La Nacion (Costa Rica) - Revista Dominical
PERSONA CON SÍNDROME DE DOWN
JESSICA ROJAS CH.
Carmen Morales Jenkins es la primera persona con síndrome de Down en pensionarse por vejez en el país. En sus 54 años ha sumado hito tras hito, es ejemplo de lucha y recientemente logró cumplir otro de sus sueños: publicar un libro biográfico en el que detalla sus vivencias.
“
Te vas a acordar de mí”.
Y sí, de Carmencita tengo muchos recuerdos porque ella es una mujer que cala en el corazón de quienes la conocen. No se le olvida fácilmente.
La primera memoria que guardo de ella es de hace unos 17 años cuando la vi en uno de los pasillos de Grupo Nación.
Iba guapísima con su uniforme pulcro, en un puro carrerón y cargando unos documentos. Lucía un aura de orgullo y responsabilidad que me dejaron impresionada.
Pasó rapidísimo a mi lado y dijo “buenos días”.
La recuerdo también contentísima cuando me contó que iba a ser actriz en una novela, además cuando llegó toda orgullosa porque daría una charla en un seminario.
Yo tengo la dicha de conocerla, de haber conversado con ella muchas veces en el trabajo, de haberla escuchado contar sus logros deportivos, de conocer sus sueños de convertirse en actriz y de haberle dado un abrazo cuando llegó a despedirse a la redacción el día de su jubilación.
Carmencita es todo un personaje en el periódico, muchos la recuerdan con un cariño excepcional porque ella se ganó el corazón de todos, porque es una mujer especial.
Pero también la sociedad costarricense la reconoce como un ser humano que ha roto estereotipos, que ha derribado barreras y que ha sido un estandarte en la búsqueda de la igualdad para las personas con síndrome de Down en el país, porque ella tiene esta condición que nunca ha sido un obstáculo para lograr todo lo que se propone. Carmencita es astucia, resiliencia, capacidad, autonomía y lucha.
“Te vas a acordar de mí”, sentencia Carmencita con una seguridad envidiable. Y sí, quien la conoce siempre tendrá algún recuerdo de ella, ya sea por su pasión por el Deportivo Saprissa, por sus incontables medallas olímpicas o porque la vio subirse con cuidado a un bus de Llorente de Tibás por El Cruce durante muchos años para ir a trabajar a La Nación.
Pero como algo visionario, esta frase también quedará grabada en aquellos que no han tenido la dicha de conocerla en persona, pero que ahora tienen la oportunidad de asimilar el mensaje de vida de Carmencita gracias al libro biográfico Te vas a acordar de mí, escrito por Luis Salazar y en el cual esta admirable mujer plasmó sus memorias cargadas de glorias deportivas, de hitos en la historia del país y de su vida como alguien con síndrome de Down.
Carmen Morales Jenkins, de 54 años, es un ser humano único. Siempre ha sido pizpireta, bailarina, futbolera a más no poder, amante de los niños, una gran trabajadora e incansable deportista.
La frase que una vez le dijo su mamá le caló muy profundo en la mente y desde entonces no se deja, no se rinde.
“Nunca diga no puedo”, fue el consejo que doña Dennise le dio a su hija y esa
es la máxima de vida que Carmencita (como todos la llamamos de cariño) ha aplicado desde entonces.
Tanto así que hoy por hoy está cumpliendo uno de sus grandes sueños: publicar un libro, un éxito más en la inspiradora vida de esta dulce mujer.
Su sonrisa y sus ojos achinados, como bien describe Luis Salazar, autor del libro
Te vas a acordar de mí, la biografía de Carmencita, siempre han sido cautivadores y hasta el día de hoy se mantienen con la misma dulzura de aquella niña que nació en Tilarán, Guanacaste, y que con el pasar del tiempo se hizo josefina.
“Estoy muy feliz. Cumplí un sueño, gracias a Dios. Ese libro para mí es algo ejemplar, el libro es para todos, para niños y grandes”, dijo Carmencita.
“Vea yo soy una campeona. En el libro cuento cuando yo fui a Estados Unidos a competir y resulta que tengo un montón de trofeos y medallas que, ¡María santísima! También hablo de La Nación
porque para mí es ejemplar, es una belleza porque Adolfo (Calderón, quien fue su jefe), es mi mejor amigo”, recordó Carmencita.
Te vas a acordar de mí
refleja a la perfección los pequeños detalles que muchos de los que fuimos compañeros de Carmencita recordamos de ella. No dejaba nunca nada a medias, se esmeraba por cumplir con su trabajo y una que otra vez también se quedaba ratitos conversando sobre sus aspiraciones de vida con sus compañeros.
A como un día dijo que quería escribir un libro, otra vez se mostró muy decidida a convertirse en la primera persona con síndrome de Down en Costa Rica en pensionarse por vejez. Logró ambas metas.
Soñó de niña con ser atleta olímpica y lo cumplió con creces, fue seleccionada nacional y representó al país en Olimpiadas Especiales varias veces en la disciplina de natación (viajó a Estados Unidos y a El Salvador). Quiso bailar y era el alma de la fiesta en las celebraciones laborales, quiso tener un trabajo estable para apoyar económicamente en su hogar y lo consiguió, soñó con comprar una casa para sus papás y se las compró.
Después del libro a Carmen le quedan todavía muchas otras cosas por alcanzar en su vida. Una de ellas está pronta a cumplirse porque asegura que está a las puertas del altar y que está muy enamorada de su novio Miguel.
También tiene aspiraciones musicales y está estudiando y practicando con una organeta.
“Siempre he cumplido con todas mis metas. Mi papá y mi mamá siempre han sido unas personas maravillosas. Este libro es muy importante para ellos”, agregó.
“Mi mamá ha sido otra campeona, ella es un ejemplo porque ella me salvó a mí”.
