que el virus provocaba efectos leves y al principio hizo muy poco para evitarlo en su país, mientras que del mandatario brasileño Jair Bolsonaro, ni hablar, se ha convertido en el rey del menosprecio.
Al final ambos políticos terminaron contagiados y, sí, tragándose duramente sus palabras. Quizá fue el karma o la justicia divina, lo que sea, lo que quedó claro es que el covid-19 es un virus serio y tiene un pésimo humor.