Todos estos logros de Carmencita fueron posibles por su tesón, pero también por el gran apoyo que siempre le ha brindado su familia. Comandados por sus papás Dennise y Édgar, han sido los pilares de su vida, el sostén en el que Carmen se apoya para tomar impulso y lograr todos sus cometidos y ocurrencias.
Sus hermanas, sobrinos y cuñados se suman a la ecuación y entre todos trabajan como una gran orquesta que dirige Carmen con sus sueños.
El libro también es de todos los que trabajan a su alrededor, es la muestra de que con empeño y convicción todo se puede lograr.
PROYECTOS
Desde que Carmen nació en 1965 sus papás supieron que la vida no iba a ser fácil, pero con el pasar de los años Carmencita se encargó de demostrar que ella estaba para mucho y más. Nunca vieron su condición como un problema, al contrario, fueron aprendiendo de ella y conforme la niña iba creciendo le brindaron oportunidades para que se desarrollara en diferentes ámbitos, siempre dejándola ser libre y autónoma.
En sus memorias recogidas delicadamente por Salazar para el libro, los papás de Carmen y otras personas con las cuales se ha relacionado a lo largo de su vida (compañeros de trabajo, profesores, entrenadores y funcionarios de la Asociación Síndrome de Down de Costa Rica) contaron un poco sobre la historia de vida de esta mujer, de cómo nunca encontró un obstáculo que la venciera y de cómo se convirtió en un ejemplo para las personas con síndrome de Down y sus familias, así como para la sociedad.
“En definitiva esta historia -que es una vida-, es conmovedora y sensible, cargada de perspicacia y optimismo- Será la esperanza y el motor para muchos en su toma de acciones, decisiones y consciencia. También sirve de impulso para un país que transformó su realidad sobre las personas con síndrome de Down a partir de la vida y acciones de Carmen”, escribió la Asociación Síndrome de Down Costa Rica en el prólogo de Te vas a acordar de mí.
El libro recoge las anécdotas de Carmen en cuatro capítulos. El autor acompañó a Carmencita y a su familia
“Estoy muy feliz. Cumplí un sueño, gracias a Dios. Ese libro para mí es algo ejemplar, el libro es para todos, para niños y grandes”
durante muchas horas y días para recopilar cada memoria y supo dibujar con palabras los logros de ella como ser humano y los de su familia como base de su mundo.
En los capítulos bajo títulos encantadores, inspirados en frases de Carmencita, Salazar detalla la mayoría de los proyectos que ella alcanzó en su vida: la natación, viajar al extranjero, estudiar en la escuela, jugar fútbol, trabajar, pensionarse.
“Eso es importante, pero no importa”, “Ella baila como Dios se encarga de eso”, “Es pues” y “Sé que hice un mal correcto”, son esos títulos que recogen los recuerdos de Carmen y de sus seres más cercanos. Son la manera más sencilla y rápida de conocer un poco del interior de esta mujer que no tiene tapujos, que siempre habla con la verdad y que defiende a toda costa sus derechos, así eso representara una labor titánica para lograrlo.
La historia que recoge Salazar en la biografía demuestra a una mujer tenaz que nunca fue menos por ser diferente y que más bien siempre se sintió orgullosa de serlo.
Este es el primer libro que escribe el autor, quien es arquitecto y también ha publicado columnas en diferentes medios de comunicación nacionales, pero jamás esperó que su debut oficial como escritor fuera una biografía y menos de una persona tan especial como Carmencita.
“Me dio la oportunidad de aprender que las personas con síndrome de Down tiene capacidades que son
descansando en la tranquilidad del hogar, disfruta a plenitud de uno de los logros que se propuso alcanzar: pensionarse a temprana edad para estar con sus papás y su familia.
Carmen fue la punta de lanza para reformar el Reglamento de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) de la Caja Costarricense del Seguro Social con el fin de incluir a las personas con síndrome de Downen una pensión por vejez anticipada, ya que ellas por diferentes aspectos de su condición y salud, envejecen de manera precoz.
Este hito histórico en Costa Rica lo fijó Carmen en el 2017 cuando logró que la Caja aprobara la pensión a los 50 años para este grupo de personas. La lucha la había emprendido Carmencita desde el 2011 cuando hizo una solicitud de pensión por invalidez, pero se la rechazaron; años después volvió a intentarlo por ese medio, pero la respuesta también fue negativa.
Por fin la Caja acogió las recomendaciones que hasta la Defensoría de los Habitantes, la entonces Segunda Vicepresidencia de la República y la Asociación Síndrome de Down Costa Rica le realizaron, hizo los estudios correspondientes y por voto unánime se aprobó el cambio.
CON AMOR
Daniel Chavarría Morales es uno de los sobrinos de Carmencita. Al igual que su familia él se desvive por complacer lo que podrían muchos considerar caprichos y locuras de ella, pero que al final de cuentas son los sueños de un ser humano hermoso y especial y que para dicha de los Morales Jenkins, ellos pueden ayudar a cumplir.
Hace unos días se subió a su carro con Carmencita y se dedicó a entregar casa por casa una copia del libro a personas cercanas a ella.
Fue un paseo refrescante para los dos en medio de todas las restricciones que vivimos actualmente para evitar el contagio del nuevo coronavirus. Ver a Carmen, aunque fuera a una distancia prudencial, con esa sonrisa tan característica y tan emocionada de compartir su libro, fue un momento que se suma a los recuerdos que tengo de esta gran mujer.
Chinita y Mi amor son las dos maneras en que Daniel llama a Carmen, ella le dice Mi amorcito y Danielito. Ahí se refleja el gran amor que se tienen uno al otro.
“Un día Carmencita se levantó y dijo yo ‘quiero un libro de la historia de mi vida’. Nosotros siempre le hemos dado mucha pelota a sus sueños y a sus ilusiones, hemos creído en ella y así fue como empezamos con el proyecto”, contó Daniel.
Desde aquella idea de Carmen ya han pasado poco más de dos años. La familia entera se dedicó a emprender el viaje para cumplir un nuevo deseo de su chineada.
Desde el principio decidieron que si las memorias de su Chinita se iban a contar, tenía que hacerse de la mejor manera, con calidad. Ahí fue donde contactaron a Salazar, conversaron con él, le propusieron el proyecto y todo comenzó a caminar.
“Luis pensó que era un proyecto muy bonito, pero que daba para ser corto, como un cuento, porque evidentemente estaban todos los estigmas sociales hacia una persona con síndrome de Down que quiere hacer un libro sobre su vida. Nos reunimos y ella comenzó a contarle que era saprissista, que trabajó en La Nación y el montón de cosas que ha logrado; él vio una gran historia y dijo de inmediato que había que crear un contenido de calidad”, recordó Daniel.
Comenzaron las visitas del autor a la casa de Carmen: primero eran los fines de semana donde la entrevistaba a ella, a sus familiares y a sus conocidos, también a las personas que fueron parte fundamental de la vida de esta mujer como Germán Villalobos (el conocido Maromero) quien fue su entrenador de natación durante muchos años, Adolfo Calderón, su amigo y jefe en La Nación; o a su amiga Rosette Kleiman, miembro de la Asociación Síndrome de Down Costa Rica.
“Ha sido una persona muy activa y pionera en muchas áreas. A la sociedad le hace falta avanzar y ella ha roto muchas barreras como la de trabajar de manera completamente independiente, usar el transporte público o alistarse para salir. Estas situaciones no son comunes para las personas con síndrome de Down
y menos usuales en Costa Rica”, explicó Daniel.
Aquí es donde llega otro de los cometidos de Carmen con su libro: que la sociedad no discrimine a nadie por su condición y brinde oportunidades para que personas como ella cumplan sus metas y sean parte de la fuerza laboral de este país.
“El libro también es didáctico para las personas que tengan un hijo con síndrome de Down y se pregunten qué va a ser de su vida. Planteábamos el hecho de que el libro le llegue a una familia que recién acaba de recibir la noticia de que viene un bebé con Down; como padres tendrán un mar de dudas y qué bonito sería que en ese instante les muestren un libro donde conozcan a una persona que logró tanto y que se pudo desenvolver con una vida tan buena y tan feliz”, agregó el joven.
La biografía es un recuento de la vida de Carmen, pero también es un descubrimiento de cómo su familia y personas allegadas a ella enfrentaron su condición. Ella no conoce de barreras, la sociedad poco a poco las ha derribado junto a ella porque con la vida de Carmen se fueron descubriendo nuevas oportunidades a partir de su ímpetu y de sus ganas de ser considerada una más.
“Pensamos en algún momento agregar un nuevo capítulo que relate cómo es su vejez porque las personas con síndrome de Down envejecen de manera más rápida que los demás y en el país hay muy pocas personas con tanta edad como Carmencita. Con Chinita hemos ido aprendiendo como familia todos los días cosas nuevas, cómo tratarla, cómo apoyarla y cómo vivir en armonía todos sin que nos afecte su condición. Ella siempre va abriendo caminos”, aseveró el sobrino.
En definitiva Carmencita es una persona para recordar y para admirar. Su vida, su no dejarse de los demás y el lema “Nunca diga no puedo” son ejemplos para muchos.
¡Gracias, Carmencita! Por no dejarte vencer, por contarnos tu historia y por llenarnos de buenos recuerdos.
Justo tres años después de que se iniciara una batalla legal con el fin de que se autorizaran los llamados “baby box” (cajas de bebé) en Bruselas, finalmente la capital de Bélgica se prepara para instalar, en los primeros días de octubre, los pequeños recintos que tienen como propósito reducir las cifras de abandono de recién nacidos en la calle y ofrecer seguridad no solo para los bebés, sino también para las madres que se sienten obligadas a recurrir a este dramático sistema de cesión de su hijo.
Si bien es cierto los buzones para bebés empezaron a ser utilizados desde hace unos 20 años en ciertas ciudades de algunos países, el caso de Bruselas ha tenido gran relevancia mediática por estos días en vista de la incansable lucha de la ONG belga Corvia durante los últimos tres años para lograr la autorización, después de que la medida fuera frenada en setiembre del 2017, cuando ya todo estaba listo para instalar el primer buzón.
Según un comunicado emitido por Corvia el viernes pasado, el Consejo de Estado anuló la prohibición que en su momento emitió el entonces alcalde del distrito, Pierre Muylle, y abrió el portillo para que por fin a principios de octubre se instale en el municipio de Evere el primer depositario de bebés recién nacidos no deseados de forma totalmente anónima.
De esta manera la prohibición fue anulada por la justicia y la implementación de los buzones cuenta además con el apoyo del actual alcalde de Evere, Ridouane Chahid.
“Nos felicitamos, porque cada niño debería tener derecho a un futuro”, declaró a medios locales la portavoz de Corvia, Mathilde Pelsers, y sostuvo que lejos de incitar el abandono de menores, la ONG ofrece una posibilidad a las madres de dejar a su hijo con seguridad.
Fue el prolongado litigio que se desarrolló en Bruselas el que volvió a poner este tema en el tapete mundial, que es revivido cada cierto tiempo en distintos países desde que se empezaron a instalar los primeros buzones, hace unas dos décadas.
De hecho, justamente fue en la ciudad belga de Amberes donde se instaló uno de los primeros dispositivos de este tipo en el mundo, en el año 2.000, en aquel momento a cargo de la organización Moeders voor moeders (Madres para madres). En enero de este 2020, el diario The Brussels Times informó que en todos estos años, 19 bebés han sido depositados en las baby box. El mayor número se dio en el 2018, con cuatro neonatos dejados por sus madres en estos dispensarios, mientras que durante el 2019 solo un infante fue entregado por su madre bajo esta modalidad.
Según Madres para madres, el bebé, quien recibió provisionalmente el nombre de Johannes se encontraba en perfecto estado de salud y ya se había procedido con los trámites formales para su adopción, como ocurrió en todos los demás casos.
El citado medio belga, The Brussels Times, se permitió realizar un paralelismo: “Johannes no es el bebé que fue noticia en marzo de 2019, cuando fue abandonado en el vestíbulo de un edificio de apartamentos. La madre de ese bebé fue identificada más tarde y está a la espera de enfrentar un juicio por abandonar a su hijo. Dijo que no podía hacerse cargo del niño y que no sabía de la existencia del buzón para bebés”.
Y es que, sobre todo en la última década, varios países han optado por implementar este sistema, que no deja de provocar polémica donde sea que se establezca debido a los debates morales de quienes apoyan la medida y aquellos que la juzgan por “deshumanizar” y cosificar a los recién nacidos.
De acuerdo con el canal Euronews, Alemania y Suiza cuentan en varias ciudades con buzones para bebés, mientras que en Estados Unidos la primera baby box se instaló en Indiana, propiciada por la organización Safe Haven Baby Boxes, la cual asegura en su página web que “desde entonces no ha habido ninguna muerte por abandono en infantes en ese estado”.
YURI LORENA JIMÉNEZ
Se trata de pequeños cubículos con forma de buzón instalados en paredes de hospitales o centrales de bomberos, en una iniciativa que ha tenido una tímida recepción desde hace años en varios países para evitar que bebés sean abandonados en la calle.
Las dos principales ONG a cargo de implementar este particular sistema de “adopción” coinciden en que otros países como Austria, Eslovaquia, Suiza, Italia, Sudáfrica, Japón, Hungía, India y Malasia, también hay cabinas similares.
En el 2019, Safe Haven Baby Boxes anunció la creación de otros 20 ‘buzones’ y aseguró que recién habían conseguido fondos para construir 100 más que se distribuirían por todo Estados Unidos. Antes, eso sí, tendrán que lograr la autorización legal en cada estado en el que se intente instaurar este sistema.
¿CÓMO FUNCIONAN?
A no dudarlo, con los años los buzones para bebés han ido incorporando detalles, tanto en lo físico como en lo estratégico de manera que sus gestores tratan de hacer la experiencia lo menos traumática posible para la madre y el bebé. Y aunque las organizaciones a cargo tratan no dejan nada al azar, para muchos que han alzado la voz en Bélgica por la inminente instalación en Bruselas, la medida se asemeja a las tramas futuristas de la famosa serie de Netflix, Black Mirror.
Ante esta posición, Corvia insiste en que la “caja para bebés” permite a las madres en situación de angustia dejar a sus recién nacidos en espacios seguros (...) Muchas veces las madres abandonan a sus niños en espacios públicos y peligrosos (...) el objetivo es proponer una solución a las madres que quieren velar por la seguridad de su bebé, pero no pueden o quieren tenerlo”, agregó.
En cuanto al funcionamiento de los compartimientos y siempre de acuerdo con Corvia, estos cuentan con calefacción por dentro y el proceso es el siguiente: 1.
Las madres que por las razones que sea deciden ‘abandonar’ a sus bebés, pueden hacerlo acercándose al ‘buzón’, abrir el compartimento y dejarlo allí. El dispositivo se cierra automáticamente 2. Luego, un mecanismo les dará un tipo de ‘clave’ por si desean recuperar al recién nacido al poco tiempo (es un margen de tiempo de unos cinco minutos por si surge algún arrepentimiento una vez que han colocado al niño en el buzón). 3. En caso de que decidan dejarlo ahí, el dispotivo emitirá una señal a los cuerpos de socorro, el bebé será atendido por médicos y quedará bajo el cuidado de Corvia. 4. Las madres también tienen la opción de llamar a una línea gratuita de manera anónima.
Por su parte, Madres para madres asegura en su página web que nunca saben de dónde vienen los bebés. “La asociación se ocupa de cada niño que se encuentra en la caja y si no hay noticias de la madre después de unas semanas, inicia trámites de adopción”.
La ubicación de las también llamadas “nidos para bebés” son estratégicamente pensadas para que estén en sectores céntricos pero con la suficiente privacidad para que la madre (o persona encargada por ella) deje a su hijo sin testigos. Quien quiera dejar al bebé sin ser visto, tiene que introducirlo a través de una pequeña trampilla de metal, que pasados los pocos minutos de margen por si la madre se arrepiente, se cierra automáticamente, para impedir que cualquier extraño pueda apoderarse luego del niño.
Unos sensores térmicos ponen en marcha una refinada maquinaria de protección: la ya mencionada calefacción, una cámara de video que enfoca únicamente la cuna para garantizar el anonimato de la madre y un sistema de alarma para anunciar la llegada del bebé al personal encargado, que no tarda más de un minuto en recoger a la criatura y encargarse de él, según explicó El País de España al referirse al modelo instaurado en Austria hace varios lustros.
Una de las características principales que tienen los buzones más modernos es su forma, pues tiene un diseño de cuna; en el quiosco donde se ubica incluso hay unas almohadillas especiales para que la madre pueda tomar las huellas de los pies y las manos de su hijo antes de abandonarlo, a fin de identificarlo más tarde, en caso necesario.
También se le ofrece la opción de dejar los datos para contactarla a ella en un futuro; estos dos detalles son parte de lo que más se ha criticado en este sistema, pues la madre podrá identificar y buscar a su hijo en cualquier momento en el futuro, cuando ya esté a cargo de sus padres adoptivos o incluso en su adultez. Todo un dilema, a no dudarlo.
TAMBIÉN EN EE.UU.
En febrero del año pasado, el diario español La Vanguardia publicó un análisis de lo que ocurre en ese país norteamericano, titulado Así son los polémicos buzones para abandonar recién nacidos en Estados Unidos
“Los embarazos no deseados y el abandono de bebés entre adolescentes son un dramático problema real en Estados Unidos. Para intentar mitigar sus consecuencias una ONG ideó hace tiempo una especie de buzones con el fin de abandonar allí al bebé. Cuentan con reguladores de temperatura y pitan para que el recién nacido sea rescatado por los servicios de emergencia en menos de cinco minutos. La idea no ha escapado a la polémica”, analiza el citado medio.
Asimismo, BBC argumenta que si bien abandonar un bebé en Estados Unidos es ilegal, la ley del refugio seguro (Safe Haven) ha permitido quitarle el aspecto criminal si el pequeño es entregado en un lugar seguro o a alguien en sus manos.
Texas fue el primer estado en aprobar esta ley, en 1999 y luego siguieron los otros 49 estados. Según el Departamento de Familia y Servicios de Protección de Texas, 131 bebés han sido dados en adopción desde que comenzaron a registrar los casos de entregas voluntarias, en el 2004.
En esta misma línea, los buzones se presentan como una alternativa, aunque todavía es difícil comprobar su efectividad o, mejor dicho, su idoneidad.
La ONG Save Haven Baby Boxex es la ideóloga de la cuestionada iniciativa que pretende, asegura, dar respuesta a la paradójica situación en Estados Unidos ya mencionada: es ilegal abandonar bebés pero un ley permite su hacerlo si el recién nacido es entregado en un lugar seguro o en mano.
Siempre de acuerdo con BBC, el buzón dentro del cuartel de bomberos en Indiana se parece a una especie de incubadora postal. Tras abrir la puerta se aprecia que hay suficiente espacio para un paquete mediano. ¿Mediano con respecto a qué? Al tamaño promedio de un bebé, es decir, aunque sea un infante de talla grande, los creadores de los buzones se aseguran de que las medidas no permitan que se introduzcan bebés que no sean recién nacidos.
“Es un último recurso”, insiste Priscilla Pruitt, de Safe Haven Baby Boxes, organización que trata de dar a conocer su campaña por todo el país.
El objetivo de los buzones, dice, es combatir el infanticidio que ocurre cuando las madres, frecuentemente jóvenes e inseguras, dan a la luz completamente solas y no son capaces de hacer frente a la situación.
“El abandono es un problema”, le dijo Pruitt a Vicky Baker, periodista de la BBC en Estados Unidos.
“Estas mujeres jóvenes no quieren ser conocidas o que
Una alarma silenciosa en estos buzones avisa a los servicios de emergencia, para que recojan al recién nacido en menos de cinco minutos; una vez que ha sido depositado por la madre, la escotilla se cierra automáticamente.
las vean. Especialmente en pequeños pueblos donde todo el mundo conoce a todo el mundo”.
Sin embargo, insisten los medios que han reseñado la polémica, no hay consenso que se trate de una buena idea.
De hecho, solo tres estados han aprobado la legislación para que los buzones sean instalados, e Indiana fue el primero (2016) y es el que cuenta con el mayor número.
En Ohio hay dos, mientras se espera que se instale otro en Pensilvania pronto. En Nueva Jersey están a la espera de que se apruebe la ley que está en discusión actualmente. En diciembre pasado, el senado de Michigan pasó la ley, pero luego fue vetada por el gobernador del estado, Rick Snyder.
Su justificación fue que ya existían leyes que permitían dejar a los bebés de manera segura y anónima con las autoridades, y que eso era suficiente.
“No creo que sea apropiado permitir que los padres puedan renunciar a un bebé simplemente depositándolo en un lugar antes que entregarlo a un oficial de policía, bombero o a un empleado de un hospital”, comentó.
En medio de toda la polémica, ha trascendido que el asunto de los dispensarios para bebés se remonta a tiempos medievales.
Fueron conocidos como expósitos con ruedas, y básicamente eran barriles cilíndricos al lado de hospitales, iglesias y orfanatos. Todavía hoy se conservan en algunos monasterios aquellas discretas puertecillas diseñadas a la medida de un bebé.
Un centro de investigación de Dinamarca, Vive, trató de buscar información en los países europeos en los que se ha aprobado su uso, pero no pudo encontrar estadísticas sobre el impacto que tuvo en el número de bebés encontrados muertos a la intemperie.
“En Alemania, donde los buzones están desde el año 2000, no hay registro”, explicó Marie Jakobsen, jefa de análisis de Vive, en un artículo publicado en el Copenhagen Post.
Para Safe Haven Baby Boxes, las pruebas aparecen con el uso y resaltan que desde 2016 ya han sido utilizados en tres ocasiones. En todas ellas, dicen, es probable que el bebé no hubiese sobrevivido.
La posición del pediatra Andreas Lischka, uno de los pioneros del sistema en Europa, pone en relieve un punto de vista digno de analizar: “Desde hace miles de años, los hombres han tenido la libertad de ocultar su paternidad. Queremos dar a la mujer los mismos derechos. Pero, por encima de todo, nuestra intención es salvar la vida de los recién nacidos”, aseguró en su momento en entrevista con El País.
¿UN MAL MENOR?
Michelle Oberman, profesora de derecho en la Universidad de Santa Clara en California y experta legal en asuntos éticos que rodean la adolescencia, el embarazo y la maternidad, ha asegurado que los buzones para bebés son el mal menor si se compara con una situación en la que una madre deje a su recién nacido en un basurero.
“Sin embargo, hay razones por las que hemos implementado programas de adopción con el fin de tener la mayor información posible”. Para ella, el principal problema es que este tipo de iniciativas no suelen alcanzar a las personas que las necesitan.
“Encuentro difícil de imaginar que inmediatamente después de tener un bebé, sola en el baño, se espere que conozca la ley, se suba a un autobús o a un Uber y lo deje en el buzón”, dijo Oberman a BBC. En respuesta, Safe Haven Baby Boxes afirma que está trabajando con escuelas y grupos de jóvenes, además de contar con una línea de 24 horas para atender a la mujeres.
Y es que si hay alguien que tiene voz y voto en este tema, esa es Mónica Kelsey, justamente fundadora de la mencionada ONG y quien fue abandonada siendo una bebé después de que su madre, entonces de 17 años diera a luz, tras quedar embarazada producto de una violación.
Ella, quien también es la vocera oficial de la organización y realiza campañas constantemente, afirma que esa fue su motivación para impulsar el programa y su campaña en contra del aborto. “Se trata de salvar vidas, tan sencillo como eso”, afirma al rechazar la controversia sobre los buzones.
Mónica Kelsey, fundadora de Safe Haven Baby Boxes, fue abandonada en la calle apenas nació. Su madre tenía 17 años y quedó embarazada luego de una violación. Kelsey fue adoptada y ya de adulta, su propia historia la inspiró a crear la ONG.
EL CASO DE COREA DEL SUR
En todo el rastreo de información sobre la efectividad o no de los baby box, destaca el caso de Corea del Sur, país que cuenta con este sistema y que mantiene un particular estigma sobre el tema de ser madre soltera y también sobre la adopción, por lo cual muchos de los niños entregados al estado nunca serán adoptados ylos orfanatos de ese país suelen estar a reventar, de acuerdo con un análisis publicado por la revista Semana de Colombia.
Jijoun, una mujer de 30 años, explicó en ese momento por qué tomó la decisión desgarradora de deshacerse de su hijo, algo que la llevó cerca del suicidio. Ella estaba en una relación cuando quedó embarazada, pero poco después su novio la abandonó. Pensó que lo mejor sería dar a la bebé en adopción porque pensó que no podría criarla. “La trabajadora social me dijo que cuando viera a la niña, cambiaría de opinión”, explica Jijoun.
“Cuando me dieron a mi hija, justo después de dar a luz, era una bebé tan hermosa, tan adorable, que solo quería pasar más tiempo con ella”, dice. “Así que me la quedé durante un mes y medio. Me iba a dormir llorando todos los días. Me sentí tan mal que pensé en suicidarme, y estaba tan estresada que no podía dormir”.
Jijoun sigue pensando mucho en la niña. “Todavía tengo fotos suyas en el celular. Cada vez que veo las fotos, la echo de menos”. Finalmente, la hija de Jijoun fue adoptada por una familia.
Sin embargo, un cambio en la legislación de Corea del Sur implica ahora que todos los nacimientos sean registrados, lo que significa también que el nacimiento figurará en los papeles oficiales de la madre y puede llegar a oídos de sus potenciales empleadores y, por supuesto, también a los de su familia, que en muchos casos nunca tuvo conocimiento del embarazo.
Por esta razón, algunas mujeres están tan decididas a no ser identificadas como madres solteras que dan a luz en lugares secretos y abandonan a sus hijos.
El pastor Jong-Rak Lee, de la Iglesia Comunitaria de Jusarang, en las afueras de Seúl, ha establecido un buzón de bebés en el que las madres que no tienen a quién recurrir pueden dejar a los niños de forma segura y anónima.
Cada semana, cuatro o cinco bebés son abandonados ahí, en un buzón moderno que tiene todas las especificaciones de sus homólogos en otros países.
Jong-Rak Lee explica que, desde los cambios legales, el número de bebés abandonados en este buzón ha aumentado en un 900%. El 60% de las madres que abandonan a sus hijos son adolescentes solteras.
Los críticos dicen que el buzón empeora el problema porque hace más fácil el abandono, pero el pastor JongRak Lee simplemente ayuda a gente que no tiene a quién recurrir.
“Si no existieran estas instalaciones, los abandonarían en la calle”, dice el pastor.
“Los seres humanos no son basura”.
Un paciente entra en crisis. Doctores, enfermeros y enfermeras, profesionales de la salud rodean la cama. Hay paro cardiorrespiratorio, sangrado, convulsiones, ahogamiento. Son momentos de tensión, de dolor, estrés y preocupación; pero todos esos sentimientos deben de quedarse a un lado porque hay que intentar salvar una vida.
El paciente fallece. Inmediatamente hay que tomar aire y volver a la atención de otro ser humano que necesita ayuda porque la lucha por la vida debe de seguir.
Así es como a diario viven los funcionarios de salud la emergencia por la covid-19 que ataca al país. Deben de seguir con su trabajo sin detenerse a llorar, no porque sean insensibles, todo lo contrario, sino porque la población hospitalizada los necesita.
El peso de tener en sus manos la vida de los demás juega un papel muy fuerte también en la salud mental de los profesionales de la salud. No solo es un tema de cansancio, también influye el estrés que naturalmente llevan encima las personas que atienden la emergencia nacional.
“Hay que hacerse mucho a un lado, negarse a lo que se siente o piensa. Negarse a las necesidades naturales como la de hambre o de sueño porque nos debemos a nuestros pacientes. Es un tema de responsabilidad social, de salud pública, de ética profesional; estas insignias van delante de nosotros en el momento de actuar”, explicó el doctor Yanán Badilla Ramírez, microbiólogo y químico clínico y coordinador del tercer turno de Laboratorio Clínico del Centro Especializado en Atención a Pacientes con covid-19 (CEACO).
El doctor Badilla lleva, al igual que miles de funcionarios de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), un peso psicológico muy fuerte desde que el nuevo coronavirus llegó a nuestro país. La presión se divide en muchos aspecto; el tiempo laboral aumentó considerablemente, las reglas cambiaron, muchos están alejados de sus familias y amigos porque al ser funcionarios de salud son los primeros expuestos a un contagio y deben de evitar llevar la enfermedad a sus hogares. No descansan bien, viven con el miedo y con la muerte frente a ellos.
En el CEACO, por ejemplo, los cambios han sido importantes. Además de la carga de trabajo, los funcionarios que anteriormente trabajaban en el Centro Nacional de Rehabilitación (CENARE) han cambiado sus días de atender a pacientes agendados (con citas previas) a enfrentarse a casos críticos de covid-19, son una gran Unidad de Cuidados
JESSICA ROJAS CH.
El estrés de luchar por vidas, el temor al contagiarse, largas jornadas de trabajo y el dolor ante la pérdida de pacientes pasan factura al equipo humano de la CCSS. Los profesionales de salud mental de la institución ya han dado apoyo y contención a cerca de 20.000 de sus compañeros.
Intensivos.
“Antes trabajábamos una población de pacientes de consulta externa, ahora no; un paciente que llega necesita ser hospitalizado y de inmediato hay que empezar a correr para salvarle la vida”, aseveró el doctor Badilla.
Otro punto alto de estrés es la evolución de los pacientes. Algunos, afortunadamente, van en una línea plana en la que se mantienen estables, pero muchos otros van empeorando. “La experiencia de tener que estar durante esa etapa de un paciente que se agrava, que no muestra mejoría o que en el peor de los casos hay que verlo morir es bastante difícil. Ese es un elemento que hace que el estrés laboral sea muchísimo”, agregó el especialista.
Aquí es donde aparecen otros trabajadores de la salud en una ecuación que busca el bienestar de todos. Se trata de los psicólogos, psiquia
tras, trabajadores sociales; expertos en salud mental que también atienden a sus compañeros, que se han convertido en un soporte para aquellos que cuidan de los costarricenses.
Desde el inicio de la pandemia, la gerencia médica de la institución generó un acompañamiento psicológico a todos los funcionarios, no solo a los que atienden en la primera línea de la emergencia, sino al personal en general. “La Caja mediante la Coordinación Nacional de Psicología desarrolló una serie de estrategias para fortalecer el escudo mental y emocional de sus funcionarios que están sometidos a una alta carga y presión de trabajo por la covid-19”, informó la institución en su página web oficial. Estas estrategias se han aplicado desde principios de marzo cuando comenzó la emergencia en nuestro país.
De acuerdo con información de la Caja, hasta el 18 de setiembre se registraron 19.432 funcionarios con atención psicológica asociada a covid-19.
Esteban Rojas es otro de los ejemplos de la cantidad de estrés que manejan estos profesionales en la pandemia.
Este hombre carga con el peso de vivir con el peligro diario de ser contagiado con el nuevo coronavirus, con el miedo de infectar a su madre adulta mayor, a su hermana con un bebé recién nacido o a alguno de sus hermanos.
Rojas es técnico en ciencias de la salud en el Hospital Nacional Psiquiátrico, trabaja en emergencias y desde hace 14 años labora para la Caja. A Esteban se le hizo realidad su peor miedo: resultó positivo por covid-19 y estuvo por un mes alejado de los demás.
Estuvo solo, sin televisión o internet porque la casa donde pasó los días de cuarentena es la que recién había desocupado después de vivir una separación. Los primeros 14 días de aislamiento los cumplió porque era sospechoso de contagio luego de estar en contacto con un familiar (al que llevó de urgencia al hospital una vez); después llegaron los síntomas y se realizó la prueba que confirmó que tenía covid-19.
Tuvo que volver al encierro por 15 días más. Hoy, Esteban es uno de los funcionarios de salud que espera por una cita de atención en el servicio de psicología de la CCSS. Como él, hay muchos trabajadores de la institución que han buscado ayuda y apoyo para calmar las presiones mentales a las que se ven expuestos desde que comenzó la pandemia.
CANSANCIO, ESTRÉS...
Si ya de por sí estar encerrado con la preocupación latente de que el virus nos puede atacar en el mínimo descuido es motivo de tensión y ansiedad, ahora imagine lo que implica estar de frente a la enfermedad y lidiar con los contagios, con la pérdida de personas cercanas, ver fallecer a pacientes e incluso a compañeros de trabajo. De acuerdo con datos de la Caja los psicólogos de la institución atienden situaciones de ansiedad, estrés ,depresión, temores, problemas de concentración, cansancio y fatiga.
“El descanso a veces no lo encuentras porque es complicado desconectarse. Nos han tocado jornadas de 24 o 36 horas continuas y eso mentalmente te satura, tratas de dormir pero no descansas. A veces sueñas con el hospital, con la atención a un paciente y cuando te despiertas sientes que has estado en lo mismo. Llegan las jaquecas, el cansancio muscular, la gastritis, el dolor de cuello, el insomnio”, narró el doctor Badilla Ramírez.
Las consultas que atienden los psicólocos de la Caja con sus compañeros tienen mucho que ver con los síntomas antes mencionados, pero también llegan funcionarios con llanto espontáneo, culpa asociada a transmitir la enfermedad a sus familiares, irritabilidad, ideas irracionales y hasta el ahora muy famoso burn out o síndrome
del quemado, según informó la institución en su web.
De acuerdo con el doctor Alfonso Villalobos, de la Coordinación Nacional de Psicología, a lo largo de los meses han aumentado la intensidad de situaciones de carácter ansioso, hay un desgaste por estrés crónico que se ha agudizado, además de problemas de estrés general que desencadena en activaciones sociobiológicas como alergias o contracturas.
También se han encontrado indicadores de depresión que se van desarrollando con el tiempo, además en personas que ya tenían algún tipo de situación emocional previa, puede que la preocupación por los problemas ajenos al trabajo aumente.
“Hay un incremento de las sensaciones ansiosas, de las preocupaciones del día a día por trabajar en la contaminación. Las dinámicas y la interacción personal con la gente ante una situación de estrés y en lugares cerrados genera también un tipo de cansancio en las relaciones”, explicó el doctor Villalobos.
Las personas que están haciendo teletrabajo también han tenido que reorientar su vida y adecuarla a agendas de poca interacción en comparación con la que vivían antes de la emergencia.
Aquí cabe destacar un mensaje del doctor Badilla Ramírez, quien hace un llamado de atención a los costarricenses.
“El personal de salud hace esfuerzos extremos, incluso sacrificando su vida personal, su familia, tiempo de descanso, tiempos de comida, entre otras cosas, para poder brindarles a nuestros pacientes la atención que merecen.
“Por eso le pedimos mantener las recomendaciones emitidas por el Ministerio de Salud y todas las prevenciones del gobierno, para que así usted y los suyos puedan mantenerse seguros y no poner en riesgo la capacidad de respuesta de nuestros hospitales. Lo que deseamos evitar es saturar los espacios disponibles.
“(todo el personal de salud) seguimos en la lucha tenaz de fecunda labor; y elevamos una voz para que los costarricenses nos ayuden a sacar existosa esta misión, lo único que necesitamos de usted es que se cuide”,
“Nos han tocado jornadas de 24 o 36 horas continuas y eso mentalmente te satura, tratas de dormir pero no descansas. Llegan las jaquecas, el cansancio muscular, la gastritis, el dolor de cuello, el insomnio”
finalizó.
ATENCIÓN
“Se ha trabajado en todos los establecimientos de salud donde tenemos personal de salud mental como psicología, trabajo social y psiquiatría. En mi campo que es la psicología nos hemos avocado a diseñar planes de trabajo para atender a los compañeros y compañeras por medio de diferentes modalidades como talleres, charlas y hasta intervenciones clínicas, que no siempre son necesarias”, afirmó el doctor Villalobos.
El bienestar mental de los funcionarios de salud es de suma importancia, primero porque como seres humanos es una de las estabilidades necesarias y además porque ellos son los encargados de atender a la población.
“Cuidar a quienes nos cuidan” es la consigna de los profesionales en psicología durante esta emergencia. Aquí cabe aclarar que los profesionales continúan con la atención a los usuarios de la Caja Costarricense del Seguro Social, porque el que también apoyen a sus compañeros no los exime de las consultas diarias con sus pacientes.
“En el proceso de prevención tenemos panfletos y también utilizamos correos electrónicos. La institución se ha preocupado en hacer ese acompañamiento desde marzo, pero este proceso no se va a detener cuando se acabe la emergencia por la pandemia porque hemos demostrado que es muy útil para muchos compañeros. Lo que puede servir para la salud mental de un compañero se puede generalizar más allá de su ámbito de trabajo ya que puede afectar a sus familias o parejas”, agregó Villalobos.
Para darle apoyo a sus compañeros y también atender a los pacientes, en el servicio de psicología de la Caja hay entre 260 y 300 profesionales, a ellos hay que sumar los profesionales de otras disciplinas de salud mental que también trabajan en la contención.
Este personal trabaja en tres niveles de atención. El primero de ellos está en las áreas de salud como los Ebáis o clínicas, el segundo nivel en clínicas de mayor tamaño como la Marcial Fallas, de Desamparados, y el tercero es el que atiende en hospitales nacionales, regionales y especializados.
“En la estructura de trabajo le damos apoyo al personal de todas las líneas de abordaje, también tenemos el encargo de atender a los pacientes covid que se pueden abordar con las limitaciones que la enfermedad permite. Atendemos a los familiares de personas cuando fallecen, a ellos les damos una intervención y estamos haciendo modificaciones para llegar a ellos más rápidamente. Seguimos con la atención de todos los grupos humanos”, expresó el especialista.
Desde el inicio de la pandemia, los profesionales en salud mental empezaron a realizar tamizajes para llevar un control sobre las necesidades de atención de sus compañeros.Debido a los cuidados que deben de tener para evitar los contagios, la tecnología les sirvió de apoyo para realizar los análisis y citas.
Se realizaron actividades grupales con esparcimiento por medios virtuales, cuando se puede realizan visitas a las estaciones de trabajo cumpliendo estrictas medidas de protocolos de salud. “También realizamos abordajes de manera más personal cuando son necesarios. Trabajamos en la gestión de las emociones, el empoderamiento y el manejo del tiempo. Las atenciones crónicas son las menos porque son una demanda muy específica, muchos compañeros no llegan a esa atención porque tienen tanto que hacer que es difícil atenderlos; no es que no lo quieran o no lo necesiten, pero cada situación cambia según el caso”, agregó el doctor Villalobos.
-¿Han tenido alguna preparación diferenciada para atender a los compañeros?
-Sí, claro. Tuvimos que generar una serie de documentación nueva. Trabajamos rápidamente en ordenar todo lo que hacíamos en psicología para avocarnos a una población total, no es que nos llegan los cinco millones de costarricenses, pero tenemos que estar preparados para esta situación. Hubo que crear una planificación con procesos y acciones de trabajo enfocados en la emergencia.
-¿Cuán importante es cuidar de quienes cuidan a los enfermos?
Es un acto de amor a nivel de compañerismo. En el caso del personal sanitario son seres humanos que están todo el día ocupados en la emergencia. La tensión emocional que implica trabajar directamente en la emergencia implica que cuando están ocupados en el asunto se olvidan de todas las otras cosas, pero la preocupación está ahí siempre.
“Es necesario este apoyo para que se sientan bien y puedan darle afrontamiento a una situación tan difícil. Queremos estar ahí para dar apoyo emocional, para recordarles que no están solos, para que no se nos caigan emocionalmente. Es un reto todos los días”, finalizó Villalobos.